domingo, enero 17, 2010

Hasta luego


Actualización: Me he dado cuenta de que no necesitaba un descanso sino un cambio de aires, una mudanza. Me podéis encontrar en mi nuevo blog, Mari Kazetari, donde hablaré como aquí de lo que me dé la gana, pero tal vez más centrada en el ámbito de la comunicación y el género. ¿Os mudáis conmigo?

Mucho hemos hablado de las fases con los blogs, de que es imposible mantener la energía y la ilusión todo el rato. Estoy volcada en la renovación de la web de SOS Racismo e intentando seguir aportando al de la red de periodistas. Y no sé a vosotras cómo os habrá influido Facebook, pero a mí me resulta una forma más fluida y rápida de seguiros la pista y compartiros cositas.

Me ilusioné con las crónicas de Colombia pero por la falta de tiempo no escribí las que me gustaría y ahora ya no tengo los recuerdos tan frescos como para seguir con eso. ¿Escribo sobre feminismo? Pues es que me vine de las jornadas feministas de Granada sin grandes reflexiones ni conclusiones, más allá de sentirme orgullosa por pertenecer al movimiento. Por si alguien no se ha enterado, nos juntamos cerca de 4.000 mujeres. Alucinante.

Ahora toca escribir sobre Haití, pero me basta con recomendar las crónicas de Pablo Ordaz en El País (entre otras). Sobre todo este fragmento: "Porque aún más que los cadáveres sin enterrar, que los hospitales y colegios que se desplomaron por completo sobre sí mismos, lo que más

En definitiva, se puede decir que he pinchado un poquillo. Después de tres años y medio de Puntos suspensivos estoy convencida de que éste tampoco es un punto final. Cuando recupere el tiempo para cuidaros como os merecéis y la ilusión por seguir contando desde aquí mi forma de ver el mundo (o al menos el mío), os avisaré. Mientras tanto, seguro que nos vemos en Facebook, cara a cara o de la forma que me propongáis. Besos a todas y todos.

He elegido como imagen para esta despedida temporal el dibujo que mi amiga y pedazo de artista Inge Rodríguez Madariaga nos ha hecho para un folleto informativo sobre SOS Racismo. Ilustra ese mundo de colores con el que siempre he soñado y que trato de construir día a día, también junto a vosotras.

miércoles, diciembre 30, 2009

¡A bailar!


Como era de esperar, una de las cosas que más disfruté en mi breve estancia en Colombia fue la música (y la danza, claro). Teniendo como únicos referentes a Shakira, Juanes, Carlos Vives y el reggaeton, fue una gozada descubrir nuevos ritmos y sonidos. Como en todo, la diversidad musical de ese país es apabullante. En los taxis y autobuses sí que predominan la cumbia, el vallenato y el reggaeton, pero tuvimos ocasión de conocer otros géneros que me fascinaron. Además, lo bueno de la música es que te la puedes llevar a tu casa. Me compré tres discos y los escucho día y noche.

Empecemos por La Revuelta, un joven grupo de fusión que tuvimos el placer de ver en concierto (en la foto) en la imprescindible sala Quiebracanto, situada en el bohemio barrio de La Candelaria, en Bogotá. La Revuelta fusiona de una forma muy fresca la música del Pacífico colombiano, cuyas raíces son en gran medida africanas. La base es una clase específica de marimba; la marimba de chonta: se le añade mucha percusión africana, dos voces potentes de mujer, mezcla de letras tradicionales y de denuncia, el esquema este del coro repitiendo una frase (no sé cómo se llama), clarinete y bajo, y el resultado es espectacular. El disco suena genial, pero 30 mujeres periodistas bailando juntas en directo fue inolvidable.


Al día siguiente las organizadoras del encuentro nos prepararon otro concierto, y esta vez privado, de música de la otra costa, la Caribe. En este caso, los tres elementos fundamentales son los grandes tambores, unos instrumentos de viento llamados gaitas (nada que ver con las gallegas) y la peculiar forma de cantar de los gaiteros. Catársis total. Os pongo un vídeo de Los Gaiteros de San Jacinto, unos viejitos de ritmo endiablado que han sido premiados con un Grammy Latinos.


