jueves, septiembre 28, 2006

Mi primera colaboración con El País

Supongo que la mayoría ya lo sabréis pero he empezado ha colaborar con El País ocupándome de la información universitaria. Mañana publican mi primer texto, dentro de la edición del País Vasco, sobre la apertura del nuevo curso en la UPV. Es un tema que a la mayoría no os apasionará pero me hace ilu que lo leáis.

Transexualidad masculina


Ayer emitieron en Documentos TV un documental sobre la vida de Moisés, un hombre que ha conseguido adecuar su aspecto físico a su identidad de género mediante una voluntad de hierro y la ayuda de las hormonas.

A lo largo del programa, Moisés narraba cómo había sido su evolución y sus allegados contaban cómo habían aceptado el cambio.
En el centro de la historia se encontraba un dilema: Moisés quería decidir si se operaría los genitales.

Se suele asociar la transexualidad sólo a la femenina, y a menudo nos olvidamos de la masculina, que está todavía menos normalizada en la sociedad. La transexualidad masculina entraña el drama añadido de que implantarse un pene hace peligrar la salud y a menudo supone la imposibilidad de sentir placer.

Es lógico que un transexual quiera borrar de su cuerpo lo que le queda del otro sexo, y de hecho vemos que las transexuales femeninas suelen exhibir mucho su belleza y los masculinos suelen dejarse barba. Pero, ¿son los genitales el atributo central que define el género? Como explicaba una psicóloga en el vídeo, asegurar que el pene determina la masculinidad supone aceptar que los hombres con pene pequeño o anomalías son menos hombres.

Al final del documental, Moisés decidía no operarse y lo explicaba con esta espléndida frase: “He decidido no agredir mi cuerpo con un injerto que no es más que un símbolo que impone la sociedad”.

miércoles, septiembre 27, 2006

Ahotsak


Tenía pensado opinar sobre lo que suponen las últimas declaraciones de ETA para el proceso de paz y aventurar a qué se debe pero es todo tan triste que no me quiero amargar el día.
La imagen de los encapuchados en un grotesco alarde armamentístico contrastaba con una con la que prefiero quedarme: la del grupo de mujeres de la cultura y la política que con rosas blancas en la mano apuestan por la paz, el diálogo y el entendimiento.

Se trata de una preciosa iniciativa llamada Ahotsak, que ha logrado reunir a mujeres de todos los partidos políticos y sindicatos excepto el PP. Jone Goirizelaia (miembro de Batasuna y abogada de presos de ETA) y Gemma Zabaleta (miembro de PSE/EE y amenazada por ETA) agarradas de la mano son todo un símbolo de que la reconciliación y la normalización son posibles si se apuesta por la empatía y la solidaridad.

Por otra parte, creo que es enormemente positivo el gesto del lehendakari Ibarretxe al prometer que se guiará por las propuestas de estas mujeres por la paz a la hora de diseñar nuevas estrategias para avanzar en el proceso.
No quiero que nadie olvide tampoco, la actitud deleznable que mantuvieron hace unos meses los diputados del PP que rompieron, tiraron y rechazaron las rosas blancas que les regalaron estas mujeres.

viernes, septiembre 22, 2006

Cibeles (2ª parte)


Dice Ágata Ruiz de la Prada algo así como que las modelos no son intelectuales así que no se les puede pedir declaraciones demasiado inteligentes. Lo han demostrado sobradamente. Las modelos que no han sido aceptadas en Cibeles por no superar el 18 de IMC argumentan lo mismo que una chica que ayer se manifestaba en contra de la medida en las Cartas al Director de El País: tener un índice de masa corporal inferior a 18 no significa estar enferma o anoréxica.

