jueves, septiembre 27, 2007

Inmigración en los medios de comunicación


En una sociedad individualista en la que nos sentimos incómodos hasta por no saber de qué hablar en el ascensor con la vecina, y en el que nos cuesta acercarnos a todo lo que parezca diferente a nosotros, qué duda cabe de que son los medios de comunicación el primer canal por el que nos llega información sobre la población inmigrante. Más que los ricos pasteles árabes del barrio, la música latina, la conversación amable de la vecina china, o los compañeros subsaharianos de clase de nuestros hijos, lo que más cala en nuestra percepción de la inmigración es el bombardeo de noticias sobre éste fenómeno.

¿Y qué realidades tratan esas noticias? El informe de SOS Racismo 2006(a partir de una base de datos de las organizaciones Mugak y XenoMedia) muestra que sólo un 8,45% versan sobre sus condiciones sociales y un 11,32% sobre convivencia e integración. El 80,22% restante se centra en las políticas de inmigración, el control de entrada, el conflicto social y la delincuencia. Es decir, 8 de cada 10 noticias muestran la inmigración como un problema, un peligro, una amenaza.

Pero el dato que me parece aún más alarmante es el de las fuentes de información que sustentan esas noticias. Las instituciones (locales, autonómicas y estatales) proporcionan la información en el 54,81% de los casos. Las ONG de inmigración y el propio colectivo de inmigrantes sólo son la fuente consultada en el 9,71% de los casos.

Esto me hace pensar dos cosas. Por un lado, las instituciones son claramente responsables de la imagen negativa que los medios dan sobre la inmigración, porque son las que más noticias generan. Por otro lado, que los medios de comunicación se conforman con consultar a las fuentes oficiales y, así, transmitir el mismo enfoque que éstas, en vez de intentar dar más voz a los protagonistas o a quienes les apoyan.

Otro tema de interés es la diferente representación que tienen en los medios los hombres, mujeres y menores inmigrantes. Así, aunque hay casi tantas mujeres inmigrantes como hombres, el artículo revela que sólo aparecen expresamente en el 12,19% de las noticias. Esa invisibilidad contrasta con la sobre representación de los menores. Son un colectivo mucho menos numeroso, pero aparecen en el 13,87% de ocasiones. Por supuesto que no son noticia por su situación de desamparo, sino por cuestiones conflictivas como las bandas callejeras.

Y hablando de menores, aprovecho esta entrada para mencionar brevemente uno de los temas relacionados con la inmigración que más me preocupa: las llamadas reagrupaciones familiares. Este término no es más que un eufemismo que se utiliza para enmascarar las expulsiones de menores inmigrantes. Estos, que han recorrido un duro viaje, a menudo solos, para labrarse un futuro en España, son devueltos por la fuerza a sus países, lo que, lejos de cohibirles, les obliga a volver a emprender el mismo peligroso recorrido, poniendo una vez más su vida en peligro. Por si eso fuera poco, las autoridades españolas no dudan en entregar a los menores no a sus familias sino a instituciones, cuerpos de seguridad o centros especiales de los países de origen o, incluso, de terceros países. O sea que de reagrupación familiar tiene bien poco.

El tema está muy bien detallado en el informe de SOS Racismo y el último número de Diagonal también le dedica una página. La foto, de Viviana Adonaylo, la he sacado de ese reportaje.

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