jueves, marzo 08, 2007

La bondad del ser humano


En mi barrio han pegado el siguiente cartel: "Se ha perdido una Nintendo DS en el banco del frontón. Si alguien la encontrara ruego que la entregue en el bar de al lado. Es de un niño que se ha quedado sin ella y está muy disgustado". Me habré vuelto muy cínica pero estoy segura de que no se la devolverán. Si quien se ha encontrado la videoconsola se enterneciera con el mensaje y la devolviera, ese niño seguiría creyendo en la bondad del ser humano. Pero si no ocurre eso, ¿de qué manera le afectará el incidente?

Voy a reconocer un pecadillo: con catorce años me encontré una riñonera. Tenía un paquete de tabaco entero, llaves, mucha documentación y una cartera con un billete de mil pesetas y alguna moneda de cinco duros (qué raro se hace hablar en pesetas). Me llevó mucho tiempo decidir qué hacer. Finalmente opté por un término medio: devolví todo (incluido el billete de mil) menos el paquete de tabaco y las monedas. Robé unas quinientas pesetas, vaya.

Desde entonces, me han robado a menudo tanto el bolso como ropa y he perdido la cartera otras dos o tres veces. Sólo una vez me mandaron por correo el DNI. Tal vez haya sido un castigo divino o algo así. Todo ello -y una cierta madurez, claro- me llevó a tener claro que nunca me quedaría con algo que no me perteneciera. ¿Pensará así el niño? ¿Recordará su dolor y se apiadará del dueño de una cartera que encuentre en un banco? ¿O llegará a la conclusión de que la gente es mala y se dirá a sí mismo "o pisas o te pisan"? ¿Se dedicará a robar como venganza?

Ayer me mandó Cristina un artículo por email en el que el autor reflexionaba sobre la deshumanización de las personas: incapaces de preocuparse por un mendigo inconsciente, atender a las preguntas de un guiri desorientado, parar en los accidentes de tráfico y ofrecer ayuda... Txus, por su parte, pegaba en su blog un texto en el que un chico mal hablado despotricaba contra los niños de hoy en día: que no respetan nada, que son insolentes, maleducados... ¿Cómo nos puede extrañar?

3 comentarios:

Álvaro dijo...

¡Hola June! Hoy no vengo buscando el debate, porque no puedo estar más de acuerdo contigo.
Yo, cuando contaba con diez u once años, al lado de mi casa me encontré un monedero que, en total, debía de tener unas mil pesetas. Era un monedero, y no había ningún documento importante ni nada que me diera una pista de quién podía ser la propietaria de esa carterita. Lo único que había dentro, era el recibo de compra de una tienda de ultramarinos que está a 100 m de mi casa. Es una tienda de barrio, en donde la gente acostumbra a comprar las cosas de primera necesidad. Por eso, pensé que la persona que había perdido el monedero, seguramente vistiba a menudo esa tienda, así que decidí llevarla allí y le comenté a los dueños la situación. No sé si el propietario recuperó la cartera...

Un saludo a todos

Cristina dijo...

Justamente hace un par de días tuve un capricho y me compré un par de teléfonos inalámbricos para instalar en casa. Después de eso me fui a tomar un café con una amiga y dejé la caja con los teléfonos debajo de la mesa. Nos despedimos y ahí se quedaron los dichosos teléfonos. Me di cuenta cuando ya volvía en metro hacia casa, así que volví. El camarero me dijo que una chica los había recogido. Pensé que era mi amiga pero ella me dijo que no. Así que alguien vio que el camarero guardaba la caja (se veía claramente el contenido) y parece ser que se acercó y con todo el descaro del mundo se los pidió y lo peor es que él sin pedir factura ni nada se los dio alegremente. A mi me hizo pensar en lo sinvergüenzas que pueden ser algunas personas. Yo no soy perfecta ni tengo todas las virtudes pero nunca haría algo semejante. Se me caería la cara de vergüenza. Las chiquilladas que se hacen de críos creo que en mayor o menor medida las hemos hecho todos.

Anónimo dijo...

Vaya vaya.
Esto me recuerda a una cosa que me courrio hace poco.
sali de casa con la mochila abierta de par en par (sin darme cuenta claro). Suelo andar bastante rápido por lo que iva adelantando a mucha gente por un calle que en ese momento estaba bastante transitada.
Al llevar andados unos 200 metros empecé a tener frio y me fui a meter amno a la mochila para sacr el gorro de lana que llevaba. Entonces me di cuenta de que estaba abierta y que este se había caido.
Me sento mal fatal que nadie hubiera sido capaz de decirme por la calle "eyy, que llevas la mochila abierta" ¿que les hbuiera costado? al volver a recorrer el camino me volvi a cruzar con algunas personas que no me habían dicho nada y no pude evitarles echarles una miradita de agradecimiento...
en fin, cada vez somos mas egoistas...
eso si, si algun dia pierdo la cartera y sólo se quedan con el tabaco y unas monedas yo tan encantado.