sábado, junio 23, 2007

La muerte en directo


Quien busque una entrada original y novedosa, no ha entrado en el blog adecuado, porque hoy os planteo uno de los dilemas más debatidos en periodismo: ante una desgracia qué hay que retransmitir y qué no, cuál es la frontera entre la información y el morbo más macabro.

Me ha hecho pensar en ello un reportaje que se publicó hace semanas en El País Semanal sobre el autor de una de las fotografías más tremendas y famosas, ganadora del premio Pulitzer. Kevin Carter retrató a una niña moribunda acechada por un buitre. Esa experiencia, sumada a todo tipo de insatisfacciones, llevó a Carter al suicidio. Este sudafricano, que se sentía cómplice del apartheid por su condición de blanco, eligió la fotografía como una profesión desde la que combatir las injusticias.

Se pasó veinte minutos, en cambio, observando la trágica escena sin intervenir en ella, por la ambición de lograr la fotografía del buitre abrazando a su presa. Terrible. ¿Se merece el Pulitzer una actitud tan fría e inhumana? Claro que hay una posible justificación (o no): frente a intentar salvar la vida de una niña famélica, mostrar la imagen puede tener mayor alcance, puede ayudar a combatir realidades como esa.

Este caso me ha recordado a otro también archiconocido. La niña colombiana ahogándose en un pozo cuya agonía fue retransmitida en directo por televisión. ¿Qué aportan esas imágenes más allá de un morbo nauseabundo? Y aquí entramos en un debate aún más recurrente: ¿fotografiar a cadáveres, mutilados y todo tipo de atrocidades conciencia o anestesia? ¿Es imprescindible la imagen? ¿No basta con describir una realidad para concienciar sobre ella? ¿Qué ha cambiado en las conciencias occidentales desde que vemos cada día en el telediario a los muertos y moribundos del tercer mundo y los conflictos bélicos?

En la fotografía, Kevin Carter. No he querido poner la foto de la niña y el buitre pero la podéis ver aquí.

13 comentarios:

Rfa. dijo...

La línea que separa el morbo del interés es tan fina que probablemente ni siquiera exista y al final sean la misma cosa. Por otro lado, nunca se sabe lo que puede salir de las imágenes escabrosas, ¿no? Esa niña colombiana de la que hablas, por ejemplo, aparece en uno de los Cuentos de Eva Luna que escribió Isabel Allende. Y respecto al asunto del fotógrafo, te llamo la atención sobre algo que tú misma insinúas: "que es uno de los dilemas más debatidos del periodismo". Si tanto debate se genera, las fotos no son sólo carnaza para los morbosos, ¿no te parece? En Sindrogámico, por ejemplo, la historia de Kevin Carter dio para un interesante diálogo sobre fotografía.

Cristina dijo...

Estoy completamente horrorizada. No hay justificación posible para ver algo así y no intervenir. En fin, no sé donde vamos a llegar.

Anónimo dijo...

Yo siempre soy partidario de mostrar la ralidad con toda su crudeza y asi lo intento hacer en mi espacio.
eso si, no me parece ético que ante hchos asi las sensaciones que se experimenten sean de mera curisidad, morbo y demás. yo cuando veo fotos asi siento indignacion y dolor en cierto modo por lo que soy partidario de publicarlas en vez de ignorarlas. Soy cons ciente de que hay gente que disfruta de ver fotos de desmenbrados en atentados, videos de ejecuciones y demas. Sólo les puedo mostrar mi total rechazo pero no por eso han dejar de mostrarse estas cosas. Aunque solo sea porque hay gente a la que puedan hacer reaccionar.

sobre este caso en concreto tuve un debate en mi facultad y yo era de la idea de que estaba bien que el fotógrafo no interviniera en la imagen hasta que sacara la fotografía pero luego no habría estado de mas hacer algo.
Se que hubiera sido meramente anecdótico (no tanto para la niña) y que en abolsuto hbuiera cambiado el problema pero desconectar el aparato y simplemte retirarse...Sobre todo cuando uno piensa en los beneficios económicos que le reportarian a este reportero el haber hecho esta foto y haber logrado el premio.
demas no se cual sería el tratamiento que se daría a la informacion de que se daría a la imagen con texto pero seguramente no ayudaria a replantarse muchas cosas nadie aparte de dar un donativo a alguna ONG

lo que no es moral es hacer fortuna con la desgracia ajena

Salud!

Anónimo dijo...

Tico: Sigo sin estar convencida. Yo me horrorizo con lo anestesiada que estoy, de verdad. No sé si será porque mi lenguaje es el escrito, no el visual, pero a mi ver muertos por la tele hace tiempo que no me impresiona. Un relato conmovedor sí. No lo veo necesario.

Rfa.: He leído el debate de Sindrogámico. Creo que fue el ego y no la certeza de que podía cambiar cosas a largo plazo mostrando esa realidad lo que le llevo a permanecer 20 minutos para hacer la foto de su vida. ¿Con el tiempo ha merecido la pena? No sé. En el día tal vez conmocionó. ¿Hoy qué queda de eso? Y es que repito, nos sobran imágenes así, sabemos que la gente se muere de hambre, y no hacemos nada por cambiarlo.

