viernes, noviembre 09, 2007

Las trampas de las cuotas


Asumiendo el riesgo de que algunos, tras este bombardeo de entradas sobre género, me podáis abandonar para siempre, no puedo evitar recomendaros dos reportajes que acabo de leer (gracias, Ritxar) y que muestran cómo en política persisten las desigualdades camufladas por la supuesta paridad. Algunos lo utilizaréis para argumentar más aún en contra de las cuotas. Yo creo, como sabéis, que las cuotas pueden ser una herramienta necesaria (concibiéndola como una solución transitoria) pero que no es suficiente ni puede ser un fin en sí mismo. Porque, como vemos, la desigualdad es algo demasiado sutil y sibilino como para medirlo sólo con estadísticas generales.

El poder local, cosa de hombres.
La ley de igualdad eleva al 39% el porcentaje de concejalas, pero sólo un 15% es alcaldesa - Ellas dirigen las carteras sociales, y ellos, Hacienda y Urbanismo


Los hombres están en política; las mujeres pasan por ella
Los cambios impiden a las diputadas consolidar liderazgo en sus grupos

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo es que las veo más bien como un medio que mucha gente justifica con el fin

Anónimo dijo...

Está claro que la igualdad no la crea un ley, pero también está requeteclarísimo que la "permite", la "facilita", etc.