domingo, noviembre 04, 2007

A los hombres les pediría...


Esta es una iniciativa del Foro de Hombres por la Igualdad. Se trata de que todas las personas escribamos una entrada sobre masculinidad contestando a una pregunta. La de las mujeres es: ¿Qué pediríamos a los hombres? Y para los hombres proponen otra pregunta: ¿A qué nos comprometeríamos? Os invito a que sigáis la iniciativa para crear una red de reflexión sobre masculinidad, un tema clave para avanzar hacia la igualdad y que, aunque sea cada vez más frecuente en los medios de comunicación, creo que no se aborda lo suficiente. Gracias a quien me ha invitado a sumarme (¡lindo!). En la imagen, el manifiesto que ha redactado el Grupo de Hombres por la Igualdad de Álava. Os invito a que os suméis a él.

Al principio he pensado, "a los hombres les pediría tantas cosas...: respeto, comprensión, complicidad, sensibilidad..." Pero he decidido que hay algo, una sola petición, que solucionaría el resto de demandas:

A los hombres les pido que sean libres. Que se sientan libres para olvidar lo que han aprendido que significa ser hombre. Que olviden todos los estereotipos, todos los modelos, los valores impuestos, y se limiten a ser auténticos. Un hombre libre es un hombre seguro de sí mismo, que no necesita utilizar la violencia o una supuesta superioridad para reafirmarse. Las jerarquías perderían todo el sentido. Un hombre libre no tendría miedo a conocer a mujeres libres, disfrutar y aprender con ellas.

Hay un argumento aparentemente a favor de la igualdad que se escucha mucho y me enerva. Es algo así, como, "respeto a las mujeres por mi hermana, mi madre, mi hija...". Un hombre libre no tendría que buscar motivos fuera para respetar a las mujeres. Sería un sentimiento completamente espontáneo que sale desde dentro, no entra desde fuera. Mujeres y hombres nos encontraríamos libres de la agotadora necesidad de seducir, conquistar, poseer... Libres de todo envoltorio y parafernalia, tendríamos relaciones más sencillas y puras.

Un hombre libre sería inevitablemente un hombre pacífico. ¿Para qué recurrir a la violencia si estoy a gusto conmigo mismo, seguro de mis capacidades y contento con el camino que he elegido? El poder pierde el sentido cuando la persona ya se siente fuerte y poderosa sin tener que someter a otras. Además, un hombre libre sería un amante, un padre y un hijo atento. Libre de la idea de que el cuidado es cosa de mujeres, disfrutaría tanto dando afecto como ahora disfruta recibiéndolo.

Sería también un mejor amigo: escucharía, se atrevería a entablar conversaciones íntimas y profundas, y a dar y recibir abrazos y besos. Sería mejor trabajador, porque no renunciaría a su vocación por considerarla femenina (pongamos enfermero), no perdería el tiempo obsesionado con el poder y la competitividad, y abordaría sus obligaciones sin frustraciones y de una manera más humana. Se le abriría un enorme abanico de placeres hasta ahora prohibidos o tabú: el cuidado del cuerpo, de la casa, el arte de cocinar, bailar, disfrutar con la música que uno quiera (incluido Bisbal), abandonarse al placer sexual sin miedo a parecer poco hombre u homosexual... Sería en definitiva mejor persona, sería un hombre feliz, libre de limitaciones autoimpuestas, de prejuicios, de carencias, de culpas... Un hombre que no tiene que dar siempre la talla, que no intenta ser un superhéroe perfecto.

Todo lo que he dicho tal vez sea una obviedad. La pregunta complicada es cómo puede conseguir un hombre ser libre. Para ello, como ya he expresado a menudo en este blog, el primer paso imprescindible es reconocer que no lo es. Y es probablemente el paso más difícil. Pocos hombres reconocerán que no son libres, algunos por no ser conscientes de las imposiciones machistas a las que se han doblegado, y otros por creer que ya han hecho todos los deberes, que ya son coherentemente feministas. El primer paso, pues, es reconocer: "Yo no soy libre, no soy el hombre que quiero ser sino el que la sociedad espera que sea".

El segundo paso es ser consciente de las consecuencias que tiene para uno mismo no ser un hombre libre. Las relaciones son superficiales, frías, condicionadas por prejuicios y límites absurdos. La autoimagen es negativa, porque es imposible que uno esté a gusto consigo mismo si mantiene ese tipo de relaciones y restricciones. Además, recordemos los problemas que, según el movimiento de hombre, están relacionados con seguir los valores machistas: más accidentes de tráfico, drogadicciones, depresión y estrés, suicidios, estancias en la cárcel, problemas de salud, menor esperanza de vida...