Cris: Pues eso, que a mí también me horroriza. Sobre todo que estuvo un montón de tiempo. Podría haber sacado la foto y de la misma intentar ayudar a la niña pero prefirió esperar a tener una imagen más espectacular. Sigo pensando que es por ego y me parece terrible llegar tan lejos.

Anónimo dijo...

Lo importante, creo, es que lo que muestres aporte algo de información a la audiencia. Si sólo aportas algo para crear morbo, sensacionalismo y aumentar la audiencia no debe de ser muy ético. Pero si muestras algo, por muy duro que sea, pero estás aportando nuevo al lector, adelante. Quieran o no, es el trabajo de los periodistas.

Por otra parte, siempre se suele hablar de las imágenes duras. Quizá sea porque se retienen más fácilmente en la retina. Pero hay palabras que pueden hacer mucho daño...

June Fernández dijo...

Uno de los visitantes silenciosos me ha recomendado por sms una película: Amar peligrosamente. Dice que no me dejará indiferente. Lo protagoniza Angelina Jolie, lo que para muchos será un aliciente y otros tal vez duden de su calidad, pero me fio de su criterio y al parecer tiene que ver con lo que estamos debatiendo.

Anónimo dijo...

Yo la he visto. Increíble. Hay una escena con un niño que... puff...

Rfa. dijo...

Yo soy totalmente partidario de las imágenes impactantes por eso mismo que dice á.matía: porque se te quedan grabadas. La de Carter me gusta, y no condeno al fotógrafo. Su trabajo era ése, dar a conocer un drama, y creo que lo consiguió.

Anónimo dijo...

Sigo cuestionando que aporte algo una imagen impactante de una realidad que ya conocemos. En situaciones que se ocultan -la no guerra de Afganistán, por ejemplo- cambiarían algo, pero dudo que a estas alturas una niña famélica remueva las conciencias. Claro que yo que sé, tú eres fotógrafo, será que a mí lo visual no me atrae tanto.

Anónimo dijo...

Primero una cita de David Suárez: “el encuadre de Kevin Carter es el mismo que el del ave de rapiña que espera impaciente la muerte del niño. Son dos testigos de una misma agonía: para el buitre, el plato a devorar; para el fotógrafo, es la imagen maldita de la muerte del hombre, de todos los hombres“
Poético y bonito, pero ¿hasta que punto es real?. He leido varias historias sobre esta foto. Hay quien dice que después de sacarla espabntó al buitre y siguió su camino. También he leido que la madre de la niña estaba a tan solo unos metros de alli, viendo como retrataban a su hija. Pasase lo que pasase, quién soy yo para juzgar a alguien que ya se juzgó a si mismo y llegó a la conclusión de que no merecía seguir viviendo. ¿Os imaginais al señor Bush, Pinochet, el bigotes... suicidandose por considerarse indignos? Pues eso.
Y lo del periodismo... pues al gusto de cada uno, yo prefiero no verlo, pero está claro que una imagen impactante dura mas. Otra cosa es que nos acabemos acostumbrando y al final nos de igual todo...
Dificil debate.
Besines a todos.

Itsaso dijo...

Creo que tomar la imagen es libre otra cosa es que los medios la escojan para publicarla. No he visto la imagen ni la voy a ver porque se que me va marcar. Hay que mostrar la realidad, ¿pero creeis que esa imagen aporta algo de información?

Por desgracia estamos acostumbrados a ver desgracias y ni inmutarnos.

Anónimo dijo...

que fuerte foto, por todo lo que significa. digo el fotografo en una de esas tomo la foto y luego espanto al buitre, que mas da. hay millardos de buitres volando bajo sobre las cabezas de miles de humanos que mueren de ambre o de enfermedades que en el mundo desarrollado tecnologicamente parecieran que ya se han herradicado.
la cosita incomoda es que nosotros estamos aqui en el ordenador bien cibernitas, y sobre los hombros de esas sociedades estan las estructuras de las nuestras. digo de que pais es la foto de la niña y el buitre? bueno del que sea, africa en su totalidad primero se le hace colonia y luego se le da la independencia a los gobiernos mas no a los recursos.... cosa fea... no pueden administrar sus puertos y que ni busquen pescar en sus lagos y rios porque los peces son propiedad de unilevel.... para que en el mercado de la esquina nos llegue pescadito barato y asi sustentar nuestras sociedades de consumo...
asi que el señor fotografo al final pudo salvar a la niña ( o no) tomo la foto y se gano el premio, denuncio y despues no pudo con esta maraña y termino con su realidad.
me siento mal................ que somos????????????????

Anónimo dijo...

Creo haber leído que Kevin Carter se justificó diciendo que alrededor de esa niña y de ese buitre había cientos de muertos de hambre (en sentido estricto y metafórico) y, evidentemente, no podía ayudarlos a todos.

El trabajo de un fotógrafo es fotografiar y me resulta chocante lo fácil que resulta, desde nuestras cómodas sillas y sentados frente a nuestro PC o Mac de última generación, con la barriga bien llena, poner a caer de un burro a un señor que, gracias a esos 20 minutos de espera, y a cientos de días de trabajo en condiciones infraperruna -eso es África -probablemente consiguió que miles de personas se concienciasen del problema del hambre.