sábado, marzo 22, 2008

Cerrado por vacaciones


Como os imaginaréis, ando desconectada por vacaciones. He pasado unos días en familia y el lunes me voy a Galicia. Espero que vosotros y vosotras también estéis disfrutando. El tiempo no acompaña, pero hoy nos ha regalado un maravilloso paisaje de la costa del Cantábrico. Un mar con franjas de todos los colores: unas cinco tonalidades de azul, otras tantas de verde y gris, marrón y ocre... Una maravilla. En la foto -a falta de encontrar una que refleje lo que os intento describir-, un atardecer en la Ría de Arousa, donde pasaré la semana que viene.

viernes, marzo 14, 2008

¿Gay? Vale. ¿Loca? ¡Qué asco!


Es un comentario que he escuchado habitualmente en mi entorno. A menudo, las discriminaciones sutiles son más peligrosas que las explícitas, porque resulta difícil detectarlas. Hoy ha habido una discusión similar en el programa de televisión Fama, sobre Juan Carlos, un concursante gay que explota una imagen ambigua y excéntrica, que no deja lugar a dudas sobre su orientación sexual.

En el reality de danza (lo veo, no me importa reconocerlo; veo todo lo que incluya danza) los concursantes votan a la persona que ha destacado como mejor compañera y a la que ha sido peor en la convivencia. Tienen que votar delante de todos y justificar sus motivos. Hoy Juan Carlos ha sido el peor valorado, y dos de los chicos lo han atribuído a que se exhibe desnudo antes de ducharse.

Es un programa que se caracteriza porque los tíos están constantemente sin camiseta y es exagerado cómo explotan su parte sexy. En cambio, que un tío se desnude del todo antes de meterse en la ducha, en vez de andar tapándose con la toalla y que, porqué no, haga una broma sobre su cuerpo, lo viven como una falta de respeto.

Discutiendo todo ésto, le dijeron que es un "tío de puta madre" cuando está en plan maduro y serio. Sólo les faltó decir "cuando se comporta". Uno llegó incluso a utilizar la palabra "loca", en una expresión tipo: "es que cuando vas de loca la cagas". Él dijo que proviene de la cultura gay, que sus amigos son maricas y punto. Que son dos facetas de su personalidad y no piensa renunciar a ellas. Se puso a llorar y explicó que se sentía como cuando su padre le reprimía.

La mayoría de las personas nos dicen que no son racistas ni homófobas. Pero no lo son cuando las personas diferentes asimilan la actitud predominante, la que la sociedad impone como única deseable. Eso no es respeto. No se trata de decir "no me importa con quien se acueste cada cuál". Se trata de respetar la diversidad, que respetemos tanto al gay abogado sin pluma y pareja estable que a la loca, la travesti, el oso. No se trata tanto de problemas de un colectivo, sino de una actitud a favor de la libertad individual y la diversidad que nos beneficiará a todas las personas. Imaginaos lo liberador que sería un mundo en el que no nos sintiéramos juzgadas, y nos permitiéramos dar rienda suelta a nuestra imaginación y nuestros deseos en cada momento.

Este tema también se planteaba en Queer as folk, una serie de temática gay que me encanta. Al protagonista (poca pluma, sosito, con novio, tutelando a un adolescente, muy convencional) le encargaban dar un discurso en el que el mensaje era que los gays son iguales a cualquier otra persona. No dejaron entrar al acto a sus estrafalarias amistades. Y ahí reaccionó y dijo algo tipo que no quiere que los gays intenten ser igual que nadie. No tienen porqué demostrar que cumplen las pautas sociales que los hetero les imponen. Quieren ser auténticos, y respetados como tales.

Aprovecho la entrada para criticar los diversos ejemplos de doble moral que hemos vivido en los últimos días. Dos alcaldes conservadores, que hacían gala de su moral y su rectitud, han sido denunciados por pagar los servicios de prostitutas y prostitutos con dinero público. Es lo que tiene la represión, que obliga a quien se la carga a convertirse en corruptos e inmorales por no permitirse ser libres.

Abajo, una coreografía protagonizada por Juan Carlos, junto con otros de los chicos. Iba a poner otra en la que baila con tacones de aguja, pero ésta me encanta.