A los hombres abiertamente machistas les pediría que se pregunten por qué lo son y qué beneficios les reporta serlo. A los hombres que se declaran igualitarios les animaría a practicar una exploración más profunda y autocrítica para detectar los posos que la cultura machista ha dejado inevitablemente en ellos. A todos les pediría que enunciasen: "Soy machista, lo reconozco, y sé que eso no sólo daña a las mujeres sino que a mí también me perjudica. Voy a cambiar por respeto y amor hacia el resto de personas pero, sobre todo, por respeto y amor a mí mismo".

El tercer paso que les pediría dar es pensar:

- ¿Qué se espera de mí en una sociedad machista?
- ¿Qué me apetece hacer a mí?
- Cuando actúo, ¿me guío por lo que me apetece o intento cumplir lo que se espera de mí?

Creo que esas preguntas ilustrarán el desajuste y reforzarán la convicción de que no somos libres.

Y el cuarto paso estaría compuesto de pequeños pasitos cotidianos y liberadores: comprar esa camisa rosa que me ha gustado, cuidarme la piel con cremas o embellecer mis ojos con un poco de maquillaje, regalar unas flores a un amigo que quiero, limpiar y decorar la casa, cantar a gritos "Como una ola", besar a mis hijos y decirles que les quiero con naturalidad, no ir a más de 120 km/h y disfrutar del paisaje, dejar conducir a mi novia o coger el autobús, preparar una cena a mi pareja y hacerla sentir como una reina o rey, aparcar las conversaciones sobre fútbol y sexo para contar mis preocupaciones o alegrías, leer poesía, emocionarme con una película romántica...

Afrontar todo este proceso con una actitud militante es positivo, pero creo que las dos claves son la naturalidad y los pequeños gestos. Es decir, menos pancartas y eslóganes, menos imposturas, porque sería estúpido dejar de intentar cumplir el ideal machista para esforzarme ("esforzarme" es forzarme y se trata de ser auténtico y feliz), en cumplir el ideal feminista. En vez de eso, me centro en dejar fluir mi voluntad en el día a día. Intentemos ser libres y auténticos en cada cosa que hagamos y el resto vendrá sólo, imparable. Sereno y desmedido.

9 comentarios:

Fran Invernoz dijo...

Coincido plenamente con los postulados del comentario. Está muy bien elaborado, parece que es fruto de una reflexión de mucho tiempo y que, a su vez, toma fundamentos de muchas lecturas, de haber escuchado atentamente. Realmente es encomiable este post al que me adhiero plenamente.

Anónimo dijo...

bueno, pues alla va. si no me expreso muy bien perdon porque estos son terrenos confusos para mi.

ante la pregunta "¿A que te comprometes como hombre?"
como ya le dije a june no se que decir. Aunque sea raro no me siento que pertenezco a la categoria de los hombres, ni de las mujeres.
Para mi son roles artificiales y por tanto antinaturales.
no me siento a gusto siendo "hombre" con todo lo que rodea al término me refiero.

Siempre he sentido tambien que tengo un lado femenino muy grande. Lo que no me queda claro es si es por el papel de debilidad que se atribuido a la mujer en la sociedad o que. Y digo esto porque este lado femenino queda latente es lo que se refiere a debilidad y dependencia emocional y porque en muchos aspectos no encajo con lo que se debe esperar de un hombre.

Por supuesto que a los hombres se nos impone un ideal de masculinidad pero en mi caso estoy tan alejado de todo ideal de conducta que en esto supongo que pasa lo mismo. Supongo que donde más me veo condicionado en el trato con la gente. A veces me encanta que un amigo me de un abrazo sentido pero reconozco que a mi me cuesta mucho a veces un simple gesto como dar la mano. Aunque creo que eso se debe a otros factores.

una pequeña critica si que voy a meter al manifiesto del grupo de hombres. cuando dice "la violencia nunca puede ser un recurso válido para imponer nuestro criterio"
¿entonces que hacemos con los agresores?
La violencia a veces es necesaria para impedir una violencia mayor y arbitraria e injustificada. Quizás digais que este es uno de los resquicios que me queden del modelo masculino en sentido cavernicola que nos han impuesto pero esto tambien lo piensan muchas mujeres que conozco.
Ya sabes que yo peinso que la violencia tambien se puede delegar y pedir leyes mas duras para la violencia machista y que se cumplan no deja de ser una violencia delegada.

y por ahora no se me ocurre mucho más pero si me viene alguna idea a la cabeza vuelvo a escribir. no veas lo que me ha costado June!

Salud!

momodice dijo...

