jueves, febrero 28, 2008

Campaña lamentable


- Ha hecho falta que cuatro mujeres sean asesinadas en un sólo día para que los candidatos de los partidos nacionales dediquen unos minutos en campaña a abordar la violencia machista. Parece que la cifra de unas 70 al año no les parece motivo suficiente como para que sea una prioridad en sus agendas. A Rajoy le preocupan más el velo y las cuotas. Zapatero está demasiado encantado de haberse conocido -autocomplaciente, proclamándose feminista, prefiriendo alabar sus leyes en vez de trabajar porque se apliquen- como para tomárselo en serio.

- Rajoy ha dado el argumento definitivo contra la inmigración: "No pueden entrar todos. No cabemos". Tamaña gilipollez es sólo comparable a la de Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, diciendo que si todo el mundo pudiera viajar, en el cielo no cabrían tantos aviones. Lo bueno es que Rajoy se retrata con estas estupideces. Lo malo es que su discurso cala en demasiadas personas que, quiero creer, no son xenófobas por naturaleza sino permeables al discurso del miedo y el catastrofismo. La imagen, de El Roto, va dedicada al PP pero también a la hipocresía de todos los partidos que hablan, como el PSOE, de repatriar masivamente a todos los ilegales.

martes, febrero 26, 2008

¿Realismo o moral?


Con el estreno de la serie Física y Química ha vuelto a saltar un debate recurrente. Ante unos padres y madres llevándose las manos a la cabeza porque en la serie adolescentes de 16 años se suicidan, terminan en coma por drogas, acosan a compañeros y profesoras, se enrollan con éstas, organizan fiestas petting , etc. los responsables de la serie han asegurado que ésta sólo refleja una realidad.

No he podido evitar bajarme el primer capítulo para salir de dudas, y he de decir que estoy de acuerdo. En mi colegio se suicidó un chico (el acoso parecía ser una de las causas), había rayas en los lavabos, porros en el patio, macarras violentos y camellos que al lado de los de la serie parecían angelitos, profesores mil veces más inseguros y martirizados, no hacíamos fiestas petting por falta de imaginación más que de ganas... Si yo hiciera una serie basándome en mi instituto, el resultado sería mucho más tremebundo. Y no creo que haya salido tan mal, no sé qué os parecerá. Bueno, en realidad me estoy ciñendo a un año especialmente duro; no generalizo pero no niego que la serie pueda ser realista. Lo es más que ese Quimi de Compañeros, o los personajes de Al salir de clase, que tenían piso propio con 16 años.

En cualquier caso, el debate para mí no es si esa serie refleja la realidad, sino si es conveniente y constructivo reflejarla. Como Escenas de Matrimonio. Es probable que mis abuelos en ocasiones se hayan machacado más, que la pareja de edad media recuerde a muchas de nuestro entorno y que me identifique con alguna discusión de la joven. ¿Pero qué aporta satirizar con una serie de estereotipos manidos y muy poco constructivos? Por otro lado, ¿es la tele un mero entretenimiento o tendría que aspirar a educar? ¿Cómo se hace eso sin parecer Heidi? Yo la verdad es que no sé dónde está el límite. Por no hablar del extremo, Sin tetas no hay paraíso, de la que no opino porque me niego a verla.

En principio, opto por cero censura previa, más control de las familias, y que éstas y las escuelas contrarresten ciertos mensajes sensacionalistas con una buena educación en valores. Y entre todos apostar por aquellos programas que sí que merecen la pena. Por ejemplo, la maravillosa Mujeres, que duró dos telediarios. Pero me temo que es demasiado complejo. ¿Qué os parece? Por cierto, Física y Química es bastante mala, pero me he enganchado. Creo que ya sabéis que las series en general y las de adolescentes en particular son uno de mis vicios confesables.

lunes, febrero 25, 2008

Awa Nkromah, "No puedes borrarme"


Lo más probable, es que hayas estado a apunto de borrar este e-mail.
Para ti soy algo desconocido, podría ser un spam, quizá te han dicho que un virus...