Variables invisibles


Aproximadamente el 30% de las sentencias por malos tratos en Euskadi recayeron sobre hombres inmigrantes, según los datos que ofreció el departamento de Justicia ante el 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. Teniendo en cuenta que el porcentaje de inmigrantes en la comunidad no alcanza el 5%, la cifra no deja de ser alarmante.

Y alarma social es precisamente lo que puede generar este tipo de informaciones. Por no decir xenofobia. Este racismo racional (no recuerdo el nombre exacto que se utiliza en psicología) de "yo no soy racista pero objetivamente los inmigrantes son más..." puede hacer mucho daño. Por otro lado, las políticas de protección a maltratadas (teléfonos, ayudas, campañas para promover la denuncia...) también se están centrando en llegar a las inmigrantes. Esto es importante por la situación de especial desprotección en la que se encuentran (miedo a denunciar por no tener papeles, falta de una red social que la haga sentir segura y apoyada, precariedad económica que dificulta la emancipación...), pero puede ser contraproducente si sirve para consolidar el estereotipo de mujeres dependientes, sumisas y pasivas que arrastran.

Como decía, la cifra de 30% es demasiado llamativa como para no analizarla. El problema existe. Tal vez no sea una cuestión de etnia sino de clase, de exclusión social. Puede que la frustración y los problemas psicológicos que a menudo van ligados al proceso migratorio acentúen comportamientos agresivos. Puede que sea más sencillo que sentencien a un inmigrante pobre que a un médico prestigioso. O puede que en sus países (y digo países, no culturas), no se haya trabajado tanto como aquí el reto de la igualdad o la sociedad esté menos sensibilizada sobre la lacra de la violencia machista. No sé si alguno de estos elementos influirá.

Comentando estas cosas con compañeros de SOS Racismo, uno de ellos aportó una reflexión que me pareció definitiva, y por la que escribo esta entrada: se pone el foco en el porcentaje de inmigrantes maltratadores. El interés por ese dato oculta un transfondo xenófobo porque no se busca el dato sobre otras variables (exclusión social, por ejemplo). Pero él dijo algo que me encantó: ¿por qué no se mide qué porcentaje de maltratadores desempeñan profesiones o aficiones con una carga violenta?

La hipótesis no me parece nada descabellada, especialmente cuando veo noticias como ésta: anoche, en menos de 24 horas, fueron asesinadas dos mujeres por sus parejas o ex parejas. Una de ellas, con arma de fuego. Su marido, ex policía local, la disparó con una escopeta. En este país, al contrario que en EEUU, cualquier persona no puede conseguir un arma. Sería interesante conocer qué porcentaje de los asesinatos se han realizado de esta manera y, más aún, porqué esos hombres tenían arma: eran cazadores, policías, militares...

Me parece un tremendo error echar balones fuera y fijarnos en si vienen personas de culturas más machistas, antes de hacer un análisis crítico de nuestra propia cultura. Resulta imprescindible que los propios hombres cuestionen su relación con la violencia, que se preocupen por la cultura del riesgo en la que han sido socializados, que entiendan que -al contrario de las mujeres- se les ha enseñado a no contener su agresividad y a agredir como forma de resolver conflictos. Cuando avancemos hacia un modelo de hombre pacífico y libre de esas imposiciones, podremos permitirnos dar lecciones universales de igualdad.

En la foto, el perro que aparece en la película Bowling for Columbine, de Michael Moore. Sus dueños, cazadores, hicieron la gracia de disfrazarle de cazador. Al perro se le disparó la escopeta, y no recuerdo si hubo heridos o incluso muertos. Por cierto, hay personas que defienden que el que es violento lo es tanto con las mujeres como con los hombres. Me pregunto entonces porqué tenemos una tasa de asesinatos por violencia machista tan alta, y no trascienden como un serio problema social otro tipo de asesinatos.

miércoles, marzo 12, 2008

Mi rincón (por poco tiempo)


El de la foto es mi rincón preferido de Bizkaia. Se trata de San Juan de Gaztelugatxe, una ermita en lo alto de un pequeño peñón, conectado con la costa por un angosto caminito que lleva a las interminables escaleras. Esa es mi versión. La de Wikipedia me ha dejado con la boca abierta: "Es un tómbolo cuyo estrecho istmo pedregoso está ocupado por un viejo puente de recorrido sinuoso; visualmente tiene toda la apariencia de una isla".

