viernes, febrero 08, 2008

Diversidad frente a multiculturalidad


SOS Racismo-Bizkaia ha organizado esta semana unas jornadas en las que diferentes personas de instituciones, sindicatos, universidades y escuelas están contestando a la siguiente pregunta: "Inmigración aquí y ahora, ¿un reto para la escuela?". Ayer, uno de los ponentes, el catedrático de la Universidad Complutense Julio Carabaña, planteó una postura desideologizada, muy pragmática y realista que me dio mucho que pensar. Os cuento las principales ideas con las que me quedé, después de escuchar esa y otras ponencias. Las jornadas terminan hoy: a partir de las siete en Bilbao (Arrupe Etxea en la calle Padre Lojendio).

La inmigración en sí misma no es un problema. Lo que pasa es que ha visibilizado las carencias que la escuela tenía para responder a un contexto diverso que siempre ha existido. En ese sentido, es una oportunidad para forzar un nuevo planteamiento más inclusivo y con más recursos que redundará en una educación mejor para personas discapacitadas, gitanas, con problemas de aprendizaje o concentración, superdotadas, con escasos recursos...

Al hablar de inmigración hablamos de la otredad, pero lo cierto es que ese "nosotros" nunca hemos sido una masa uniforme. Hablar de culturas no aporta mucho al debate, sino que marca fronteras y define conceptos que simplifican y estereotipan. A menudo revela ignorancia: por ejemplo, un árabe se escandalizará de que le llamen moro o magrebí, y una bereber de que le llamen árabe (si no me equivoco). Las personas no somos tan diferentes. El discurso culturalista divide más que une, por lo que no integra. Insisto: en vez de entender la inmigración como un problema diferenciado, entendemos la diversidad como auténtico reto. De esa manera, todas y todos salimos ganando, y afecta a otras luchas como la de la diversidad sexual o los derechos de las mujeres (a que estamos de acuerdo, ¿Txus? Una persona que acepta la diversidad no será racista, machista ni homófoba)

Las árabes no son personas que se dedican a sacrificar corderos, extirparse el clítoris y llevar velo. Son un colectivo tan heterogéneo como todos que no conviene prejuzgar. Que una persona de esa procedencia genere conflictos no debe considerarse una prueba de brecha cultural, sino de problemas de convivencia que cada día observamos entre las personas autóctonas. La población latina no se dedica a poner la música altísima o pegar navajazos en discotecas. Algunas personas latinoamericanas pueden generar esos conflictos como ya lo hacían las de aquí. Y, en cualquier caso, si partimos del respeto y la curiosidad hacia sus culturas (con el respeto a los derechos humanos como límite) en vez de imponer el asimilacionismo e incluso obligarles a firmarlo, la integración se llevará a cabo de una manera natural y agradable para todas las personas.

Carabaña hizo una distinción nueva para mí: inmigrante e inmigrado. Inmigrante es la persona que se encuentra inmersa en el proceso migratorio; inmigrada la que ya ha finalizado el proceso, se ha establecido. Las inmigrantes plantean los siguientes retos para la escuela (igual me olvido alguna):

- Llegan a mitad del curso: es un problema meramente organizativo
- A veces no conocen la lengua: lo hacen rápido y basta con prestarles apoyo
- A veces llegan con un nivel inferior: pronto alcanzan al resto y, si no lo hacen, no es por su origen sino por dificultades que los estudiantes autóctonos también tienen.
- Choque cultural: esto no es algo que arrastren los niños, sino que depende de las costumbres que se mantengan en su familia. Pero los niños tienden a imitar a su grupo de referencia, que son el resto de niños.

Por tanto, cuando ya se han establecido, desaparecen todos los problemas. El único que nos quedaría es empeñarnos en ver el último, es decir, un problema meramente ideológico, basado en temores y prejuicios. Creo que las criaturas destacan por su inmensa capacidad de adaptación y de aprendizaje. No compliquemos las cosas. Formemos al profesorado porque cuando un docente no es capaz de llevar un aula con inmigrantes, no tiene que echar la culpa a los inmigrantes sino que tiene que reconocer su incapacidad para gestionar un contexto diverso, y animarse a lograrlo.

Por último, el sociólogo insistió en que no hay ningún dato definitivo que lleve a afirmar que la inmigración influye en el nivel de un colegio. El informe PISA muestra que varía de unas regiones a otras, y cuesta encontrar la variable que condiciona que en algunos suban el nivel y en otros lo bajen.

La otra ponente, Luisa María Puertas, habló de la apuesta por crear centros imán: proyectos educativos innovadores y de calidad para que atraigan a personas de todo tipo de procedencias y clases sociales. Aunque le veo sus peros, es una opción.

En cualquier caso, yo soy de las que valora más a la escuela como entorno de socialización que como una universidad en pequeñito en la que hay que dar la talla y cosechar los mejores resultados. Por eso me preocupará bien poco que mi hijo o hija -cuando los tenga- bajen el nivel, mientras que puedan disfrutar del enriquecimiento que supone conocer no otras culturas sino otro tipo de realidades. En cuantas más mejor. Y esto no es una postura cínica sino que coincide con la tendencia de primar la adquisición de competencias -de aprendizaje pero también sociales- que de conocimientos. Las primeras permiten amueblar nuestro cerebro, y las segundas las tenemos bien ordenaditas en la biblioteca, a mano para cuando las necesitemos.