Esto es exactamente lo que ocurrirá el próximo 9 de marzo.
A todos las personas que llegamos a este país con la ilusión de ser una más,
a las que trabajamos contigo, o para ti,
a las que pagamos impuestos desde hace tiempo,
a las que debemos cumplir todas las leyes, y no tenemos todos los derechos,
a las que no recibimos ni una ayuda más, y sí muchas menos,
se nos tratará como intrusas, se nos borrará.

Se nos borrará como ciudadanos. Impidiéndonos participar, opinar, votar.

¿Por qué no se nos quiere reconocer como ciudadanos?
Formamos parte innegable de esta sociedad, que ya es la nuestra.
Aportamos a este país mucho más de lo que se muestra.
Creemos, como tú, en una democracia justa.

Así que si todavía no me has borrado,
si crees que merezco voz y voto,
si ves una persona y no un spam, o un virus,
por favor, firma en www.sosracisme.org
y reenvía este correo.

El sistema no puede borrarnos,
Al menos, si tú no quieres.

Para reconocer el derecho al voto de las personas extranjeras bastaría con modificar el mismo artículo de la Constitución que se cambió para reconocer el derecho a voto de los ciudadanos comunitarios.

Federación Estatal de SOS-Racismo.


Esta es una campaña que la Federación de SOS-Racismo lanza esta semana para reivindicar el derecho a voto de las personas inmigrantes. Como véis, la idea es enviar ese mensaje por mail, masivamente, jugando con la metáfora del spam que la gente borra por miedo a los virus, etc. Bueno, creo que está claro el concepto. Os invito a que lo reenviéis a vuestros contactos.

jueves, febrero 21, 2008

Un mundo mejor, por puro egoísmo


Cuando una habla de altruismo la tachan de ingenua e idealista, así que he pensado que tal vez sea más práctico argumentar porqué un mundo mejor no sólo es posible sino que es beneficioso para todas las personas, no sólo para las minorías que parecen las beneficiarias directas. A ver si convenzo a alguien y me ayudáis a completar la entrada:

- En un mundo sin machismo, los hombres no se verían limitados por unos roles impuestos que no van con ellos. No sentirían la necesidad constante de demostrar su fuerza y su virilidad, dar siempre la talla, defender su honor y el de su familia, disfrutarían de relaciones más libres. Redescubrirían lo maravilloso de cuidar a otras personas, expresar y compartir sentimientos con ellas. No padecerían tasas más altas de accidentes de tráfico, condenas de cárcel, drogadicción, suicidios... Vivirían en países más ricos, puesto que la igualdad es un fuerte motor de desarrollo, e imaginemos lo que pueden cundir esas capacidades de la mitad de la población que permanecen invisibles.

- En un mundo sin homofobia, mujeres y hombres heterosexuales darían rienda suelta a unas relaciones sexuales, afectivas y de amistad más plenas. Desaparecería el miedo a parecer maricón o bollera, las distancias de personas valiosas, la represión de fantasías y prácticas deseadas.

- En un mundo sin racismo, la población blanca ampliaría el abanico de personas con las que enriquecerse, y la cantidad de mundos y culturas a los que trasladarse sin apenas moverse de casa. Transmitiendo confianza en vez de miedo, recibiría un trato basado también en la confianza. Las personas libres de odio, fruto de miedos irracionales, se sienten más seguras y felices.

- En un mundo sin xenofobia, la sociedad autóctona sabría apreciar el papel que los inmigrantes están teniendo: elevando la tasa de natalidad, cuidando a nuestros ancianos y criaturas, haciendo posible la emancipación de muchas mujeres occidentales... El siguiente paso para superar esa fase utilitarista en la que nos encontramos sería dejar de sentirnos amenazados para unir fuerzas. Porque los problemas que vivimos no son de raza sino de clase, de una distribución injusta de la riqueza que perjudica al pueblo, venga de Móstoles o de Barranquilla.

- En un mundo más accesible, las personas sin discapacidades tendrían la tranquilidad de que si se quedan embarazadas, se rompen una pierna o tienen una enfermedad, su ciudad estará preparada para que se muevan con comodidad.

