Este cartel que véis corresponde a una campaña profunda e injustificablemente sexista del centro comercial vizcaíno Max Center. Atención no sólo a los rígidos roles que propone cumplir, los juegos, las ropas, sino incluso a las posturas: la niña posa a cámara estática, con las piernas cerraditas, mientras que el niño juega feliz, abstraido, sin hacer caso a la mirada ajena. No hay que tener mucha formación en género ni mucha capacidad de interpretar imágenes para entender que esta campaña propone a las niñas ser Barbies centradas en agradar, y a los niños valientes campeones obsesionados con ser números uno.
Animada por Queer Ekintza, mandé un e-mail a Max Center expresando mi indignación por la campaña y recordándoles que promover la coeducación es una de las claves para avanzar hacia una sociedad igualitaria y prevenir manifestaciones extremas del machismo como la violencia contra las mujeres. Les hablaba también de cómo limita la felicidad y el desarrollo personal de las criaturas mostrarles modelos tan rígidos y segregados. Terminaba instándoles a que retiraran la campaña, lanzaran en el futuro iniciativas coeducativas y les advertía que de lo contrario no volvería a pisar el centro y animaría a la gente de mi entorno a que lo boicotearan.
Me ha contestado el director, haciendo gala de un cinismo predecible por otra parte:
"Bajo ningún concepto hemos querido que la campaña causara incomodidad a nadie, pero si ello fuera así, lo primero que nos gustaría trasladar son nuestras más sinceras disculpas a quienes se hayan podido sentir molestos. La intención de la campaña es justo lo contrario, fomentar el juego y participación entre los más pequeños de la comunidad de Bizkaia, para que aprendan, compartan y disfruten con unos juegos que son considerados de forma intemporal y por varias generaciones como líderes del mercado.
Por ello, tomamos nota de su punto de vista y trabajaremos para que en futuras acciones y campañas de publicidad el objetivo quede más claro. Nuestro objetivo con esta campaña era realizar un evento atractivo para toda la familia y destacar que el evento del centro comercial ha sido totalmente abierto a cualquier niño o niña, independientemente de su sexo, dándoles la oportunidad de participar libremente en las actividades que más les gusten. Por supuesto, todas las áreas han estado disponibles indistintamente para todos los niños y niñas". Vaya, faltaría más que le prohibieran a una niña jugar con los Hot Wheels. Respecto al niño que ose jugar con una Barbie, ya le llamarán maricón explícita o indirectamente hasta que se les quite las ganas.
Por último, me invita a visitar el centro para que él mismo me explique con detenimiento y personalmente los ejes de su política de responsabilidad social corporativa. Bueno, al menos se agradece el empeño que le ponen a no perder clientela. A mí ya me habían perdido desde hace tiempo, desde que me propuse no alimentar el modelo insostenible de los centros comerciales, así que puede estar tranquilo.
En fin, en realidad lo de Max Center es la norma, lo que vemos en los anuncios de la tele, en la ridicula publicidad de muñecas vestidas de rosa que hacen popó, en los padres llevando a sus hijos a ver Pressing Catch (les recomendaría mejor El luchador, con Micky Rourke)... Es habitual el argumento de que son las criaturas las que eligen libremente con qué jugar, pero con ese bombardeo es imposible hablar de libertad. En fin, os dejo con un cartel de Queer Ekintza y la Asamblea de Mujeres de Bizkaia que parodia el original.
Me ha contestado el director, haciendo gala de un cinismo predecible por otra parte:
"Bajo ningún concepto hemos querido que la campaña causara incomodidad a nadie, pero si ello fuera así, lo primero que nos gustaría trasladar son nuestras más sinceras disculpas a quienes se hayan podido sentir molestos. La intención de la campaña es justo lo contrario, fomentar el juego y participación entre los más pequeños de la comunidad de Bizkaia, para que aprendan, compartan y disfruten con unos juegos que son considerados de forma intemporal y por varias generaciones como líderes del mercado.
Por ello, tomamos nota de su punto de vista y trabajaremos para que en futuras acciones y campañas de publicidad el objetivo quede más claro. Nuestro objetivo con esta campaña era realizar un evento atractivo para toda la familia y destacar que el evento del centro comercial ha sido totalmente abierto a cualquier niño o niña, independientemente de su sexo, dándoles la oportunidad de participar libremente en las actividades que más les gusten. Por supuesto, todas las áreas han estado disponibles indistintamente para todos los niños y niñas". Vaya, faltaría más que le prohibieran a una niña jugar con los Hot Wheels. Respecto al niño que ose jugar con una Barbie, ya le llamarán maricón explícita o indirectamente hasta que se les quite las ganas.