El problema es que mezclan dos cosas que en realidad tampoco Cibeles ha dejado muy claro. Si el objetivo es evitar que desfilen modelos enfermas, la medida debería tal vez de estar acompañada de análisis clínicos. No obstante, tengo bastante claro que menos de 18 de IMC es un estado peligroso para la salud. Dice la OMS que lo normal es a partir de 20. Yo tengo 20, y si los que me conocéis sabréis que, estoy más bien delgada. Vamos, para dejarlo claro: mido 1,66 y peso 55 kilos. Con 15 años medía lo mismo y pesaba 47 kilos, lo que significa que tenía un índice de 17,09. Puedo asegurar que en esa época estaba muy débil y mi aspecto era preocupante.

Si el objetivo, en cambio, es evitar que las modelos muestren un aspecto enfermizo, da
igual lo sanas que estén. La cuestión no es si están sanas sino si representan un cánon estético peligroso para la salud. Da igual su salud, importa que las jóvenes que se guíen por la estética de las modelos no encuentre en ellas un aspecto enfermizo que imitar. En este caso, el IMC marcado va a misa, porque lo que está claro es que con menos de 18 el aspecto es completamente huesudo.

El argumento de estas modelos me parece increíble: “yo soy delgada por naturaleza, por mi metabolismo, y no se me puede discriminar por eso”. Pues claro que sí, guapa. La que usa una 44 la usa por naturaleza y su metabolismo es así, por eso no puede ser modelo. La verdad es que ya era hora que para ser modelo se establecieran, además de medidas máximas, medidas mínimas.

Islam y violencia


Ya sé que el debate ya está pasadito pero no he podido escribir esta semana. Lo que voy a decir no tiene que ver con el Islam sino con unos cuantos fundamentalistas: me parece increíble que el Papa les relacione directamente con la violencia y ellos protesten con violencia. En el libro “¿Por qué no me enseñaste cómo se vive sin ti? Un corresponsal de TVE en La Habana” de Martín Medem, una fuente del autor decía que a veces Bush parecía un agente secreto del Gobierno cubano. Lo mismo pasa aquí, parece que los fundamentalistas necesitan dar argumentos a los fundamentalistas racistas e intolerantes de occidente.

¿Seguridad en el metro?


La polémica derivada de la reyerta en la estación de metro de Algorta en la que se acusa a las fuerzas de seguridad de cargar con demasiada violencia sigue todavía presente en los debates de los medios de comunicación vascos. El sábado pasado fui testigo de un episodio que no tiene nada que ver con aquella noche pero da qué pensar:

Eran las 12 de la noche y me bajé en San Inazio para ir a casa. A mi lado subían las escaleras dos veinteañeros ligeramente ebrios, pero nada excepcional para ser sábado por la noche. Uno de ellos me rozó levemente y me pidió disculpas con mucha educación. Al de poco dio un tumbo y rozó también muy levemente al guardia de seguridad y también le pidió perdón. El de seguridad reaccionó gritando algo así como: “¿Tú de que te ríes cabrón, de qué te ríes?”. El otro le contestó: “Perdona, no quiero problemas”, a lo que el guarda replica, cada vez más agresivo: “Problemas vas a tener conmigo porque te voy a romper la cara”. Siguió amenazándole durante unos instantes hasta que el chico decidió irse corriendo.

Puedo entender que ese oficio es estresante y que los profesionales deben sentirse constantemente amenazados. Pero que impresentables camorristas como ese formen la plantilla que tiene que defender a los usuarios del metro es cuanto menos patético.

sábado, septiembre 16, 2006

Víctimas y verdugos cara a cara


Viendo a esa viuda identificar al etarra Gadafi como el asesino de su marido con sólo un cristal que les separara me parece algo cruel y terrible. Habría que llevar a todos los terrenos ese debate que surgió con las niñas que no querían ver en el juzgado al profesor que presuntamente abusó de ellas . Hay que proteger especialmente a los menores pero creo que para cualquier víctima es un sufrimiento innecesario estar en la misma sala o incluso en el mismo edificio que la persona que le ha arruinado la vida. No entiendo qué problema tiene la videoconferencia para evitar esas situaciones tan angustiosas para las víctimas.