- En un mundo en paz, los países que aparentemente no estamos en guerra podríamos dedicar nuestro desorbitado presupuesto militar a nuestro propio desarrollo y bienestar. No nos podrían manipular sembrando miedo a potencias emergentes, cruzadas, terroristas internacionales... Los dirigentes perderían excusas para legitimar la represión y la tortura.

- En un mundo más verde, qué duda cabe de que todas las personas ganaríamos en salud. Dado que el cambio climático es inevitable, ¿porqué no organizarnos desde ahora para evitar una crisis y, más aún, convertir la amenaza en una oportunidad para consumir de una manera más racional y satisfactoria, y transformar el modelo económico en un sistema más agradable e innovador?

- En un mundo más diverso, aquellos que se limitan con el adjetivo "normal" podrían dar suelta a su personalidad e individualidad. Sentirían que se muestren como se muestren serán respetados y apreciados, y que pase lo que les pase nadie les juzgará.

jueves, febrero 14, 2008

Miedo y magia


Son las estrategias preferidas de Rajoy y Zapatero, respectivamente, para ganar las elecciones. Después de aterrarnos con la imagen de una España conquistada por moros ilegales (moras en este caso) con velo y sin clítoris, que se levantan a la deshora y no duermen siesta, el líder del PP nos crea un desvelo aún mayor: esas criaturas de apenas 12 años que delinquen y hasta forman banditas organizadas. ¿No os veis ya rodeados por diez enanitos intentando robaros a punta de pistola? A mí la primera imagen que se me vino a la cabeza fue la de la película Ciudad de Dios (en la foto, sobre el crimen juvenil organizado en las favelas brasileñas). Como rezaba ayer el editorial de El País, "Rajoy ofrece soluciones para problemas que se inventa". El mismo periódico publicaba un reportaje con cifras que demuestran la anecdótica existencia de delincuencia a edades tan tempranas.

Un año más, son muchas las personas de izquierdas que se plantean votar al PSOE por evitar un nuevo triunfo del PP. Más aún ahora que existe la sensación de que ZP es de lo más enrollado: ha extendido los derechos de homosexuales y transexuales, se declara feminista, nos regala 400 euros de impuestos y 210 para la casa...

Hasta yo he estado a punto de caer en esa complacencia. Y, cuando me pasa eso, siempre echo mano del periódico Diagonal para poner los pies en la tierra. La publicación quincenal de actualidad crítica dedica gran parte de sus secciones a hacer balance de cuatro años de gobierno desde todas las áreas: política exterior, sanidad, educación, proceso de paz, libertades, economía...

El escritor Santiago Alba Rico compara al presidente con los prestidigitadores y habla del poder de su magia. El ejemplo más claro es el relativo a las tropas: "La retirada de las tropas de Iraq fue el gesto de ruptura temprano y espectacular que exigió luego –o permitió, según atribuyamos mayor o menor complacencia a Zapatero– una colaboración aumentada, aunque más discreta, en la guerra mundial contra la justicia encabezada por EE UU. En agosto de 2004 el Gobierno aumentó el número de soldados españoles desplazados al Afganistán ocupado, y en junio del 2005 involucró a España en misiones desnudamente militares al aceptar la gestión de la base de Herat, todo ello al servicio de los intereses estadounidenses en la zona y contra la voluntad de la población.

A finales del mismo 2004, el Gobierno de Zapatero mandó también 200 soldados a Haití para apoyar, bajo el paraguas de la ONU, el golpe de Estado franco-estadounidense contra el presidente Aristide. Desde septiembre de 2006, 1.100 militares españoles operan asimismo en el sur del Líbano en una misión concebida para proteger al agresor israelí y controlar y desarmar la legítima resistencia de Hezbolá. Al mismo tiempo, el Gobierno del PSOE ha continuado su colaboración con los EE UU en Iraq a través de sus servicios secretos y mediante la formación en España de cuadros militares, policiales y diplomáticos de la Administración colaboracionista iraquí"

También cabe destacar la política española en América Latina. Aznar apoyaba golpes de Estado contra Chávez y era amigo íntimo de los mal llamados disidentes. Zapatero antepone los intereses de las multinacionales españolas (BBVA, Repsol... cuyas abominables prácticas no creo que haya que recordar ahora) a los derechos humanos de los habitantes de esos países. Y ha presumido de amistad y apoyo al amigo de los paramilitares y el narcotráfico que es Álvaro Uribe. En fin, os recomiendo que echéis un vistazo a todas las secciones. El editorial concluye también con una cita de Alba Rico: "No se sabe qué asombra más, si la prometedora y excitante teatralidad de los pases de mano del PSOE o el hecho de descubrir, al inclinar la mirada, que todo sigue igual".