Por último, me invita a visitar el centro para que él mismo me explique con detenimiento y personalmente los ejes de su política de responsabilidad social corporativa. Bueno, al menos se agradece el empeño que le ponen a no perder clientela. A mí ya me habían perdido desde hace tiempo, desde que me propuse no alimentar el modelo insostenible de los centros comerciales, así que puede estar tranquilo.
En fin, en realidad lo de Max Center es la norma, lo que vemos en los anuncios de la tele, en la ridicula publicidad de muñecas vestidas de rosa que hacen popó, en los padres llevando a sus hijos a ver Pressing Catch (les recomendaría mejor El luchador, con Micky Rourke)... Es habitual el argumento de que son las criaturas las que eligen libremente con qué jugar, pero con ese bombardeo es imposible hablar de libertad. En fin, os dejo con un cartel de Queer Ekintza y la Asamblea de Mujeres de Bizkaia que parodia el original.
11 comentarios:
Pues sí, el sexismo llega clara y llanamente a los juguetes y juego un papel socializante fundamental de los roles clásicos de sometedor y sometida en niños y niñas.
Es verdad que algo se ha avanzado pero la cosa va lenta y queda tanto...
Un beso.
Salud y República
Con carteles así el retroceso es histórico e histérico.
Hasta que no se vea el sexismo como una ruina emocional y personal será difícil avanzar.
Cuando alguien pretende distinguirte por razón de sexo debería ir rápidamente ser atendido por enajenación hormonalemocional.
Toy así de burra, pero es que ya vale...
kisses, hermosa,
Marta
Verdaderamente repugnante. Pero diría que más que promover, justifica y cimenta.
Mi experiencia al respecto fue, en aquel momento, increíble. Llevamos a nuestro hijo de dos años a una guardería montada por una tía de puta madre, el personal compartía sus mismas ideas y los padres también. Por su puesto, estábamos convencidos que el rol masculino-femenino venía impuesto, así que en las constantes asambleas profesores-padres quedó claro que en los juguetes, las conversaciones, los juegos, había que equilibrar los roles. Las niñas y los niños recibían todas y todos regalos parecidos. Por supuesto, en sus casas veían que no había trabajos de madre y trabajos de padre.
Pues bien, en una reunión, la directora contaba que, inexplicablemente, se había producido un fracaso: las niñas se juntaban en grupos y hablaban y los niños se juntaban en grupos y hacían el cafre.
Supongo que hay cosas que se nos escapan (éramos demasiado simplistas, entonces, con la libertad recién estrenada). Pero lo que sí hay que exigir es que este tipo de anuncios asquerosos, que dan la bendición apostólica a la diferenciación, puedan ponerse impunemente.
error al final, lo que hay que "impedir", no que "exigir".
Querida June, lo dices bien claro. Si desde pequeños a los niños se les da un camión y a las niñas una muñeca no estamos fomentando su libertad. La respuesta a tu carta me ha dejado perpleja e indignada, especialmente la frase que dice "respecto al niño que ose jugar con una Barbie, ya le llamarán maricón explícita o indirectamente hasta que se les quite las ganas". Increíble que un responsable de un centro comercial hable así. En fin, tú hiciste lo que creías conveniente pero ya dicen que "de donde no hay no se puede sacar".
Muxus
No, o, Cristina. La frase de que ya le llamarán maricón al niño la digo yo; va fuera del entrecomillado. La carta (que la han mandado esa misma sin cambiar una coma a toda la gente que escribimos protestando) era muy correcta. Lo divertido sería que todo el mundo aceptáramos su invitación de ir y que él personalmente nos enseñe el centro y nos hable de su política de responsabilidad social...