Cuéntalo y se acabará


Es lo que asegura es lema de una campaña televisiva contra el acoso escolar (los términos ingleses me parecen horteras e innecesarios). Yo no estoy muy de acuerdo.
Os cuento mi experiencia personal: me cambié de escuela a los 13 años y me tocó una clase en la que había unos cuantos impresentables. Mi versión es que el cabecilla de ellos me tiró los trastos y le rechacé. La versión de él es que apostó un katxi de kalimotxo a que le besaría a la primera de cambio. La versión del resto es que no tenían motivos para meterse conmigo, que simplemente me tocaba por ser la nueva. Sea como fuere, tuve a toda la clase, menos a dos personas, insultándome cada día, haciendo chistes, imitándome, tirándome objetos… No lo hacían en el recreo ni en el comedor (como en el anuncio) sino durante las clases delante de los profesores. En dos ocasiones, con profesores distintos, terminé saliendo de clase corriendo y llorando y ninguno de los dos profesores tuvo la delicadeza ni de preguntarme lo que pasaba.

De hecho, es complicado que los profesores se impliquen cuando ellos mismos también sufren agresiones. Había en mi clase la típica profesora fea, fea (la llamábamos Manolita Gafotas). Estaba asustadísima, le temblaba la voz y todo. En clase, los mismos bestias que me insultaban hacían concurso de quien le daba en la cara con el borrador. Ninguno fue expulsado por ello.

Contárselo a los padres es complicado. Yo no lo hice porque no quería preocuparles.
Así que no tengo ni idea de cuál es la solución. Lo mío fue hace nueve años, mucho antes de que se suicidara este chico de Hondarribia. Puede que ahora los profesores estén más concienciados y se den cuenta de que es todo un problema. Un problema que se arrastra durante muchos años. A mí sólo me acosaron durante un curso, pero los tres siguientes seguí teniendo pánico a hablar en clase o salir a la pizarra. Me ponía en la última fila porque si me sentaba más adelante y oía reírse a los de detrás siempre pensaba que se reían de mí. Ahora que en la universidad me he integrado a la perfección, se me ha pasado un poco, pero hay una cierta inseguridad y una necesidad permanente de sentirme aceptada que creo que llevaré conmigo toda la vida.

Como digo, no sé cuáles son las soluciones. Supongo que los orientadores y psicólogos de los institutos deberían hacer un seguimiento más cuidadoso. En mi instituto esa figura del orientador era un simple adorno que como mucho repartía unas fotocopias a final del curso sobre carreras universitarias y ciclos formativos. Podrían dar cursos a padres y profesores para que aprendan cómo hay que actuar frente a estos casos. El arbitraje parece una solución bonita pero creo que en la mayoría de los casos no va a ser más que un paripé por parte del agresor. Igual sería más eficaz obligar a los agresores a consultas periódicas con el psicólogo porque con esto pasa como con la violencia contra las mujeres: la atención se dirige a las víctimas cuando quien necesita terapia es el agresor.

Bueno, a ver si no hacen falta más casos como el de Jokin para que se empiecen a desarrollar programas de este tipo y que los padres y los profesores dejen de ver el acoso escolar como simples chiquilladas.

jueves, septiembre 14, 2006

La espiral del odio


Le llaman conflicto político a lo que pasa en Euskal Herria pero no es sólo eso. El conflicto no es sólo entre partidos políticos ni entre una organización terrorista y un gobierno. El conflicto es entre cientos de miles de personas que llevan acumulando durante generaciones sufrimiento que deriva en odio y odio que deriva en sed de venganza. Por ello, para solucionar desde la raíz el conflicto no basta sólo con las negociaciones políticas sino que es impresdible algo mucho más complejo: salir de esta espiral de odio.