Mi tercera adquisición musical fue un disco de Totó La Momposina. Me guié por su sonoro nombre y por la recomendación de la dependienta, que la definió como la cantante más representativa del folklore colombiano, la cuál va recogiendo los diferentes ritmos y sonidos tradicionales de todo el territorio.


Me quedo con ganas de enseñaros una danza tradicional de La Guajira, diferente a lo que entendemos por bailes latinos. Se baila en pareja pero no agarrados ni pegaditos. Es una especie de cortejo, en el que el hombre ronda a la mujer mientras esta camina a pasitos pequeños, contoneándose. La gracia está, entre otras cosas, en que hay que mirarse a los ojos todo el rato, lo cuál despertaba al menos en mí más pudor que el reggaeton más salvaje. Bueno, me he pasado, pero es todo un reto. Una compañera de los Encuentros, natural de La Guajira, y uno de los músicos nos hicieron una demostración, y me encantó. Si alguien conoce el baile y nos puede pasar su nombre o un vídeo, le estaré muy agradecida.

¡Empecemos el Año Nuevo al son de los tambores!

viernes, diciembre 18, 2009

Vendo minutos


Una de las cosas que más nos llamó la atención nada más llegar a Bogotá fue que las calles estaban plagadas de puestos de fruta y chucherías en los que había llamativos carteles en los que ponía “SE VENDEN MINUTOS” o, simplemente, “MINUTOS”. ¿Qué sería eso? ¿Se podría en Colombia comprar el tiempo? La respuesta era mucho más prosaica pero no por ello poco pintoresca.

Se trata de un original servicio de llamadas que ha aflorado con éxito: no se estropea ni requiere de comprar tarjetas como las cabinas, no corres el riesgo de que tu llamada se corte por falta de crédito, como me ocurrió en un locutorio, y es especialmente útil para las personas sin recursos o sin ganas de tener su propio celular. A cada 20 metros, tanto en las grandes ciudades como en las medianas e incluso en los pueblitos, te encuentras o bien con puestos como los descritos o incluso con una persona que anuncia que vende minutos. La situación es la siguiente:

June: Hola, quiero hacer una llamada a un celular Comcel
Vendedor de minutos: ¿A celular o a fijo?
J: A celular
V: ¿A qué operadora?
J: Ummmm
V: Dígame cómo empieza
J: 313
V: Comcel. Tome.

El vendedor saca de su bolsillo un celular encadenado y me lo ofrece. Lleva tres o cuatro. Llamo como si fuera mi propio móvil, charlo, y me cobra por minutos: entre 100 y 300 pesos el minuto. Llamadas internacionales, se pueden encontrar minutos desde 250 pesos, hasta 500. Recordemos que 300 pesos son 10 céntimos de euro. Es muchísimo más barato que un locutorio, donde en una llamada te gastas fácilmente más 10.000 pesos.

¿Todo bien entonces? Evidentemente, la otra cara de la moneda es que se trata de un trabajo sumamente precario y sumergido, sin derechos y bajo el acoso policial. Lo ejercen todo tipo de personas, pero cabe destacar tres grupos: chicos jóvenes, mujeres de mediana edad, y sus hijos e hijas. La competencia entre los vendedores es salvaje. No hay tarifas establecidas, así que tiran los precios todo lo que pueden. Para mi sorpresa, ahora que estaba buscando información al respecto he encontrado una oferta de trabajo en Internet que indica que se puede trabajar por cuenta ajena:

“Trabaje como vendedor de minutos en la calle, usted administra su tiempo de trabajo y el lugar donde desee ubicarse solo debe cumplir con unas metas semanales en la venta de minutos, igualmente entre mas minutos venda, mayores van a ser los ingresos para usted, la persona debe ser responsable, trabajadora y cumplida. ingresos entre 400.000 y 600.000 mensuales”

No se cita quién es el anunciante ni se habla en ningún momento de contrato. 600.000 pesos son unos 200 euros. El salario mínimo mensual establecido por ley no llega a los 500.000 pesos.
Lo que no me queda claro es si esta actividad sigue estando perseguida por la policía, a instancias del Ministerio de Comunicaciones, como leo en un reportaje de 2007. En noticias posteriores encuentro que no sólo se les acosa y decomisan los móviles, sino que los discursos del gobierno les criminalizan acusándoles de suponer una competencia desleal para negocios legales como las cabinas. ¿Algún colombiano o colombiana nos puede explicar la situación actual?