Lo de los anuncios de juguestes es algo increíble. No me sorprende nada este cartel, la verdad. Decidme: vaís a un cumpleaños del hijo de la hija de una amiga ¿cuántos de vosotros le regalaríais un coche de fórmular uno de juguete? Nadie. En cambio si el hijo fuera chico, ese sería un juguete perfecto, ¿a que sí? Y ese razonamiento no lo tienen personas machistas o sexistas, sino que lo tiene personas normales y correientes, incluso de mentalidad avanzada en ese ámbito. Y ahí contesto a Nán: si los niños sólos e educaran en la escuela... Lo malo es que los roles no se cogen precisamente de los profesores, influye la sociedad en su conjunto y, sobre todo, la tele. Bastan comentarios como "mariconadas las justas" o "cómo sois las mujeres", en plan jocoso qeu los niños lo capatan: cómo somos las mujeres (determinismo) y yo no hago mariconadas (los chicos no son blandos). ¡Si hasta en la ropa! Tú lleva a tu hijo con una falda al colegio que ya verás, traumatizado para toda la vida, vamos, que ni se te ocurre... Pues ese que ni se te ocurre un niño lo capta...
Hoy hablaban en la ventana (creo) de este tema y me llamó la atención lo que contaba una maestra; de como los niños rechazaban sistemáticamente realizar juegos tradicionalmente para niñas, pero como, cuando se les proponía un juego tradicionalmente para chicas pero ya olvidado (aquí hablaba del "petit point"), y del que no conocían su ancestral asignación a un género, la aceptación era igual en todos los alumnos, independientemente de su sexo.
No, Magapola, eran niños de guardería, con poca tele encima (el mío ninguna hasta ese momento) y una educación familiar no diferenciadora.
De verdad que creíamos que las cosas eran por lo que decís y que esa educación iba a funcionar. Pues las niñas hablaban y los niños hacían cosas más físicas. Y se pagaban a la mínima.
No digo que "tenga" que ser así. Lo que digo es que no es tan simple, que hay algo genético, o algo, por el que ellos mismos se diferencian (de niños muy pequeños).
También digo que esa tendencia hay que combatirla para que no se "reafirme", por lo que hay que bronquear a todo lo que tienda a la diferencia, como ese cartel... que además es clasista, porque tienen un aspecto de pijos de mucho cuidado.
Pero si el problema es asociar una conducta a un sexo, no que un sexo (o un grupo) tenga por habitual algunas conductas, que eso no es negativo. Los niños Africanos tienen conductas muy diferentes a los suecos, no pasa nada.
La vuelta de tuerca es que no hay ninguna conducta propiedad exclusiva de un sexo, sin más.
Aunque el hecho de que la niña tenga una muñeca y el niño un camión es más de lo mismo, lo que realmente huele a podrido es la actitud de los críos.
Y sobre todo, creer como Nán (en los términos en los que aquí se debate) que la conducta se ve afectada por algunos aspectos genéticos, no legitima, de ninguna de las maneras, las conductas que fomentan la desigualdad.
Creo que el hecho de que el machismo social imperante haya utilizado la supuesta involuntariedad del impulso genético como excusa de sometimiento hacia las mujeres, ha hecho que se nos nuble un poco a todos la búsqueda racional de la realidad genética.
Ya sabéis lo que siempre contesto a este debate: no soy bióloga ni antropóloga, así que en vez de aventurar si hay o no un fondo genético, prefiero dedicarme a deconstruir lo aprendido.
Respecto a los roles de género, leí un artículo en el que se explicaba que la masculinidad se construye en los niños por las siguientes vías:
1- Los modelos de masculinidad que ven en los medios de comunicación
2- El grupo de pares, donde normalmente el niño lider es el que más encaja con el modelo hegemónico, y se machaca al niño "afeminado"
3- La ausencia de una figura paterna sólida (ya sea por divorcio de los padres o porque la madre se implica más en la educación) lleva a que los niños construyan su masculinidad por contraposición a la feminidad. Es decir, para ser hombres tienen que ser todo aquello que no son sus madres.
Tengo un hermano de 6 años. Es hijo y hermano de feministas. Es hijo de un hombre que en esta sociedad se podría calificar de igualitario. Sin embargo, a sus 6 años es ya todo un machito y tiene una visión androcéntrica del mundo. Yo me devanaba los sesos para encontrar una explicación y esa encaja muy bien con la realidad de mi hermano. Grupo de pares, Pressing Catch por un tubo, y sobredosis de referentes femeninos frente a falta de referentes masculinos. Y creo que puede explicar también lo del colegio de Nán.
Me parece muy interesante el ejemplo del petit point. ¡Cuando argumentas tan bien sobre género me enamoro de ti, Chus!
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