No me ha gustado nada, por cierto, la promesa electoral de equiparar los sueldos entre mujeres y hombres, y crear más puestos de trabajo para mujeres. No me gusta que busque el voto fácil con propuestas tan difusas. ¿Cómo solucionará la brecha salarial en la empresa privada, que es donde se detectan las mayores desigualdades y en un país que se presume liberal cuesta intervenir? Yo desde luego demando seriedad y concreción, no tanto eslogan barato.

Recordemos también que, mientras el PP profiere expresiones cada vez más xenófobas, el PSOE sigue defendiendo las repatriaciones masivas. La ministra de Fomento así lo reiteró ayer en los Desayunos de TVE, afirmando que seguirán expulsando a todos los ilegales. Y, hablando de ese programa, uno de sus tertulianos ha hecho una pregunta maliciosa para criticar el doble rasero de esta gente que me ha encantado: "¿Cuántos políticos tienen en sus casas a inmigrantes sin papeles limpiando o cuidando a sus hijos?"

Si vemos que el PSOE defiende (menos en temas sociales muy importantes como los anteriormente citados) prácticamente una política similar pero de manera más sutil, ¿qué hemos de hacer las personas de izquierdas? ¿Votar a ese talante vacío de contenido para frenar la nauseabunda desfachatez (y me reprimo el juego de palabras) popular? ¿Votar a IU, ese partido débil, descafeínado y fragmentado que, por si fuera poco, se ve desfavorecido en el reparto de escaños y sus colegas en Euskadi están primando la defensa de la autodeterminación por encima de las reivindicaciones progresistas?

¿Votar a uno de esos partidos minúsculos idealistas tipo Por un mundo más justo que no lograrán un escaño en su vida? ¿O abstenerse para que gane el PP o gobierne el PSOE sin la presión de un partido más a la izquierda, y que en los análisis se critique la desmovilización de la izquierda? ¿Qué haréis vosotros, si no es mucha indiscreción? Yo lo tengo bastante claro pero más claro aún tengo que es con diferencia la vez que voy a votar con menor ilusión y confianza en la democracia representativa.

Y, hablando de miedo, hoy tenemos en mi querido país una huelga general que nos mantendrá coaccionados y rodeados de disturbios todo el día. Pero me importan más los temas citado arriba, así que no voy a caer en el juego de unos y de otros de centrar mi atención en ETA y compañía.

sábado, febrero 09, 2008

¿Quiere el Gobierno que NO veas este spot?



El Gobierno de España lleva ocho meses impidiendo que veas este spot de Amnistía Internacional en los canales de televisión nacionales. Han dicho que no es de utilidad pública y que además es publicidad partidista y política (prohibida fuera del periodo electoral) y por ello amenazan con multar a los medios de comunicación que lo emitan.

Ayuda al Gobierno a rectificar: entra ahora y difunde el spot!.


Amnistía Internacional


Yo no entiendo nada. ¿No es de utilidad pública denunciar las vulneraciones a los derechos humanos? ¿Es partidista y político un anuncio que arremete de igual manera a Bush que a Castro y que no saca a candidatos españoles a las elecciones? Al final tendré que dar la razón a quienes no ven sentido a tener televisión pública, visto lo visto.

viernes, febrero 08, 2008

Diversidad frente a multiculturalidad


SOS Racismo-Bizkaia ha organizado esta semana unas jornadas en las que diferentes personas de instituciones, sindicatos, universidades y escuelas están contestando a la siguiente pregunta: "Inmigración aquí y ahora, ¿un reto para la escuela?". Ayer, uno de los ponentes, el catedrático de la Universidad Complutense Julio Carabaña, planteó una postura desideologizada, muy pragmática y realista que me dio mucho que pensar. Os cuento las principales ideas con las que me quedé, después de escuchar esa y otras ponencias. Las jornadas terminan hoy: a partir de las siete en Bilbao (Arrupe Etxea en la calle Padre Lojendio).