PD: En la foto, yo comprando minutos en Pereira

miércoles, diciembre 16, 2009

El taxista uribista


El taxista es muy joven, moreno, lleva el pelo engominado hacia atrás y su ceñida camiseta blanca deja entrever tatuajes rudimentarios. Conduce temerariamente (como todos los taxistas, por otra parte) y en su radio atrona el reggaeton. Tras las dos preguntas de cortesía (“¿De dónde son? ¿Qué les pareció Colombia?”), empieza a alabar a Uribe. “Es que Colombia no tiene nada que ver con lo que era antes, gracias a nuestro presidente Uribe. Está siendo un gran presidente. Está terminando con la guerrilla y además ahora Bogotá es una ciudad segura”, nos dice entusiasta.

Cualquiera le lleva la contraria. Sobre todo porque, después de una semana rodeadas de profesorado universitario, periodistas, músicos y trabajadoras sociales, nos encontramos por primera vez ante una persona algo más representativa del grueso de la población colombiana.

No le preguntamos su nombre. Pongamos que se llama Jairo. Interrumpe, no por mucho tiempo, su fervor uribista para contarnos que él fue soldado profesional y ahí en el ejército le dio duro a la guerrilla.

Dejó de estudiar con sólo 9 años, para empezar a trabajar de lo que salía: limpiabotas, vendedor ambulante… Se alistó en el ejército en cuanto pudo. No nos dijo a qué edad pero sí que su sueldo de militar doblaba el salario mínimo del país. Se muestra orgulloso de su trabajo en el ejército. Además de servir a la patria, dice que disfrutaba. Sin embargo, a su madre le preocupaba que tuviera un oficio tan peligroso. Ella, viuda, consiguió emigrar hace unos años a Estados Unidos, donde ha tenido otro niño. “Tengo un hermano negrito; lo conoceré por primera vez estas Navidades”, nos cuenta emocionado Jairo. Su madre pudo prosperar en Estados Unidos y comprarle el taxi y la licencia para que dejara el Ejército.

Tiene 23 años y con esta estrenada estabilidad económica ha podido reanudar sus estudios. Se interesa mucho por nuestra posición económica, por cómo está la vida en España, cuánto se gana. Aún así, cada poco hace gala de patriotismo: “Amo tanto esta tierra que hasta llevo tatuado en el pecho Made in Colombia”.

Como buen santafereño, le encanta la Navidad, aunque le moleste que hayan prohibido el uso de pólvora durante los festejos. Y para que conste que cree en el espíritu navideño, cuando le damos un billete de 20.000 pesos para pagar el viaje (que cuesta 11.000) él mismo se cobra 1.000 de propina. “Es Navidad”, se justifica con picardía.

domingo, diciembre 13, 2009

Armenia, Colombia


Desde que me enteré de que existe en Colombia una ciudad llamada Armenia me inundó una enorme curiosidad que conseguí saciar de casualidad. Nos encontrábamos en Pereira, en el corazón del Eje Cafetero, impartiendo un taller en la universidad. Después pensábamos pasar un par de días haciendo alguna excursión por los alrededores de la ciudad. Nuestros planes cambiaron al conocer a Claudia, madre de María Teresa, la organizadora del taller.

Claudia vive en Salento, un hermoso pueblecito, muy turístico debido a sus casitas de colores plagadas de tiendas de artesanía, situado en el departamento vecino Quindío, también en el Eje Cafetero. Ella tiene una finca en la que cultiva hierbas medicinales, actividad que compagina con diversos proyectos como trabajadora social encaminados a promover el empoderamiento de las mujeres campesinas de la región a través de las artes. Nos dijo que no podíamos dejar de ir a Salento y nos convenció. Nos cogimos el autobús, al son dulzón del vallenato, ansiosas por desintoxicarnos de todo el ruido y la contaminación de Bogotá y Pereira. Encontramos a un entrañable compañero de viaje, un músico indigenista y místico, pero esa historia me la reservo para otra ocasión.