Por último, en las jornadas me han dado un dato que desconocía: el peso de las escuelas privadas ronda el 52% en Euskadi, el 30% en España y el 20% en Europa. Estoy escandalizadísima. Que esas escuelas sean concertadas salvo dos excepciones no me parece un atenuante sino un agravante, porque significa que dependen del apoyo de fondos públicos. Ahora que el euskera es la lengua vehicular en la mayoría de centros públicos, y que éstos transmiten nociones de cultura vasca como ninguno, creo que las ikastolas han perdido todo el sentido. No tienen absolutamente ninguna función en la sociedad. Así que es sectario y muy criticable que el Gobierno apueste por ellas tanto o más que por las escuelas públicas.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Amen.
Aunque tb sea sectaria ;), es la unica palabra que se me ocurre (será que soy de ciencias)

PD: Y al final nos pusimos de acuerdo. Todos merecemos lo mismo.

Itsaso dijo...

¿Qué las ikastolas son sectarias? ¿Desde cuando? Estudie en una y para nada lo era.

Que los colegios publicos impartan su enseñanza en euskera no es lo mismo que la enseñanza en una ikastola, no se limita al idioma, va mas alla: se une la cultura, las tradiciones...

Uniendo el tema de la inmigración y las ikastolas, no se si sabes que en Navarra muchos politicos de UPN entre ellos el presidente, contrarios muchos de ellos al euskera y a su enseñanza, matriculan a sus hijos en las ikastolas para que no vayan al colegio con inmigrantes.

Los profesores creo que el mayor problema que tienen con los inmigrantes es que los alumnos les llegan a mitad de curso y hay veces que esto acarrea desdoblar aulas.

June Fernández dijo...

Txus: Aleluya, hermano. Esto hay que celebrarlo. ¡Te invito a un zumo!

Itsaso: Yo no he dicho que las ikastolas sean sectarias, sino que es sectario que el Gobierno las mime tanto o más que al sistema público, como es su obligación. No tengo especial problema con ellas pero creo que no aportan nada diferente y yo, por ideología, me quedo con apoyar lo público. Y en mi instituto teníamos semana del deporte rural, semana de la bertsolaritzaa, nos traían a futbolistas del Athletic y a actores de Goenkale, nos hablaban de Euskal Herria... Me cuesta ver la diferencia.

Azalea dijo...

Impresionate tu blog, me lo he mirado por encima y lo he agregado a favoritos para poderlo mirar con mas detenimiento.
Te importa si pongo un link a tu blog en el mio???
Saludos
AZALEA

entrenomadas dijo...

Siemnpre me gustó mucho el lema "Igualdad para vivir, Diversidad para convivir", creo que es fundamental entender y poner en práctica esta frase.

Estupendo post, June

JLuis dijo...

Hola June.

Convivir, compartir espacios y vivencias, encontrando que hay tanto más de similar que de diferente ("no somos tan diferentes" como dices) es un valor de la escuela que no deberían arriesgar.

Estoy totalmente de acuerdo con todos y cada uno de los puntos que has planteado.

Yo siempre he visto más diferencias debidas a la propia condición individual que las que se atribuyen a la pertenencia a un grupo determinado.

Y respecto de las barreras de cartón levantadas a costa de las diferencias culturales el amigo Antonio de "tiempos interesantes" me ayudo a poner en palabras algo que llevaba tiempo practicando.

Para mi estos son dos puntos fundamentales, quizá de los más fundamentales, y no me refiero solo a la escuela.

Un abrzo.

Itsaso dijo...

La diferencia, pues quizás en que no hacen falta que te traigan a personajes para enseñarte cosas de Euskal Herria, que en mi ikastola también se hacia per las asimilas directamente.

Me explico, en vez de semana de bertsolaritza, tienes 30min de clase de bertsolaritza con un experto.

La verdad que ciertos colegios publicos tambien se implican mucho, pero recuerda, que tambien hay ikastolas publicas. Entre ellas las de Sortzen en Navarra.

June Fernández dijo...

Gracias Azalea. Completamente de acuerdo con Entrenomadas y JLuis. No estoy, en cambio, con Itsaso. O bueno, igual sí.

El tema es que estamos discutiendo si un gobierno debe derivar a la población inmigrante a la red concertada. Y creo que la respuesta es no, porque si un gobierno no piensa que lo público, que él gestiona, es la mejor opción, mal vamos. A parte, claro, del derecho a elegir de la familia, que casi nunca elige la concertada. El resto de consideraciones que te haría tienen que ver con el nacionalismo y no con la inmigración, así que mejor me las ahorro.

Os invito a leer el reportaje que he publicado sobre las jornadas. Espero que os guste. http://www.elpais.com/articulo/pais/vasco/asignatura/diversidad/elpepiesppvs/20080210elpvas_17/Tes