La inmigración en sí misma no es un problema. Lo que pasa es que ha visibilizado las carencias que la escuela tenía para responder a un contexto diverso que siempre ha existido. En ese sentido, es una oportunidad para forzar un nuevo planteamiento más inclusivo y con más recursos que redundará en una educación mejor para personas discapacitadas, gitanas, con problemas de aprendizaje o concentración, superdotadas, con escasos recursos...

Al hablar de inmigración hablamos de la otredad, pero lo cierto es que ese "nosotros" nunca hemos sido una masa uniforme. Hablar de culturas no aporta mucho al debate, sino que marca fronteras y define conceptos que simplifican y estereotipan. A menudo revela ignorancia: por ejemplo, un árabe se escandalizará de que le llamen moro o magrebí, y una bereber de que le llamen árabe (si no me equivoco). Las personas no somos tan diferentes. El discurso culturalista divide más que une, por lo que no integra. Insisto: en vez de entender la inmigración como un problema diferenciado, entendemos la diversidad como auténtico reto. De esa manera, todas y todos salimos ganando, y afecta a otras luchas como la de la diversidad sexual o los derechos de las mujeres (a que estamos de acuerdo, ¿Txus? Una persona que acepta la diversidad no será racista, machista ni homófoba)

Las árabes no son personas que se dedican a sacrificar corderos, extirparse el clítoris y llevar velo. Son un colectivo tan heterogéneo como todos que no conviene prejuzgar. Que una persona de esa procedencia genere conflictos no debe considerarse una prueba de brecha cultural, sino de problemas de convivencia que cada día observamos entre las personas autóctonas. La población latina no se dedica a poner la música altísima o pegar navajazos en discotecas. Algunas personas latinoamericanas pueden generar esos conflictos como ya lo hacían las de aquí. Y, en cualquier caso, si partimos del respeto y la curiosidad hacia sus culturas (con el respeto a los derechos humanos como límite) en vez de imponer el asimilacionismo e incluso obligarles a firmarlo, la integración se llevará a cabo de una manera natural y agradable para todas las personas.

Carabaña hizo una distinción nueva para mí: inmigrante e inmigrado. Inmigrante es la persona que se encuentra inmersa en el proceso migratorio; inmigrada la que ya ha finalizado el proceso, se ha establecido. Las inmigrantes plantean los siguientes retos para la escuela (igual me olvido alguna):

- Llegan a mitad del curso: es un problema meramente organizativo
- A veces no conocen la lengua: lo hacen rápido y basta con prestarles apoyo
- A veces llegan con un nivel inferior: pronto alcanzan al resto y, si no lo hacen, no es por su origen sino por dificultades que los estudiantes autóctonos también tienen.
- Choque cultural: esto no es algo que arrastren los niños, sino que depende de las costumbres que se mantengan en su familia. Pero los niños tienden a imitar a su grupo de referencia, que son el resto de niños.

Por tanto, cuando ya se han establecido, desaparecen todos los problemas. El único que nos quedaría es empeñarnos en ver el último, es decir, un problema meramente ideológico, basado en temores y prejuicios. Creo que las criaturas destacan por su inmensa capacidad de adaptación y de aprendizaje. No compliquemos las cosas. Formemos al profesorado porque cuando un docente no es capaz de llevar un aula con inmigrantes, no tiene que echar la culpa a los inmigrantes sino que tiene que reconocer su incapacidad para gestionar un contexto diverso, y animarse a lograrlo.

Por último, el sociólogo insistió en que no hay ningún dato definitivo que lleve a afirmar que la inmigración influye en el nivel de un colegio. El informe PISA muestra que varía de unas regiones a otras, y cuesta encontrar la variable que condiciona que en algunos suban el nivel y en otros lo bajen.