Total, que después de encontrarnos con Claudia en Salento nos dijo: "¿Qué os parece hacer una entrevista en la radio universitaria de Armenia? Es para el único programa con perspectiva de género del departamento". ¿Cómo se dice que no a una petición así? Apenas nos dio tiempo de dejar las maletas en la pensión y tomarnos un café antes de meternos de nuevo en otro microbus rumbo a otra urbe.

"¿Por qué se llama Armenia?", preguntamos en cuanto tuvimos ocasión. Porque quienes habitaban esta región eran considerablemente ilustrados. Por lo que, al fundar la capital del Quindío en 1889, lejos de recurrir al nombre de una virgen, quisieron rendir homenaje a las víctimas de la guerra que estaba aconteciendo en Armenia.

La Armenia colombiana es conocida como "la ciudad milagro". Nos dijeron que era por lo bien que se recuperó tras el terremoto de 6.2 grados en la escala Richter que la asoló en 1999. Me sorprende ahora leer en Wikipedia que murieron 1230 personas. Supongo que dada la magnitud de la catástrofe, la cifra es mucho menor de la esperada.

En realidad apenas vimos la ciudad, sino que nos metimos a la Universidad del Quindío a realizar la entrevista. Era para un programa de medio ambiente conducido por el ambientalista Néstor Jaime Ocampo, en el que Xatlí Murillo, comunicadora social y buena amiga de Claudia, cuenta con un espacio en el que incorpora la perspectiva de género. La tuvimos que grabar en grabadora ya que una caída de la tensión suspendió el programa. Lo bueno es que durante la espera pudimos charlar con Xatlí y Néstor Jaime, dos encantadores docentes universitarios, apasionados por el ecologismo, que nos hablaron de las lacras que sufre la región, como la desertización debido al cultivo masivo de especies exóticas de pino.

Néstor Jaime nos contó una hazaña que, por lo que compruebo ahora rastreándole (adoro Google) le ha hecho popular. Compró una acción de la multinacional papelera Smurfit para poder plantarse en su junta de accionistas en Dublín y denunciar que se estaban lucrando a costa de perpetrar sendos crímenes ecológicos en Quindío.

Encuentro un reportaje que narra toda la historia. Os copio un fragmento: "El hecho [la intervención de Néstor Jaime en la asamblea de accionistas], registrado con profusión por la radio, los periódicos y la televisión irlandesa, tuvo alcances insospechados y hasta el famoso grupo musical de rock U2, liderado por Bono, resultó envuelto en el debate, cuando se descubrió que mediante malas mañas la multinacional insertó una foto del grupo en una de sus publicaciones, haciéndolo aparecer como avalador del manejo de la multinacional. Néstor Jaime escribió a Bono y el grupo condenó la acción de la Smurfit. Para concluir esta parte, digamos que la demanda instaurada por la poderosa Smurfit contra Néstor Jaime Ocampo no prosperó: los ambientalistas demostraron ante la justicia colombiana que las denuncias estaban respaldadas por hechos comprobados".

Un lujo pues escuchar esta historia en voz de su protagonista, y conocerlo tanto a él como a Xatlí, una pionera en divulgar sobre el nexo que une feminismo y ecologismo. Gracias a los dos.

miércoles, diciembre 09, 2009

Colombia


Como no sé ni por dónde empezar, creo que os iré contando pequeñas historias y anécdotas de nuestro viaje por fascículos. En fin, ha sido una experiencia maravillosa, tanto los encuentros como los días siguientes recorriendo Bogotá y el Eje Cafetero (Pereira, Armenia, Salento, Cocora...)

No hemos ido demasiado de turistas. Lo malo es que tal vez nos hayan quedado cosas imprescindibles por ver: monumentos, museos, paisajes... Lo bueno, que nos hemos inmerso mucho más de lo que pensaba en la sociedad colombiana. Más que los paisajes geográficos me interesan los humanos, y creo que para haber estado sólo una semana hemos podido atisbar al menos unos cuantos elementos característicos de las gentes paisas.

