sábado, octubre 27, 2007

¿Normal? Segunda parte


En el post anterior Tomara! y Maite han aclarado gran parte (incluso más y mejor) de lo que yo hubiera dicho. Pero me he puesto a matizar tantas cosas que he pensado dedicarle una entrada entera. Espero que siga el debate.

Dice Maite que no es el acto (de pedir el teléfono o decir tía buena)sino las formas y la actitud. Es cierto, pero tampoco es sólo cada forma o actitud aislada, es lo que la suma de ellos representa para nosotras. Desde la perspectiva de cada hombre puede parecer un comentario ingenuo. Aunque hay una diferencia entre entablar una charla agradable y luego pedir el teléfono a decir: "Gabon, guapa. Dame un kalimotxo y tu teléfono. ¿Te puedo llevar a casa cuando salgas?". Desde la perspectiva de la mujer, es un auténtico bombardeo que nos hace sentir (al menos a mí) trozos de carne.

Como dice Tomara, no se trata de conductas individuales, sino de cómo se socializan los hombres con nosotras. ¿Por qué muchos sienten la necesidad de llamar tía buena o pedir el teléfono en mal plan por sistema? ¿Por qué ninguno entabla una conversación normal que no esté marcada por el género de uno y de la otra? Y eso es tan malo para nosotras como para ellos. ¿Qué se sienten obligados a demostrar? Porque cuando lo hacen no creo que pretendan conseguir conquistarnos de una manera tan burda, creo que lo hacen por ellos, porque es el papel que les ha tocado o han querido asumir. Tiene que ser agotador no poder tener conversaciones normales con el 50% de la población, siempre teniendo que mostrar virilidad, seduciendo, tratando de poseer... Pero bueno, Tomara es el experto en ésto así que él nos puede explicar más.

De todas formas, es difícil hablar de ésto con hombres porque es imposible que os pongáis en nuestro lugar, que os acerquéis remotamente a entender cómo nos sentimos a diario. Ayer tuve una conversación preciosa con tres compañeras de SOS Racismo. Estuvimos hablando de feminidad, masculinidad, feminismo, etcétera, y así pudimos contar experiencias que todas hemos tenido más de una vez. Por ejemplo, ir por la calle y que un desconocido nos toque el culo, o que un pasajero del metro se restriegue su paquete (perdonadme ser tan poco elegante, pero es por ilustrarlo bien) contra nuestro cuerpo.

Dudo que podáis entender el asco y la humillación que se siente con esos episodios a los que muchos tal vez quitéis hierro. Pensad en una situación (que seguro que habrá sido excepcional) en el que os habéis sentido acosados o perturbados por una actitud agresiva de tipo sexual y multiplicadlo.

Y luego está la inseguridad ciudadana. En una sociedad igualitaria, ¿por qué tenemos que sentir más miedo al caminar solas, disfrutar de la noche o transitar barrios problemáticos que los hombres? El miedo a ser violadas, que las cifras demuestran que tiene bien poco de paranoia, es una lacra que arrastramos siempre y que no es fruto de que haya psicópatas en el mundo, algo inevitable, sino que tiene evidentes causas sociales.

En fin, no sé, espero generar en vosotros un poco de empatía. Que comprendáis que todo va unido y que frivolizar sobre ello o quitarle importancia es terrible para nosotras. De todas formas, sé que hoy sois cada vez más los hombres que salís de esas dinámicas y construís modelos de masculinidad más sanos tanto para vosotros como para nosotras. Creo que lo hacéis todos los que me escribís.

Aprovecho ese comentario para volver a elogiar el trabajo del Grupo de Hombres por la Igualdad de Álava(como el del resto de grupos del Estado español). Precisamente anteayer presentaron una campaña contra la violencia machista (en la imagen, el cartel). Os invito a leer su manifiesto y a sumaros a él.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

la semana pasada me acorde mucho de ti puesto que habian en madrid una manifestacion de hombres contra la violencia machista. Desgracidamente olvide ir pero me alegro ver que hemos pasado de hacer manifestaciones del 8 de marzo donde se prohibe ir a lios hombres y se insulta a los que van a reclamar la participacion activa de estos...estupendo.

por otro lado aunque no te lo creas entiendo lo que dices, alguna vez he sentido eso del acoso y la verdad es que te sientes muy agredido.

Tambien por añadir otra optica al asunto que tratamos no es cierto que las mujeres siempre tengan que teer mas miedo a ser agredidas. En algunas ocasiones, recuerdo cuando eramos jovenes antifascistas el hecho de ser hombres (bueno, mas bien guajes) nos hacia sentirnos mas propensos a sufrir los efectos de una paliza. Hay gente que considera un deshonor pegar a una mujer y no a un hombre pero bueno, que segun que casos claro...me ha venido a la mente.

salud!

Álvaro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Realmente cierto lo que dices sobre que es la actitud global la que nos hace sentir peor. Nunca me lo había planteado así, pero es la verdad...

bueno guapa, un besito!