Como siempre, la clave es lograr generar empatía. Entender lo que sentiríamos si asesinaran a un ser querido, como ha ocurrido con las familias de las más de ochocientas personas (doy la cifra de memoria, igual estoy diciendo una burrada) que ha asesinado ETA. Sufrir también con la muerte de las decenas de personas que ha asesinado el GAL. Entender el drama de la familia que tiene que dejar su pueblo por amenazas y también el de la familia que cada semana recorre mil kilómetros para visitar a su hijo en la cárcel. Imaginar qué sería de nuestra vida si nuestro hermano preso se suicidara en la celda o si nuestra madre falleciera en un accidente de tráfico yendo a visitarle. Ponernos en la piel del adolescente que aguanta agresiones e insultos en el instituto por ser hijo de un político no nacionalista, y en la piel del que es detenido por estar en un gaztetxe, llevar cierta indumentaria o pertenecer a una de las tantas organizaciones que están criminalizadas por la Ley de Partidos.

Que quede claro que no pongo en el mismo nivel a los de un lado y el otro, pero sí que es cierto que en los dos bandos (por decirlo de alguna manera) ocurren dramas que alimentan con más odio el conflicto.

Ojalá algún día todas las personas que han sufrido consigan salir de esa círculo vicioso de venganza y deseen que nadie, ni siquiera quien le ocasionó el sufrimiento, tenga que pasar por lo mismo que ellos. En alguna ocasión, gente implicada en los dos lados del conflicto me han expresado ese deseo, y ha sido en esos momentos en los que más esperanza he tenido de que llegue el día en el que este infierno se solucione.

(Ahora que escribo esto se me ha venido a la cabeza una idea que contradice mi teoría. Aunque en la tele se oiga mucho que la paz nos conviene a todos, no puedo evitar pensar que hay un montón de desalmados que no dejarán de contaminar el proceso de paz por intereses políticos o económicos. Pero como quería que esta entrada hablara de sentimientos, hagamos como si este amargo paréntesis no existiera)

Socialización y violencia


Hay una canción de Barricada que no falta nunca en las verbenas. No sé cómo se llama ni me he parado a pensar en qué narra la letra, pero es inevitable cantarla a pleno pulmón. El estribillo dice lo siguiente: “Estás asustado. Tu vida va en ello. Pero alguien debe tirar del gatillo”. Puede hablar de un delincuente común, de un guerrillero, de un soldado, de otros cientos de personajes que recurren a la violencia. Pero en todas las verbenas hay un grupo de personas más o menos numeroso que incluyen una terrorífica coletilla: “Alguien debe tirar del gatillo: ETA, ETA, ETA ETA ETA”. Ahora, cada vez que se me viene a la cabeza esa canción que tanto me gustaba antes, no puedo evitar sentir un escalofrío. La gente que grita eso pocas veces supera los dieciséis años.
El sábado fuimos unos cuantos del grupo de danzas vascas en el que bailo a fiestas de Bermeo y se nos unió una chica de quince años que acaba de dejar el grupo infantil para unirse al nuestro. Cuando los de la verbena de turno cantaban la canción, la chica (que apenas nos conoce) empezó a gritar ETA ETA buscando nuestra complicidad. Al encontrar gestos de reprobación se quedó cortada y se fue de nuevo con sus amigas. Eso me hizo pensar algo terrible: Ese ETA ETA no responde a un convencimiento político sino a una forma de socializarse. Está visto que cantar consignas de ese tipo mola. No creo que una niña dulce y simpática, en la que no se ve un atisbo de odio u amargura, pueda estar convencida de que es necesario asesinar a sangre fría a cientos de personas para liberar Euskal Herria.

