lunes, septiembre 11, 2006

El debate de moda


Considero muy complejo el debate que se ha suscitado a raíz de que la Pasarela Cibeles no haya aceptado a modelos de aspecto enfermizo y delgadez excesiva.
Esa decisión me parece acertada en la teoría, pero le encuentro unos cuantos peros. Para empezar, me parece injusto que los organismos que tanto presionaron a las modelos para cumplir esos cánones estéticos ahora las despidan por ello. Por otra parte, creo que son las agencias de modelos las que deberían tomar esa decisión, ya que son las que forman a las modelos y les trasmiten las exigencias del mercado.
Por otra parte, opino que la moda es arte. No es que el propio vestido sea arte, sino que lo es desfile en su totalidad, lo que incluye la ambientación, la caracterización y a la propia modelo. Por ello, mientras que no atente contra la salud de la modelo, no me parece mal que los diseñadores se decanten por una estética determinada. Exponiendo trasparencias no se pretende que vayamos a comprar el pan con los pechos al aire. De la misma manera, no se pretende trasmitir a la sociedad la necesidad de estar delgada. Simplemente, para el diseñador, su obra de arte luce más (lo que no entiendo es porqué) en un cuerpo delgado.
Me parece irreal atacar tanto a las modelos porque creo que en realidad no son los referentes estéticos de las adolescentes. Lo son, sí, las top model cuya delgadez, en mi opinión, no es excesiva. Lo son, sobre todo, las actrices y cantantes, entre las cuáles no podemos obviar a Jennifer López con sus acentuadas curvas. La serie de adolescentes Rebelde Way, que es probablemente la más exitosa entre las adolescentes, cuenta con actrices delgaditas pero como lo hemos estado casi todas a los quince.
De lo que se habla menos (es lógico porque sus consecuencias no son tan dramáticas) es de las exigencias de tener un cuerpo con curvas. Mi prima de doce años ya piensa en la cirugía estética. Lo terrible no es sólo que se les exija ser delgadas sino que se les exije ser delgadas y con una talla 100 de pecho, algo prácticamente imposible.
No se puede utilizar a las modelos como chivo expiatorio: hay que hacer autocrítica. En una sociedad tan superficial en la que desde todas las esferas se relaciona belleza con éxito, no podemos extrañarnos de que las adolescentes, tan necesitadas de aceptación, se preocupen por la estética.

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