lunes, julio 30, 2007

Transamérica


Puse a descargar Transamérica bajo el riesgo de encontrarme con un melodrama escabroso. Nada más lejos de la realidad. Se trata de una excelente road-movie cuya protagonista es una entrañable, sensible y nada estereotipada transexual a la que es imposible no cogerle cariño al segundo minuto de la película. Felicity Huffman, mi mujer desesperada preferida, es Bree, una sencilla mujer de Los Ángeles que, apenas unos días antes de someterse a la reasignación sexual, se entera de que es madre/padre (¿?) de un hijo adolescente prostituto y drogadicto, fruto de una atropellada relación esporádica. Aunque quiera olvidarse de la circunstancia y centrarse en la inminente operación, acaba yendo a conocerle y comparte con él un disparatado viaje en coche atravesando todo el país.

Bree viste como una mujerona antigua; es coqueta, femenina como pocas mujeres, discreta, pudorosa y de valores morales rectos, y reafirma su identidad diciendo cosas como "voy al lavabo de señoras" en pleno desierto. Es el personaje ideal para lograr que personas con prejuicios dejen de ver la transexualidad como una perversión y entiendan que quienes lo son sólo quieren un cuerpo que corresponda a su alma. Estaría bien recetársela a esa panda de políticos y tertulianos ignorantes o desalmados que ante la nueva ley opinaron que es más prioritario que la seguridad social cubra los empastes que la reasignación de sexo.

Me ha fascinado pero le encuentro dos pegas. Por un lado, la protagonista dice "padezco de disforia de género", lo que choca con la reivindicación del colectivo de despatologizar la transexualidad. Por otro, me recordó a un mensaje que transmitieron en un capítulo de Queer as Folk: mostrar a un gay sin pluma, discreto, con pareja estable e hijos como ejemplo de homosexual modelo que la sociedad acepte con mayor facilidad supone tener que acercarse al patrón de normalidad heterosexual para ser respetado. Exijamos respeto para todas las personas: tanto para ese gay como para la travesti estrafalaria, la loca más loca, y el oso vestido de cuero.

Os recomiendo también dos documentales que dan una perspectiva más cercana y real. En "Alondra, historia de una transexual", la propia Alondra (en la foto sobre estas líneas), que trabaja como prostituta para ahorrar dinero para la operación genital, graba su día a día, en el que reflexiona sobre la prostitución y la estigmatización social entre otros temas. "El camino de Moisés" muestra a un transexual masculino (Moisés, bajo estas líneas) que se enfrenta al dilema de operarse o no los genitales, lo que le conduce a preguntarse qué es la masculinidad, si depende o no de tener pene. Las han emitido en Cuatro y La 2 respectivamente pero seguro que las tenéis en Emule o Ares.

4 comentarios:

Itsaso dijo...

Estos días que me ha dado por ver peliculas habra que ver esta también.

Paso a invitarte a mi nuevo blog, este es diferente y no suplanta al anterior. Este va de sitios con encanto:

http://pleasuresites.blogspot.com/

PD: Prometo ser constante, jeje.

Anónimo dijo...

Tremenda realidad la que padecen las personas con sentimientos sexuales en "cuerpo ajeno", permíteme el eufemismo. Y tremenda sensibilidad la tuya por abordar cuestiones con esta con tanta exquisitez y fortaleza lingüística. Eso aparte, tardaremos mucho en acostumbrarnos a la hecho de que en muchos aspectos nacemos más que nos hacemos, aunque no soy quien para afirmarlo categóricamente. Pero creo que es así, porque de lo contrario no puedo explicarme el sufrimiento de muchas personas que se ven en la necesidad de ocultar algo que para ellos es connatural a su condición humana. Saludos.

Fran Invernoz dijo...

Respeto para todas las personas, me ha gustado esa frase. Y añado, humildemente, una frase bíblica que muchos deberían tomar nota: "No juzguéis y no seréis juzgados".

Álvaro dijo...

Pues yo hace tiempo ya que la ví y recuerto vagamente que me pareció bastante lenta y pesada pero no me disgustó

Ya te digo, no me acuerdo mucho

Saludos desde Inglaterra