Sería injusto responsabilizar a los propios menores por esto. Habría que responsabilizar, por ejemplo, a la cantante de uno de los grupos más presentes en las fiestas de los pueblos, Amaiur, que en esa misma canción, en vez de “nunca tendrán las armas la razón” ella canta “siempre tendrán las armas la razón”. Habría que responsabilizar a esos padres que desde que sus hijos son pequeños les trasmiten el odio por haber estado en la cárcel, por haber tenido familiares asesinados por la represión franquista o por el GAL, por sufrir agresiones policiales en las manifestaciones…

Pero también habría que responsabilizarnos a todos los que componemos la sociedad vasca por permitir que un halo de romanticismo siga envolviendo a una organización terrorista cada vez más sanguinaria. No cabe duda de que hemos reaccionado tarde, que en parte todavía no queremos creernos que ese sector de la sociedad sea tan fanático. Prueba de ello es que en el 11-M la gente quería creer que los autores fueron de Al-Qaeda para poder seguir pensando que ETA no es capaz de provocar masacres.

También deberíamos preguntarnos qué ocurre con los adolescentes para que necesiten meterse o identificarse con bandas violentas. Si no es la kale borroka son los neonazis y si no los latinkings, pero en todos los lugares, clases sociales y etnias de nuestro país hay un cierto número de jóvenes que acuden a las bandas violentas buscando explicaciones simplistas (pero explicaciones al fin y al cabo) para entender un mundo adulto en el que se sienten asustados y desorientados.

No hay foto porque no he encontrado ninguna que tenga sentido poner

lunes, septiembre 11, 2006

11-S


Hoy en un reportaje del programa Pásalo de ETB2 han dicho algo que comparto: "Como cada año, se han leído los nombres de las 3000 personas fallecidas en las Torres Gemelas. Se tardaría mucho más en leer los nombres de los asesinados en Irak y Afganistán". Me alegro de que desde los medios de comunicación se recuerde esa realidad. Los atentados del 11-S fueron trágicos pero hay que relativizarlo. Es un signo de racismo y de prepotencia que en Occidente se le de tanta importancia, se publiquen biografías sobre los testigos del suceso, se creen películas, mientras que a los cientos de miles de moritos que son asesinados por o con la complicidad de Estados Unidos no se les hace ni el más mínimo homenaje.
No hay que olvidar tampoco lo que ha significado el 11-S: la excusa perfecta para la guerra preventiva. Como decía un tertuliano del mencionado programa de ETB2, lejos de hacer una reflexión, una autocrítica constructiva, sobre porqué fue EEUU víctima de tan terrible ataque terrorista, el gobierno de Bush se ha aprovechado de la tragedia para reafirmarse como potencia hegemónica y sembrar más terror y miseria en todo el mundo.
En la foto, las Torres Gemelas antes del ataque. Prefiero seguir con esa imagen en mi memoria (frágil porque tuve la suerte de subir a su azotea con sólo nueve años)

El debate de moda


Considero muy complejo el debate que se ha suscitado a raíz de que la Pasarela Cibeles no haya aceptado a modelos de aspecto enfermizo y delgadez excesiva.
Esa decisión me parece acertada en la teoría, pero le encuentro unos cuantos peros. Para empezar, me parece injusto que los organismos que tanto presionaron a las modelos para cumplir esos cánones estéticos ahora las despidan por ello. Por otra parte, creo que son las agencias de modelos las que deberían tomar esa decisión, ya que son las que forman a las modelos y les trasmiten las exigencias del mercado.
Por otra parte, opino que la moda es arte. No es que el propio vestido sea arte, sino que lo es desfile en su totalidad, lo que incluye la ambientación, la caracterización y a la propia modelo. Por ello, mientras que no atente contra la salud de la modelo, no me parece mal que los diseñadores se decanten por una estética determinada. Exponiendo trasparencias no se pretende que vayamos a comprar el pan con los pechos al aire. De la misma manera, no se pretende trasmitir a la sociedad la necesidad de estar delgada. Simplemente, para el diseñador, su obra de arte luce más (lo que no entiendo es porqué) en un cuerpo delgado.
Me parece irreal atacar tanto a las modelos porque creo que en realidad no son los referentes estéticos de las adolescentes. Lo son, sí, las top model cuya delgadez, en mi opinión, no es excesiva. Lo son, sobre todo, las actrices y cantantes, entre las cuáles no podemos obviar a Jennifer López con sus acentuadas curvas. La serie de adolescentes Rebelde Way, que es probablemente la más exitosa entre las adolescentes, cuenta con actrices delgaditas pero como lo hemos estado casi todas a los quince.
De lo que se habla menos (es lógico porque sus consecuencias no son tan dramáticas) es de las exigencias de tener un cuerpo con curvas. Mi prima de doce años ya piensa en la cirugía estética. Lo terrible no es sólo que se les exija ser delgadas sino que se les exije ser delgadas y con una talla 100 de pecho, algo prácticamente imposible.
No se puede utilizar a las modelos como chivo expiatorio: hay que hacer autocrítica. En una sociedad tan superficial en la que desde todas las esferas se relaciona belleza con éxito, no podemos extrañarnos de que las adolescentes, tan necesitadas de aceptación, se preocupen por la estética.