Una semana sólo ha sido suficiente para hacernos a la idea de todas las posibilidades que ofrece el país: su abrumadora diversidad social, étnica, cultural, política y social; cientos de reportajes, crónicas y entrevistas a realizar; decenas de ritmos que bailar; millones de personas peculiares que conocer... Dicen que García Márquez más que un excelente novelista, es un gran fotógrafo. Es decir, que Colombia es puro realismo mágico. Por lo poco que he visto, doy fe.

Estoy toda enmorriñada, pero la globalización tiene sus ventajas: hoy he comido arepas de pollo a ritmo de ballenato, y me he comprado una chocolatina de maní de postre. Mañana pienso desayunar zumo de guanábana en la Plaza Nueva, y contaré mis aventuras tanto a la dueña de ese local como a la chica de Cali del locutorio que frecuento. Mientras no pueda volver, sacaré el máximo jugo a esos gajos de Colombia que esconde el frío Bilbao.

En la imagen: la foto de familia de los encuentros

lunes, noviembre 23, 2009

El 25 de noviembre, a la mani; el 26, a ¡Colombia!


Se acerca el 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, una jornada de luto, en la que toca recordar a las 57 mujeres asesinadas en lo que va de año por sus parejas o ex parejas, y a tantas otras muertas en años anteriores. Recordarlas nos suele generar rabia, nos lleva a cabrearnos con la insuficiente concienciación social, con el pésimo tratamiento mediático (en la mayoría de los casos), con las lagunas de las leyes, etc. Sin embargo, este año me he propuesto enfrentar la fecha con esperanza.

Claro que tenemos que ser críticas, pero creo que tenemos que conservar la alegría y la ilusión por las cosas bonitas que estamos haciendo para que no nos invada el derrotismo. No todo es una mierda. Supongo que lo veo así porque me encuentro rodeada de un montón de proyectos ilusionantes.

El más intenso es que el mismo jueves me voy a Colombia, a los III. Encuentros de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género. Recordad que de los segundos, hace dos años en Oviedo, vine con tal subidón que montamos una red vasca. Estoy segura de que este encuentro también va a dar buenos frutos. Qué duda cabe de que estoy emocionadísima por lo que supone a nivel personal, pero de todo lo que voy a disfrutar ya os informaré a su tiempo en alguna escapada al locutorio, tanto en Bogotá, donde es el encuentro, como en Pereira, donde impartiremos un taller sobre comunicación no sexista. Nos juntaremos cientos de periodistas sensibilizadas con la igualdad para debatir sobre estrategias de comunicación feminista y pensar cómo fortalecer nuestras redes.

Recién llegada, el día 4 de diciembre, me iré de la misma a las Jornadas Feministas Estatales de Granada. Otro subidón: miles de feministas debatiendo, compartiendo, disfrutando... Ver la programación marea.

Y justo ahora estoy terminando otro proyecto maravilloso. De la mano de la consultoría Sortzen, capitaneada por Norma Vázquez, Maite Asensio (mi compi de Red, de viaje a Colombia e irremplazable amiga) y yo hemos entrevistado a madres de mujeres vascas víctimas de violencia machista. Los testimonios que hemos redactado se leerán en un homenaje el 30 de noviembre en Barakaldo, cuyos objetivos son conocer quiénes eran esas mujeres, mostrar que no fueron asesinadas por ser débiles y dependientes sino porque se rebelaron, dar a conocer qué ocurre con las familias cuando los micrófonos y las grabadoras se olvidan de ellas, etc.

La experiencia ha sido impresionante y estoy muy satisfecha con el resultado. Espero que me dejen mostrároslo pronto.

Por todo ello, porque estamos caminando con paso firme, reflexionando y compartiendo estrategias, difundiendo nuestros principios y análisis, acercándonos y conociendo a las víctimas y a sus familias, no quiero hundirme en este 25 de noviembre. Necesitamos ilusionarnos para seguir adelante y enredar a cada vez más periodistas, porque como afirmaba un estudio reciente, informar bien sobre la violencia de género puede salvar vidas.

