miércoles, marzo 18, 2009

Octavo mandamiento: no mentirás

Como a estas alturas ya sabréis, la Conferencia Episcopal ha lanzado una campaña contra el aborto en la que afirma que la fauna y la flora gozan de una mayor protección jurídica que los fetos y embriones. El ya famoso cartel ilustra esa afirmación con un lince y un bebé crecidito, que ya gatea y todo. Me resulta pasmosa la facilidad con la que la Iglesia católica miente y manipula a la opinión pública.

Me molesta profundamente que siga empecinada en influir de esa manera no sólo sobre el comportamiento y la moral de la población española, sino incluso sobre las leyes que la regulan. Me molesta que los sectores conservadores quieran imponer sus valores retrógrados pero me enfada más aún la mentira y la hipocresía. Para echar por tierra la reforma de la Ley sin parecer más cavernícola de lo necesario, la derecha se aferra a una propuesta concreta (que las chicas de 16 y 17 años puedan abortar sin autorización paterna) y reclama facilidades para adoptar y ayudas a las embarazadas como solución.

Fraga dice que la ministra Bibiana Aido va a convertir el aborto "en un sustituto del preservativo". Es curioso que los mismos que obstaculizan la educación sexual y la planificación familiar acusen al resto de frivolizar sobre el aborto. Es un insulto, cuando precisamente ayer el papa Benedicto XVI volvió a satanizar el uso del preservativo. Lo hizo nada más y nada menos que en África, donde el catolicismo está en pleno auge en África, donde el 68% de la población es seropositiva.

Es un insulto que quienes se manifiestan codo con codo con la Iglesia católica a favor de la familia tradicional se atrevan a dar lecciones de contracepción y se presenten como los grandes defensores de las mujeres. Dicen protegernos quienes nos denigran y nos tratan como a menores de edad (nostalgia de los tiempos en los que Fraga era ministro) negándonos el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos.

Las mujeres que reclamamos el derecho a decidir libremente interrumpir un embarazo no hacemos apología del aborto. Conocemos mucho mejor que los obispos las consecuencias físicas, psicológicas y morales que implica abortar. Las feministas no creemos que el aborto sea la solución.

Creemos que la solución es promover de manera integral una adecuada educación sexual. Esto implica incidir en el empoderamiento de las jóvenes para que conozcan su cuerpo, planifiquen su sexualidad y no cedan a coacciones. Implica promover entre los chicos la cultura del cuidado frente a la del riesgo. Pero nos encontramos con que la derecha que está en contra del aborto, se opone a que ese tipo de valores se inculquen en las aulas.

La solución es mejorar la planificación familiar y el acceso a metodos anticonceptivos. Pero resulta que quienes vociferan contra el aborto son los mismos que privatizan la sanidad pública. Es un insulto a la inteligencia humana que el mismo partido que critca que la mayoría de abortos se realicen en clínicas privadas se esté cargando la sanidad pública en las comunidades en las que gobierna. Antes de abortar, existe otra solución menos invasiva; la píldora del día después. Pero una vez más, la derecha se opone a su gratuidad y las jóvenes de no pocas regiones españolas las pasan canutas para encontrar una farmacia que no se declare objetora de conciencia.

Por último, ni los partidos ni los colectivos que defienden la reforma de la ley del aborto se oponen a mejorar las ayudas a embarazadas y facilitar los procesos de adopción. Pero me parece grotesco que un partido político o una institución religiosa insten a las mujeres a llevar adelante un embarazo no deseado o a dar en adopción a una criatura que ha estado durante nueve meses dentro de nuestro cuerpo. Aquellos tan sensibles con los embriones carecen de toda empatía cuando se trata de hablar de mujeres.

Con este post me uno a la campaña de Las Linces, cuyo objetivo es inundar Internet de mensajes a favor de nuestros derechos y en contra de las injerencias del Obispado. Os invito a que hagáis otro tanto, no sólo en vuestros blogs, sino en redes sociales como Facebook.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Muy buena entrada June!Yo también me sumo a la campaña de las linces, y las lobas, y las osas, y las niñas, y las mujeres, y las brujas, megigas, zorginak y demás seres mágicos y tranformadores.