sábado, septiembre 09, 2006

Increíble (pero la gente lo hace)

Me ha llegado un email que es el colmo de los colmos de las cadenas de mails absurdas:

HOLA A TODOS LOS DESTINATARIOS¡¡ La Sociedad Ericsson distribuye gratuitamente computadores portatiles con la intencionalidad de contrarrestar a Nokia que ha hecho lo mismo.Ericsson desea aumentar su popularidad. Por este motivo Ericsson distribuye gratuitamente el nuevo portatil WAP. Todo lo que hay que hacer es enviar este e-mail a ocho de tus conocidos. En aproximadamente dos semanas recibira un Ericsson T18. Si el mensaje es enviado a 20 personas o mas, pudese recibir un Ericsson R320. Importante: Enviar una copia del e-mail a anna.swelung@ericsson.com Atencion: no es una broma funciona Entonces date el gusto, regalate un portatil Te deseo buena suerte y buen portatil Javier Cristóbal de Dios

Ha superado con creces al ya clásico: "Hola. Soy el jefe del Messenger y si no reenvias este email te vas a quedar sin messenger".
¿Cómo puede la gente seguir reenviando estas cosas? ¿Para qué utilizan los creadores de las cadenas las direcciones que obtienen? ¿Virus, publicidad...? A saber.

viernes, septiembre 08, 2006

¿Gai?


Suena raro, ¿verdad? ¿No os sacaba de quicio que Javier Sardá pronunciara gai en vez de gei? Hace unos meses, Lucía Martínez nos dijo en clase que el término se ha castellanizado así que ya no hay que pronunciarlo en inglés. Me sonó rarísimo. Si os fijáis, en las series más actuales, por ejemplo en Queer as a Folk, ya lo pronuncian así. La Coordinadora Gai-Lesbiana lo escribe con i pero me queda la duda de que sea porque en catalán sí se haya adaptado. La RAE en cambio, por ahora lo escribe con y, no sé si lo cambiará en la siguiente edición. Es buena idea castellanizarlo porque es un término ya muy utilizado, pero va a costar asimilar el cambio, ¿verdad?

jueves, septiembre 07, 2006

Me quedo con los parias


"Nuestra política con Cuba es la de la Administración Bush. ¿Para qué vamos a estar con los parias de la tierra si lo que nos conviene es Estados Unidos? Antes el embajador de España en Washington iba al Departamento de Estado y lo recibía un ordenanza. Ahora nos hacen caso". Lo dijo, según el que fue corresponsal de TVE en Cuba, José Manuel Martín Medem, el embajador de España en ese país en mayo de 2002. Algo parecido oí decir en el programa de Jimenez Losantos de la COPE. Para criticar las relaciones entre Zapatero y Evo Morales, sentenciaban algo así como: "Zapatero se aleja cada vez más de Bush y se acerca a los tercermundistas". Yo que no he recibido educación religiosa pensaba que la Iglesia católica inculca a sus fieles valores como la caridad y el deber de ayudar a los necesitados. Paradojas de la vida: El PP y la COPE, tan cristianos ellos, se convierten en los perritos falderos de EEUU, rey del capitalismo que expolia a los más pobres para mantener su imperio. Yo, agnóstica convencida, prefiero a los parias de la tierra.