Yo a un hombre le pido lo mismo que a una mujer, o sea, que a mí misma. Por ejemplo, en este caso, que me formulen la misma pregunta y en los mismos términos que a una mujer.
Es evidente que el cuestionario tiene un sesgo, masculino. A nosotras nos preguntan qué pedimos a los hombres y ellos se preguntan a qué se comprometen.
Me gustaría que me preguntaran por el compromiso y que respondieran lo que nos piden a las mujeres.
Digo, ea.

Anónimo dijo...

Un aplauso para Lucia...
A medida que iba leyendo la entrada le daba vueltas a como decir eso mismo sin que sonase machista.
Yo creo que lucho por la igualdad no planteandome estas cosas. Somos iguales, merecemos el mismo trato y las mismas preguntas (y respuestas). ¿A que me comprometo? a pedir el mismo compromiso para vosotras, no me comprometo a "trataros igual aunque seais mujeres", sino a no fijarme en si sois hombres o mujeres a la hora de trataros. A no discriminaros, ni positiva, ni negativamente.

Álvaro dijo...

"La violencia a veces es necesaria para impedir una violencia mayor y arbitraria e injustificada"

¿Y esto quién lo determina? ¿Entonces el fin justifica los medios? ¿Nos tomamos la justicia por nuestra mano?

Pregunto.

Me uno a lo dicho por Lucía y por Txus

Anónimo dijo...

Os he contestado en un post a Txus, Lucía y Trenti.

Gracias, Tico, por tu aportación. Me gustaría entender mejor cómo atribuyes tu lado femenino al rol de debilidad, pero ya lo hablaremos. Tico apunta una clave importante: que el género es algo impuesto y artificial. Ambos sexos nos beneficiaremos de entender ésto y desarrollar nuestras individualidades de una manera más libre.

En cuanto a la violencia, me parece un debate tan teórico que lo veo demasiado lejano. Es decir, igual el ideal no es que el Estado monopolice la violencia, pero no se me ocurre nada mejor. Para empezar, yo soy pacifista y aunque sé que eso me provoca contradicciones y no tengo respuesta para muchas preguntas (como qué hacer con los agresores) no voy a defender en ningún caso (o casi ninguno) el uso de la violencia para parar una violencia mayor. Y no veo alternativas.

¿Vamos a montar frentes antimachistas, al estilo de los antifascistas cuando vemos que estos no son al final más que pandas de red-skin violentos que me merecen el mismo respeto que los skin de ultraderecha? Y estoy de acuerdo con las preguntas que plantea Matía (pa' que veas, Álvaro, jeje).

Por cierto, sobre el uso de la violencia ante agresiones machistas se debatió en el blog del Grupo de Hombres por la Igualdad de Álava. http://gizonak.blogspot.com/2007/09/agresin-un-hombre-violencia-de-gnero.html. Una persona defendía lo mismo que Tico (¿sería Tico?)

Anónimo dijo...

Gracias por invitarme a participar en este interesante debate, June. Escribiré un post sobre este tema, que, por lo visto, propicia debates enconados. En cuanto disponga del tiempo suficiente, quizá esta noche, me pondré a ello. Pienso titularlo "Basta con ser persona".
Saludos

Anónimo dijo...

CReo que no habeis entendido bien lo que he dicho.

que si no estais a favor de emplear la violencia en primera persona y si de delegar al estado para que la emplee no por eso estais en la postura de "no defender el uso de la violencia", la estais defendiendo pero de forma delegada insisto

y yo no he dicho nada de formar frentes de energúmenos antimachistas a lo "redskin", eso lo haeis dicho vosotrs y es tirar de cliché bastante, sólo he dicho que no creo que debamos "renunciar a la violencia" porque en realidad NADIE tienen ninguna idea que no pase por la violencia.
insisto, pedir mas penas de carcel tambien es apostar por la violencia.
Desde luegho que si alguna vez veo una agresion y tengo oportunidad de meterme lo voy a hacer, y si alguien frena a un agresor en la calle (sea hombre o una mujer) de un guantazo bienvenido sea!

yo no creo que el fin justifique los medios pero el uso de la violencia sin que afecte a terceros ni inocentes a veces me parece sobradamente justificado ( y a vosotros tambien digais lo que digais)

y si no creo en el modelo actual de justicia pues es normal que a veces sea partidario de no delegar mi seguridad y la de el resto de personas que me importan (y una mujer maltratada de mi barrio me importa) a una justicia inutil

June Fernández dijo...

Sí, Tico, ya te digo que a nivel teórico entiendo tu razonamiento y puede que hasta lo comparta algo, pero me parece muy difícil concretar, decidir qué supone no delegar la violencia en el Estado.