Nota: Abrumada por tanto proyecto ilusionante, quiero citar a las principales personas que me han acompañado en este proceso y que despertaron mis inquietudes. Por orden cronológico (de irrupción en mi vida): Karmele, Make, Tina, Lucía, Ritxar y Maite.

Nota 2: En la viñeta, un clásico de Forges.

viernes, noviembre 20, 2009

Menores


Estoy leyendo el libro "Menores migrantes sin referentes familiares", coordinado por Antonio S. Jiménez Hernández, con enorme interés. Recomiendo especialmente el artículo de Silvina Monteros, que aplica las teorías de Foucault y Butler al concepto de menores extranjeros no acompañados (en cuanto a construcción social que implica una performatividad pero no está libre de resistencias), y el de Nuria Empéz, sobre el derecho a vivir en familia.

Este es buenísimo, ya que desmonta el argumento políticamente correcto de que si se promueven las mal llamadas reagrupaciones (expulsiones encubiertas) es para garantizar el derecho de los menores a vivir en familia. Por una parte, Empéz recuerda que la mayoría de reagrupados no terminan con sus familias, sino en reformatorios en Marruecos o vuelven a intentar migrar. Pero lo que más me ha gustado es que compara ese pretexto cuando se trata de expulsarles, con las restricciones que hay para que inmigrantes adultos reagrupen a sus hijos menores. Es decir, cuando se trata de que los menores vengan, el derecho a vivir en familia nos importa bien poco.

En fin, el libro no tiene desperdicio, pero hoy quería traeros un parrafito del artículo de Ainhoa Rodríguez García de Cortázar, ya que me parece un resumen estupendo de buena parte del fenómeno de los llamados MENA:

Resumiendo, las principales dificultades para la integración que viven los menores marroquíes no acompañados son la exclusión político.legal, de la que se deriva gran parte de la discriminación formativa y laboral, que les lleva en ocasiones a buscar alternativas de vida más o menos desviadas, cuya exageración mediática contribuye a su estigmatización social, e influye en parte del profesorado, empleadores y agentes del orden -además de en los propios menores- y al mismo tiempo fomenta la xenofobia hacia este colectivo.

Gran resumen, ¿verdad?

No quiero cerrar este post sin rendir un pequeño homenaje a Kadero, el joven argelino muerto ahogado en la Ría de Bilbao cuando huía de la policía; la cuál le perseguía por un robo que no había cometido. Una víctima más de la Ley de Extranjería, de la criminalización que sufren los inmigrantes y el terrible estigma que arrastran los menores no acompañados.

domingo, noviembre 01, 2009

Ordenes de expulsión


Creo que para entender lo tremedamente injusta e inhumana que es la Ley de Extranjería no funcionan tanto los grandes discursos como mostrar las consecuencias que tiene en lo concreto, en la vida de las personas. Una de las consecuencias que más me impactan son las órdenes de expulsión. No soy experta en esto, así que perdonadme si caigo en alguna inexactitud, pero la historia sería más o menos la siguiente:

Imaginemos el largo periplo que supone migrar de un pueblo de Senegal a Bilbao. Normalmente no se emigra en una sola fase: el proceso suele incluir migraciones dentro del propio país o región, pausas para trabajar y ahorrar dinero para el viaje, una estancia en un Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) en Canarias, deambular por diferentes provincias... Finalmente, tal vez años después de haber salido de su pueblo, la persona migrante se asienta en Bilbao.

Se empadrona y desde entonces necesita pasar tres años en situación irregular (por tanto, trabajando en la economía sumergida, sin poder reagrupar a familiares y con casi todos sus derechos negados) para poder tramitar un permiso de residencia y trabajo demostrando el arraigo social: prácticamente la única forma que les queda a las personas migrantes para regularizar su situación.

Imaginemos que cuando lleva algo más de dos años empadronado y ya está dando pasos para solicitar el permiso de trabajo, topa con una redada de la brigada de Extranjería de la Policía Nacional, en colaboración con la Policía Municipal de ayuntamientos como el de Bilbao o el de Barakaldo. La Policía Nacional le abre una orden de expulsión, la cuál implica el riesgo de ser trasladado a un CIE (actualmente, durante un plazo máximo de 40 días, pero con la reforma de la Ley pasará a ser 60) o ser repatriada.