El caso es que he vivido decenas de momentos especiales en ese lugar, innegablemente privilegiado y espectacular. Pero como lo que no es productivo en esta sociedad no sirve, al Ayuntamiento de Bakio se le ha ocurrido edificar junto a este biotopo protegido, con campo de golf incluído. Y miento cuando digo que no es productivo, porque tiene un atractivo turístico incomparable. No es que una agresión medioambiental tan bestial sea algo nuevo en la costa vizcaína, pero este me parece un ejemplo de manual. Y me duele especialmente.

jueves, marzo 06, 2008

Ya soy demócrata


Ayer voté, así que ya puedo decir con la cabeza bien alta que soy demócrata. Lo digo con cierta ironía porque no me dejan de hacer gracia esas personas que se sienten con superioridad moral por echar una papeleta cada cuatro años, frente a quienes eligen otras formas de transformar la sociedad. Dicho ésto, ahí van diversas reflexiones desordenadas ante este señalado fin de semana:

- Lo dicho: respetemos la abstención crítica como una opción tan legítima en democracia como el resto. Conozco a personas que dedican gran parte de su vida, energía e ilusiones a trabajar por los derechos de la población inmigrante, de las mujeres, de los gays y lesbianas, por la salud del planeta. Personas que apoyan todas las causas justas, que difunden cada día las injusticias, que intentan convencer de que otro mundo es posible y necesario, que denuncian los efectos del neoliberalismo, que son coherentes y sinceras con sus principios aunque les lleve a ser estigmatizadas como "antisistema"...

Esas personas que el domingo no votarán porque no hay ninguna opción con la que se identifiquen o porque quieren reflejar su desencanto con una llamada democracia representativa en la que ni pueden decidir nada ni se sienten representadas por los dirigentes políticos, me merecen más respeto que las que sólo se mueven del sofá para legitimar las mismas políticas de siempre.

En mi caso, el año pasado opte por esa abstención crítica. Este año creo que es positivo que una fuerza de izquierdas influya, por poco que lo haga y aunque no sea el partido de nuestros sueños. Además, en Euskadi la izquierda abertzale se apuntaría mi abstención, y eso no me mola. Me identifiqué bastante con la última columna de Almudena Grandes, aunque yo tampoco es que esté encantada de la vida con mi voto.

- Más de una vez he manifestado en este blog mi descontento con todos los partidos políticos, pero lo cierto es que me apenó mucho la previsión de que Izquierda Unida se quede sin grupo parlamentario propio. Cada cuál que vote lo que quiera, pero animo a no caer en la estrategia del PSOE de llamar al voto útil. Cuando logre la mayoría absoluta (para gobernar cómodo, sin presiones de la izquierda) o pacte con la derecha, igual pensaréis que vuestro voto no fue tan útil. Un bipartidismo aún más salvaje que el actual me parece un panorama realmente desolador.

- Este año hemos tenido la mala suerte de que las elecciones se celebren el 9 de marzo, el día después del 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, y para mí fecha mucho más importante que cualquier cita electoral. En varias provincias, como Madrid, se ha utilizado el argumento de la jornada de reflexión para prohibir las manifestaciones. Como siempre, en este país se confunden la defensa de los derechos humanos con el politiqueo. Animo a ignorar la orden y salir a la calle el sábado, que es cuando toca. En cambio, los políticos no han tenido reparos en utilizar el 8-M y las reivindicaciones feministas para rascar votos. Ningún candidato priorizó la violencia machista en sus campañas hasta que no fueron asesinadas cuatro mujeres en un día. Sin embargo, esta semana pocas instituciones han renunciado a manifiestos a favor de las mujeres claramente electoralistas.

- Le llaman sufragio universal, pero no lo es, porque millones de personas no podrán votar por ser extranjeras. Ante ello, han surgido iniciativas como Vota por mí: se propone que las personas autóctonas que no vayan a votar den en adoptción su voto a una inmigrante sin ese derecho. Gracias, Migra.

La viñeta, de Forges, la pongo porque me ha hecho gracia.