La otra ponente, Luisa María Puertas, habló de la apuesta por crear centros imán: proyectos educativos innovadores y de calidad para que atraigan a personas de todo tipo de procedencias y clases sociales. Aunque le veo sus peros, es una opción.

En cualquier caso, yo soy de las que valora más a la escuela como entorno de socialización que como una universidad en pequeñito en la que hay que dar la talla y cosechar los mejores resultados. Por eso me preocupará bien poco que mi hijo o hija -cuando los tenga- bajen el nivel, mientras que puedan disfrutar del enriquecimiento que supone conocer no otras culturas sino otro tipo de realidades. En cuantas más mejor. Y esto no es una postura cínica sino que coincide con la tendencia de primar la adquisición de competencias -de aprendizaje pero también sociales- que de conocimientos. Las primeras permiten amueblar nuestro cerebro, y las segundas las tenemos bien ordenaditas en la biblioteca, a mano para cuando las necesitemos.

Por último, en las jornadas me han dado un dato que desconocía: el peso de las escuelas privadas ronda el 52% en Euskadi, el 30% en España y el 20% en Europa. Estoy escandalizadísima. Que esas escuelas sean concertadas salvo dos excepciones no me parece un atenuante sino un agravante, porque significa que dependen del apoyo de fondos públicos. Ahora que el euskera es la lengua vehicular en la mayoría de centros públicos, y que éstos transmiten nociones de cultura vasca como ninguno, creo que las ikastolas han perdido todo el sentido. No tienen absolutamente ninguna función en la sociedad. Así que es sectario y muy criticable que el Gobierno apueste por ellas tanto o más que por las escuelas públicas.

jueves, febrero 07, 2008

¿Estoy yo integrada?


Estoy indignada. No hay otra palabra. Y un poco triste. Ya vale de explotar el miedo para ganar votos. ¿Se puede saber porqué hay que exigir a una persona que ha venido a este país en busca de una vida mejor lo que no se nos exige a los autóctonos? Además de ser anticonstitucional, como dice el compañero de SOS Racismo, es propio de un desalmado. ¿Se me persiguió a mí los años que no pagué impuestos porque, como les pasa a muchos inmigrantes, no me hacían contrato y el sueldo y las condiciones eran de risa?

¿Se puede saber qué coño son las costumbres españolas? ¿Ir al centro comercial a pasar el domingo? ¿Hacer botellón el sábado por la noche? ¿Ver Cine de Barrio? Dice que respetar la igualdad de sexos. ¿Por qué no lo exige el señor Rajoy a los destacados misóginos de su partido, como el que habla sin pudor de tortilleras? En una sociedad cada vez más individualista, en la que el espíritu comunitario brilla por su ausencia, ¿qué es integración? ¿Os sentís acaso vosotros integrados en la sociedad? ¿Cómo pretende este politicucho integrar a alguien imponiéndole un código especial?

Y ¿qué piensa este hombre de las personas inmigrantes? ¿Sabe acaso el esfuerzo que hace un marroquí de 16 años que arriesga su vida en los bajos de un autobús o en una patera para vivir sólo en un país cuya lengua y cultura desconoce y en la que será excluído, explotado y discriminado? ¿Sabe el esfuerzo que hace una mujer boliviana, microbióloga de formación, que decide venir a España a limpiar casas de interna, dejando a sus hijos en su país hasta que sus ahorros y la puta ley de Extranjería que tanto dificulta las reagrupaciones familiares le permita traerlos? Y todavía este ser desalmado quiere limitar esa vía de entrada.

Estoy asqueada con el PP (eso no es ninguna novedad) y también con que los dos grandes partidos compitan tirando por los suelos el respeto a los derechos humanos. Hay que demostrar la cantidad de inmigrantes que somos capaces de expulsar y la cantidad de abertzales potenciales que somos capaces de encarcelar, aunque al de dos días tengamos que liberar a todos por evidentes faltas de pruebas. Me entristece profundamente que esas estratagemas funcionen. Sí a una sociedad solidaria y diversa, libre de fantasmas. Perdonad las formas, pero os juro que me duele, mucho.

