viernes, junio 27, 2008

Argumentos de una "ignorante supina"


Nada menos que "ignorantes supinos" y "demagogos irresponsables". Son los calificativos que el presidente de un país supuestamente desarrollado y democrático como España se ha permitido aplicar a las personas que criticamos la aprobación de la Directiva de la Vergüenza. José Luis Rodríguez Zapatero insulta así a las organizaciones sociales de toda Europa, a las que tal vez un insulto de quien aprueba y respalda leyes represivas que vulneran los derechos humanos les parezca poco menos que un piropo. Pero no sé si anteayer, cuando realizó esas declaraciones, era consciente de que insulta también al Consejo de Europa, al que supongo que respetará algo más.

Ignorantes o no, tenemos la lección bien aprendida. La directiva abre la puerta a aplicar las siguientes medidas:

- Detener a las personas y mantenerlas encerradas en centros de internamiento especiales hasta los 18 meses (hoy en día en el Estado español son 40 días).
- Encerrar a las personas en módulos especiales de las cárceles, si no pueden ser encerradas en los Centros de internamiento.
- Expulsar a las personas en situación irregular a países de tránsito, aunque no tengan relación con ese país.
- Aplicar las medidas arriba mencionadas a los menores no acompañados.
- Falta de garantías sobre la detención y el internamiento de las personas específicamente vulnerables: mujeres embarazadas, ancianas, menores con sus familiares, víctimas de torturas...
- Prohibición de entrada en los países de la Unión por un período de 5 años para las personas que hayan sido expulsadas

Veamos los argumentos de Zapatero: "Es un avance porque establece límites y garantías para la expulsión de inmigrantes irregulares en nueve países de la UE que no los tenían". "Ni un solo inmigrante verá empeorada su situación con esta directiva y muchos la mejorarán. No tendrá ningún efecto en España, donde la legislación es mucho más garantista".

¿Es un avance poner límites y garantías a unos países a costa de ampliar la posiblidad de restricciones en el resto? Nada menos que de 40 días a 18 meses en España. La aprobación de la norma deja en manos de la buena voluntad del gobierno de turno la decisión de aplicarla o no. Puede que Zapatero no tenga intención de hacerlo, pero ¿qué nos hace pensar que no lo hará el PP si gana las próximas elecciones o el Gobierno actual ante un agravamiento de la crisis económica?

Recordemos la situación carcelaria en la que viven los extranjeros retenidos en centros de internamiento españoles. Recordemos también que son muchas las comunidades autónomas que realizan expulsiones ilegales de menores no acompañados. El Gobierno español deniega sistemáticamente el derecho de asilo político, y no reconoce el motivado por la persecución por género u orientación sexual. Además, practica la externalización de las fronteras, delegando su control en cuerpos policiales de Estados que no respetan los derechos humanos más básicos. Por todo ello, Zapatero, NO TE CREEMOS. Por desgracia, creo que el problema del presidente no es la ignorancia, puesto que sus políticas represivas están diseñadas a conciencia. De que es un demagogo irresponsable, después de esas palabras no me queda ninguna duda.

Por último, os invito a leer el brillante artículo de Soledad Gallego-Díez, en la que refuta cada palabra de Zapatero y vuelve a arremeter contra la Directiva. La ilustración es de El Roto.

7 comentarios:

RGAlmazán dijo...

Es una vergüenza. Yo le ví y sentí vergüenza ajena. No sabe cómo justificarlo. Tendría que explicar, siendo una medida "garantista y proteccionista" para los inmigrantes por qué ha votado junto a la derecha y lo contrario de los socialistas europeos. Acusó de demagogia. Cuando está mintiendo.

Salud y República

NáN dijo...

Estoy espeluznado.

¿Qué hacer?
Tenemos los puretas, que lo fían todo a una caída del Sistema. Y a los que queremos hacer algo, nos consideran vendidos. Es el "o todo o nada".

Tenemos los que queremos hacer algo, porque no se puede permancer impasible al sufrimiento. Pocos y mal organizados. Discutimos más entre nosotros, y con los puretas, que con quienes tendríamos que discutir.

Tenemos la socialdemocracia vergonzante, diciendo chorradas en lugar de plantear una defensa de los principios. Incluso de reconocer, con pruebas, que han tratado de oponerse y defenderlos y han perdido.

Tenemos a la derecha que es la voz del poder verdadero. Ambos están muy implicados en todos los deterioros de la vida. Crean los problemas y luego ganan más poder y apoyo popular con sus "sistemas de defender los privilegios".

Tenemos a la masa de gente, dispuesta a no ver lo que no haya que ver con tal de no perder sus privilegios: porque la vida de la gran mayoría de los europeos (nuestra vida) es un privilegio. Y darán su apoyo a quien más les defienda de "los otros".

Con este cóctel. ¿Qué hacemos?

Fran Invernoz dijo...

Coincido plenamente con la entrada y con los comentarios vertidos hasta el momento. Simplemente, es vergonzoso que Europa, en el siglo XXI, quede ridícula ante la Historia.

Anónimo dijo...

Este Zapatero no es el que va de progresista, de izquierdas, de talante y demás ????? es el nuevo paradigma de la izquierda mmmmm?

un bseo.

entrenomadas dijo...

Jo, he estado liada y casi sin leer ni escuchar nada y me atizo la retina con esto.

No es vergüenza, es complicidad con una autentica salvajada.
Menudo lobo con piel de cordero hipócrita está hecho el Zapatero.

Recibe un beso de una ignorante supina,

M

chicoutimi dijo...

Yo tenía entendido que la izquierda europea también votó a favor de la directiva, que ningún grupo se opuso (lo que es más espeluznante aún), ¿estoy equivocada?
Zapatero es el que también ha dicho que hablar de crisis en España es ser antidemocrático, ¿no?
Está visto que cuando a un partido/gobierno en este país le das un segundo mandato se creen que les has dado carta blanca, y se desenmascaran. Qué decepción!

chicoutimi dijo...

Acabo de leer el artículo de Gallego-Díez para darme cuenta de que, como comentabais, la mayoría de los socialistas europeos votó en contra o se abstuvo. Y los españoles, salvo por tres, a apoyarla. Jo, qué vergüenza...