Y tengo que confesar algo, pero que no se entere nadie, a mi con Fraga y con Razzinger Z, hasta con preservativo me costaría, horrores vamos.

Sergio López dijo...

Es fascinante lo que les gusta a los obispos meterse en la vida sexual y en la reproducción (o no) de los demás. Unos señores que tienen esos asuntos prohibidos por voto de castidad no son los más indicados para educar sexualmente a los demás. Si nosotros no les decimos que eso de que su Dios es uno y tres al mismo tiempo no se lo cree nadie y que, puestos a creer en criaturas todopoderosas, podrían creer en Shiva… o en Thor, que molan mucho… ¿Por qué ellos tienen que hablarnos de nuestra sexualidad?
Y ya, con el tema del aborto… pues lo que dices tú, que también es fascinante lo preocupados q. están por las ‘almitas’ de los embriones, y lo ampliamente que se la traen al pairo los derechos de las mujeres.
A mí lo que realmente me preocupa, más que la iglesia en sí –que es muy libre de recomendar a sus adeptos lo que quiera-, es su poder mediático y político.
Los altavoces que tienen... Y como el Gobierno les tiene que hacer caso parece ser que por narices, mientras que el PP utiliza a los feligreses como caladero electoral diciéndoles que sus creencias y supersticiones se van a convertir en Ley. Se supone que en un estado aconfesional, la iglesia católica debería tener tanta capacidad para legislar como la iglesia maradoniana… pero de facto, lo hace. Sólo hay que ver en qué países de Europa aún no hay Ley de Plazos.

Bueno... perdón por la chapa! yo tb me sumo a la campaña!!

NáN dijo...

Este debate está desde siempre lingüísticamente lastrado. Parece que algunos malignos disfrutemos impulsando a algunas malignas a abortar.

Pues no. Es una operación traumática para una situación que puede ser muchísimo, pero muchísimo, más traumática.

Lo único que se pretende es que no se considere delincuentes a las mujeres que deciden hacerlo ni a quienes se lo hagan con todas las garantías sanitarias.

entrenomadas dijo...

Bastante duro es que una mujer se someta a un aborto como para encima añadir más dolor y sufrimiento.

A mí me parece triste y en el caso del Papa, yo diría que terrorífico y delincuente.
Hay que querer muy poco a la humanidad para decir y disparar balas como las suyas.
Hay que estar muy enfermo, muy perturbado para darle la espalda a millones de futuras víctimas.
Hay que ser un impresentable...


Excelente post, June.


M

LoveSick dijo...

Ei, que con el trabajo no había podido pasarme por aquí en un tiempo. Gracias por el reconocimiento y sobre la entrada de hoy, ¿no da la sensación de que cada vez que hay un avance social, los sectores más inmovilistas y cavernarios de la sociedad lo ven todo de manera retorcida? Si hay bodas gay, tienen miedo a que los heterosexuales puedan dejar de casarse; si se liberaliza el aborto, piensan que la gente dejará de utilizar preservativos y hala, a abortar a discrección.
¿Por qué esa misma gente no se preocupa por la paz, la igualdad, la no discriminación...? Valores, vamos, que deberían estar en su cabecera.

Anónimo dijo...

Excelente, June. Ojalá tus cuestionamientos tuviesen la facultad de que el Papa cuestionase los suyos. Quedaría demostrado que su infalibilidad no es superior a la del condón. Saludos.

Anónimo dijo...

eskerrik asko june,
yo, no tengo..., no puedo..., aún estoy recuperandome de haber tenido una tele cerca estos días. Entre el papa con su discurso asesino en áfrica, los obispos manipulando e intentando echar por tierra unos mínimos derechos que intentamos conseguir las mujeres, el asesinato machista de la chica sevillana, la atrocidad (también fruto del machismo más salvaje a mi parecer) del monstruo que esclavizó y violó a su propia hija Y SOBRE TODO EL SENSACIONALISMO que hasta ahora no había notado -tanto- EN EL TELEDIARIO, me ha dejado K.O. (sin hablar de la violencia policial en Barcelona)

Menos mal que surgen iniciativas como esta de "LAS LINCES" a la que por supuesto me uno con todas mis fuerzas...y eso que estoy entusiasmada con el solete que ha salido, menos mal, sino me da un mal...muxu1

Anónimo dijo...