Nota: Una duda. ¿Qué es ser inmigrante? ¿Tendrá que pasar por esto el investigador de Harvard que se instale en Euskadi? ¿Y el alemán que elije las playas de Ibiza para jubilarse en paz?

domingo, febrero 03, 2008

Caramel


Caramel es una deliciosa (como indica el título) película que me ha dejado muy pensativa. Ambientada en Líbano (es una coproducción con Francia), en un contexto de guerra que apenas se advierte por algún militar por las calles, se centra en un microcosmos femenino: el espacio privado y los problemas cotidianos, dos conceptos tradicionalmente asignados a las mujeres.

En tono dulce y tragicómico, nos muestra las historias de varias mujeres que se reúnen en una peluquería y en las que subyacen lacras que a las occidentales nos resultan familiares: las relaciones de dependencia (la que vive esperando la llamada de su amado, un casado); la vergüenza y el estigma de vivir la sexualidad (la que le oculta a su prometido que no es virgen); la invisibilización de las lesbianas (la peluquera que vive en secreto su fascinación por una clienta); la tiranía de la juventud que se ceba más con las mujeres (la actriz cincuentona que no encuentra trabajo), y la obligación moral de sacrificar nuestras vidas para cuidar a otras personas (la mujer mayor que tiene que vigilar día y noche a su hermana senil).

El espejismo de la igualdad me parece muy peligroso. Siglos de machismo han dejado un poso en todas las personas, mujeres y hombres, que hace que no todo sea tan fácil como decir "desde ahora, todos personas", como opináis algunos (opinión que respeto pero no puedo compartir). Me parece indispensable reconocerlo para detectar esas formas sutiles de discriminación que persisten y que son más difíciles de combatir que las más explícitas. Me parece también fundamental prestigiar socialmente a las mujeres y visibilizar este tipo de problemas.

Sé que alguno dirá: "Hay que prestigiarlas pero no más o menos que a los hombres". El problema es que los hombres ya nacen con ese reconocimiento. Me gustaría que alguno se pusiera en la piel de, pongamos (pero me baso en alguien muy querido), una mujer octogenaria (que muchos llamarían despectivamente 'solterona') que no ha conocido ni el sexo, ni el amor, ni el éxito profesional porque de joven se hizo cargo de los hijos de su hermana muerta ya que su cuñado, muy hombre él, no era capaz de sacar adelante a cuatro criaturas. Ahora se encuentra sola, con una pensión miserable por no haber trabajado (¡ja!), una vida llena de carencias, y cierta presión social de tener que sentirse llena porque es bonito dedicar tu vida a hacer felices a los demás. Es bonito, sí, si es una elección completamente libre. Ser médico, encontrar un amor y tener sus propios hijos era su ideal de vida. ¿Tiene que culparse por no sentirse realizada?

El otro día hice unas entrevistas sobre la situación de las campesinas en América Latina. Las mujeres del entorno rural son el colectivo más pobre del planeta. Si trabajan en sus cultivos, realizan una labor no remunerada y completamente invisibilizada. Nadie reconoce ni su trabajo ni su aportación a la sociedad (al cuidado de las personas, la transmisión de conocimientos, la innovación gastronómica y agrónoma...) Hartas de esa situación, si deciden buscar un trabajo remunerado, terminan en latifundios bajo condiciones de explotación, porque las multinacionales han descubierto que las mujeres se someten con más facilidad, por razones que sería muy largo explicar. A diferente escala, eso que nos resulta tan lejano lo podemos detectar también en nuestra sociedad.

A parte de estos temas que me ha evocado la película, Caramel es muy hermosa. Se disfruta con todos los sentidos: la belleza visual y de las propias actrices; una música que me ha enamorado (de Khaled Mouzanar); el olor de la peluquería; el tacto y el gusto del caramelo que utilizan en Líbano para depilar (de ahí el título)... Os dejo con un trailer. En la foto, la espléndida Layale -personaje interpretado, por lo que veo, por la directora, Nadine Labaki- esperando a que su amado aparezca por la peluquería para otra cita furtiva y clandestina.