En el caso de Euskadi, lo habitual es que la orden no se ejecute. Esto supone que la persona seguirá viviendo junto a nosotras pero con una pesada losa a sus espaldas. En primer lugar, tendrá que sumar un mínimo de 5 años en situación irregular (tres de prohibición de entrada en el país y dos hasta que prescriba la orden), es decir, prácticamente sin derechos. En segundo lugar, sentirá la presión que implica la amenaza de ser repatriado o trasladado a un CIE en cualquier momento.

En este punto conviene recordar que no tener papeles no es un delito sino una infracción administrativa comparable a una multa de tráfico. Sin embargo, vemos que el castigo no es una multa, sino tres consecuencias absolutamente desproporcionadas: la expulsión del país, el internamiento en un CIE (en regimen prácticamente carcelario) o ser abocada a la irregularidad durante otros cinco años.

Las cosas se pueden poner aún más feas. Por un lado, hay personas que van acumulando órdenes de expulsión. Por otro lado, está la cuestión de los antecedentes penales. Uno de los requisitos para poder regularizarse a través del arraigo social es no tener antecedentes penales. Imaginemos que este inmigrante senegalés, como tantos otros, se gana la vida ganando CDs. La policía le detiene y se le imputa un delito contra la propiedad intelectual. Hasta que no haya una sentencia favorable al acusado o prescriba el delito, éste le impedirá acceder a un permiso de residencia y trabajo.

La integración (concepto que me repatea) es en todo caso un proceso que exige cierta reciprocidad. Tú no puedes integrarte en una sociedad que no te reconoce ni te respeta, que te aboca a vivir sin derecho durante hasta más de una década.

No sé cómo lo véis, pero a mí esto me parece estremecedor. He tenido la suerte de poner cara a esta realidad a través de conocer a los integrantes de la plataforma por los derechos de las personas migrantes Mbolo Moy Doole. Son en su mayoría senegaleses en situación irregular, muchos de ellos vendedores ambulantes afectados por la tipificación de la venta de CDs y DVDs como delito.

Una de sus principales luchas, como es he contado en otra ocasión y como se ve en la foto, es protestar por el encarcelamiento de un compañero que ya lleva 4 meses en prisión por llevar CDs en la mochila. También se están organizando para que cuando uno de ellos sea detenido el resto se enteren y se organicen para apoyarle y hacer una denuncia pública. Por último, con ayuda de los compañeros de la Comisión Jurídica de SOS Racismo, se están formando para conocer sus derechos, en lo relativo a cuestiones como las órdenes de expulsión. Me enorgullece y me llena de confianza y esperanza conocer a personas así, que ante la adversidad optan por apoyarse las unas a las otras y organizarse. Aunque el Gobierno les niegue ese estatus, ellos sí que son ciudadanos ejemplares.

viernes, octubre 16, 2009

Intercambio de sonrisas



Me sabe mal tener este blog tan abandonado y sobre todo los vuestros. Tenía pensado escribir un post sobre pedofilia en clave de género, repasando varias cositas. Entre otras:

- La polémica sobre las fotos de Brooke Shields. He seguido con mucho interés el debate en Sindrogámico

- Lydia Cacho arremetiendo sobre Memoria de mis putas tristes porque hace apología de la pedofilia

- Una patética noticia que destaca la ínfima presencia de mujeres en una red de pederestas. Esto lo analiza mi compi Itziar en la red de periodistas

Tengo ganas de presentar mis opiniones y contradicciones sobre la pedofilia, la libertad de expresión, el arte, los condicionantes de género y tantas otras cosas, pero llego a casa después de currar y hablar de pedofilia es lo que menos me apetece. Así que, por lo pronto, hasta que saque ganas para analizar este tema, os invito a que opinéis sobre lo que os apetezca.

Y como ya os digo que estoy más necesitada de sonrisas que de análisis sesudos, os propongo que intercambiemos vídeos, canciones, artículos o lo que sea que os hayan hecho disfrutar. Mi propuesta, un vídeo de lindy hop, un estilo de baile a ritmo de jazz al que se ha apuntado Tomara y que me tiene alucinada. ¡A bailar!