Bibi, vive y deja vivir!!!
Viva la mujer que no te interrumpió voluntariamente tu vida durante su embarazo!!!
Viva la madre que te concibió!!!
Subhumano
En 1930, Alfred Rosenberg en Der Mythus des 20. Jahrhunderts utilizar el término Untermensh (subhumano) para referirse a aquellos que, supuestamente, se hallaban por debajo de lo humano. El término hizo fortuna y en 1933, una publicación de la SS titulada precisamente El subhumano cargó contra los judíos indicando que pertenecían a esa categoría. En 1942, la Oficina principal de la raza del III Reich distribuyó un panfleto titulado Der Untermensch (El subhumano).

El texto tuvo una tirada de 3.860.995 ejemplares en alemán y además se tradujo a otras catorce lenguas europeas más. En la obra se señalaba que “el subhumano, que biológicamente aparenta ser una creación de la naturaleza similar con manos, pies y una especie de cerebro, con ojos y una boca, es, sin embargo, una criatura completamente diferente”. A esas alturas, el método nacional-socialista resultaba obvio. Para emprender con éxito la gigantesca tarea de exterminar a millones de seres humanos, antes había que desproveerlos de su condición de tales. Apelando a la ciencia – una ciencia risible, dicho sea de paso, judíos, enfermos mentales, personas con dolencias irreversibles fueron clasificados como algo vivo, pero no humano. Una vez colocados en ese grupo, la tarea del exterminio masivo podía llevarse a cabo con total tranquilidad. Y, efectivamente, así fue. Comento todo esto no por el gusto de desplegar ante el lector algunos datos poco conocidos de la Historia del nacional-socialismo alemán, sino para indicar que estaba prácticamente convencido de que el concepto de subhumano había quedado confinado a las páginas más siniestras de la Historia hasta que esta semana tuve ocasión de escuchar a la ministra Aído afirmando que un feto era un ser vivo, pero no un ser humano como había dejado de manifiesto la ciencia. Si en vez de escuchar semejante dislate con acento andaluz lo hubiera oído en alemán, les doy mi palabra de honor de que hubiera puesto mi mano en el fuego porque acababa de pronunciarlas un convencido miembro del partido nacional-socialista obrero alemán (NSDAP). Si la ignorancia es una eximente – y resulta más que dudoso – quizá la ministra sea inocente, pero esa circunstancia no se puede aplicar a Ángel Gabilondo, el ministro de educación. Cualquier persona decente habría respondido que las palabras de la ministra son, como mínimo, una majadería. Pero, interrogado sobre ellas, el señor Gabilondo prefirió escudarse en la frivolidad para no descalificar a su más que objetable compañera de gabinete. Para ser sinceros, no sé cuál de las conductas me parece peor, si la de una ignorante que priva a seres inocentes de su carácter humano para legitimar que se los extermine en masa sin el menor escrúpulo de conciencia o la del profesor universitario que, encaramado a una poltrona ministerial, se inhibe con una gracieta de denunciar semejante barbaridad. En el III Reich, hubo idealistas, no pocas veces semianalfabetos, dispuestos a ejecutar cualquier orden que procediera de su Führer como una señal de progreso, pero tampoco faltaron sujetos con más instrucción, ascendidos a cátedras o ministerios, que se limitaron a mirar hacia otro lado al ver cómo se expulsaba a los judíos de sus trabajos y se preparaba a la población para el baño de sangre. Se puede discutir quién tuvo más culpa del genocidio, pero sus bases quedaron asentadas cuando alguien afirmó que algunos seres humanos eran subhumanos.