¿Telebasura?


Voy a hacer una declaración con carácter reivindicativo: Me gusta la tele y de hecho veo mucha tele. ¿Qué pasa? No voy a decir que estoy orgullosa pero tampoco entiendo a quienes se vanaglorian de no ver la televisión. En el clásico debate sobre si la gente ve telebasura porque es lo único que ponen o si ponen telebasura porque es lo que le gusta a la gente, yo me inclino por lo segundo. Decir lo contrario me suena a ese hipócrita "yo sólo veo los documentales de La 2". Me resulta curioso hablar con esa gente a la que la televisión le parece una basura y descubrir que nunca han visto Cuatro, la Sexta o incluso La 2. Para criticar la televisión es conveniente molestarse por conocer sus contenidos.
La 2 emite en horarios razonables programas de vanguardias artísticas (Miradas), de divulgación científica (Redes), documentales de historia y de naturaleza, películas clásicas, españolas, cortometrajes...
Las series españolas han logrado una calidad excelente. Prueba de ello es Aquí no hay quien viva, en la que no hay un sólo actor o actriz que no sea excepcional y todos los diálogos, después de muchos años en pantalla, siguen siendo desternillantes. Una de las causas de que la gente no esté satisfecha con los contenidos de la televisión es que tienen prejuicios y simplifican todo. Me encanta Nip/Tuck, a golpe de bisturí, una serie que mis conocidos no ven porque les parece que sólo hay sangre y sexo. Es innegable que hay una cierta sobredosis de morbo y sordidez, y que con tal de resultar atrevidos y trasgresores la mayoría de capítulos resultan inverosímiles, pero pese a ello (o siendo sincera, también por ello), estoy completamente enganchada. En el capítulo de la semana pasada, una anciana acudía a la consulta de los doctores Troy y Mc Namara para solicitar un rejuvenecimiento de la cara. El motivo era que su marido enfermo de Alzheimer sólo la reconocía en una foto de hacía veinte años. La señora sufría por ello y por ver que el marido permanecía desolado al pensar que su esposa no le visitaba nunca. Una historia conmovedora. A los personajes de la serie les definiría con el antónimo (que desconozco) de maniqueo y la música, que tiene un papel destacado en todos los capítulos, es siempre un acierto.
Otra serie que me encanta aunque me costó entenderla es Queer as a Folk, que nadie ve porque una vez más piensan que sólo hay sexo. Si al principio critiqué su visión superficial de la homosexualidad, ahora creo que retrata a la perfección el mundo gay, y si da una imagen superficial es porque no oculta el hedonismo y la frivolidad que caracteriza no a los homosexuales pero sí al ambiente de los bares de ambiente (valga la redundancia). En este caso también la música es impecable.
Encontramos ácidos e irónicos retratos de la psicología femenina en Mujeres Desesperadas y Sexo en Nueva York. Friends, una serie escrita por mujeres, sigue alegrándome con sus lúcidos diálogos y sus excéntricos pero adorables protagonistas.
Gran parte de los contenidos de La 2 y ETB 1 están dirigidos a los más pequeños, y no creo que nadie pueda criticar ese magnífico invento que son Los Lunnis.
De los informativos poco tengo que alabar salvo de uno: el de Gabilondo. Se le ha criticado por aburrido pero yo no busco espectáculo. No es un ejemplo de imparcialidad precisamente, pero es el único informativo en el que, en vez de escupir noticias como un lorito, el presentador se preocupa porque la audiencia entienda las noticias. En pleno debate sobre la OPA de Endesa, Gabilondo no dudó en explicar de manera muy didáctica qué es exactamente una OPA.
Podría seguir destacando aspectos positivos de muchos más programas pero me estoy alargando demasiado así que sólo diré algo más: me sonrojaría decir que la televisión es una basura viendo el admirable trabajo que realizan todos esos guionistas, realizadores, actores y demás profesionales con talento. Claro que hay mucho que mejorar, pero creo que una buena forma para ello es apreciar la calidad de los buenos programas (que los hay). En definitiva, yo prefiero la crítica constructiva que lamentarme de lo mala que es la tele mientras veo Aquí hay tomate.

domingo, septiembre 03, 2006

Delicadeza

Os invito a descubrir los relatos de Jorge Gonzalvo con este delicioso cuento.

La vida es un cabaret


Todo un espectáculo. Os recomiendo que aprovechéis los pocos días que le quedan en cartel al musical por excelencia. Aprovecho para criticar, no obstante, los precios elitistas que siguen impidiendo que personas tan aficionadas como yo a las artes escénicas (yo, en concreto, soy una apasionada de la danza) podamos acudir a espectáculos de este tipo con asiduidad.

Negrita con cuerpo pecaminoso


Así se refería a la espectacular (tanto por la voz como por el físico) Beyoncé un periodista en la edición de ayer del DEIA. No he encontrado el reportaje en Internet así que no os lo puedo enlazar. ¿Por qué hay gente a la que le sigue pareciedo insultante la palabra negro (o negra) y se ve en la necesidad de utilizar absurdos diminutivos o eufemismos? ¿Cuándo superaremos las enseñanzas cristianas que tanto daño han hecho a las mujeres presentándolas como brujas peligrosas y lujuriosas que llevan a los hombres por el mal camino?

¿A qué tiene miedo?


Me he quedado estupefacta (curiosa palabra) con la noticia de que Chávez convocará un referendo en el 2010 sobre su elección indefinida como presidente. Es increíble como los mandatarios de izquierdas da América Latina, que tienen que sobrevivir a fuertes campañas de desprestigio e incluso a ocasionales golpes de Estado, que tienen la ardua tarea de hacer frente al coloso yankee, cometen errores suicidas de este tipo. Pese a que Chávez obtenga unas aplastantes victorias en las elecciones, desde Europa se le suele tachar de poco democrático. Ahora les ha dado la razón. Aunque me cueste hacerme a la idea, se ve que el poder es una droga que nubla el cerebro. Qué triste.

¿Qué pasa con la Ría de Arousa?


El Prestige, constantes operaciones por narcotráfico (quién olvida la Operación Nécora), el punto en el que han ocurrido los incendios más graves el pasado agosto y ahora un vertido tóxico. La foto es de las espectaculares (aunque no se aprecie bien) dunas de Corrubedo, cuyo parque natural fue arrasado por el fuego.

viernes, septiembre 01, 2006

Periodismo y violencia contra las mujeres

El pasado lunes se debatía en el programa de las mañanas de RNE sobre una cuestión muy interesante: qué efecto tiene sobre el problema de la violencia contra las mujeres que los medios de comunicación informen sobre ello. Algunas personas consideraban fundamental el papel de los medios de comunicación para concienciar a la sociedad de la gravedad del problema. Por otra parte, una oyente planteaba que las noticias sobre asesinatos de mujeres pueden producir otros crímenes como réplica. Consideraba que hace unos años ocurría lo mismo con los suicidios: cada vez que se daba una noticia sobre uno ocurría otro. Por ello, sugería que se dejara de informar sobre este problema para evitar "dar ideas" a otros hombres violentos.
Yo creo que el papel del periodismo es fundamental para sensibilizar a la sociedad y denunciar estas atrocidades, pero comparto con esa oyente que a veces el tratamiento que se da a estas noticias es contraproducente. Especialmente, incluir noticias de asesinatos de mujeres en programas sensacionalistas como Gente, utilizar eufemismos y términos abstractos como "violencia de género" (¿qué género?) o no informar sobre la sentencia, ya que es fundamental que sea público que estos asesinatos son castigados con severidad.