
Hace ya unos meses, vi un documental sobre cirugía estética que me horrorizó. Contaba que en Estados Unidos las operaciones genitales se han puesto de moda entre las adolescentes. La generalización de Internet ha convertido el porno en un producto de consumo masivo que no sólo es utilizado para obtener placer, sino que cumple la perversa función pedagógica de enseñarnos qué cuerpos, qué prácticas y qué actitudes en la cama son deseables. El porno se ha ido desnaturalizando hasta el punto que hoy, el modelo de belleza de los órganos genitales femeninos (hasta ahora desconocidos por el tabú de la sexualidad femenina) lo marcan las actrices porno, la mayoría operadas. Así que el ideal no es sólo un tipo de cuerpo minoritario, como ocurría antes, sino que es artificial; sólo se puede alcanzar de la mano del bisturí.
Como decía, las prácticas que exhibe el porno están pensadas en la mayoría de los casos para el placer del hombre heterosexista. Esta industria androcéntrica muestra el cánon de belleza masculino que pone a los hombres, mientras que a menudo los actores son horribles y lo único llamativo que tienen es el tamaño de su pene, obsesión androcéntrica donde las haya. Las actrices realizan prácticas que en la vida real no resultan tan satisfactorias (penetraciones violentas sin prolegómenos, felaciones profundas, etc.) Incluso las prácticas que en teoría dan placer a las mujeres, como el cunnilingus o las escenas lésbicas, están pensadas para satisfacer al hombre que las mira.
Frente a esa pornografía sexista que muchas autoras consideran una forma más de violencia machista, puesto que transmite a las mujeres que el objetivo de la sexualidad es centrarse más en satisfacer que en disfrutar, desde los años setenta vienen apareciendo iniciativas de reapropiarse del lenguaje pornográfico con perspectiva de género, lo que se conoce como post-pornografía. En vez de conformarnos con el porno tradicional o renunciar a ese tipo de contenidos, ¿por qué no creas los nuestros y aprovechar de paso para hacer una crítica al modelo de sexualidad que impone el patriarcado?
Descubrir a Beatriz Preciado me llevó a ir a ver una charla en la que presentaba, contextualizaba e interpretaba la obra de Annie Sprinkle, una mujer que empezó como puta y estrella del porno, y sus inquietudes feministas la han convertido en precursora y aún hoy referente del posporno. Sus películas, fotos y performances son una especie de cóctel en el que se mezclan la pornografía, el arte, la reflexión feminista, el cuestonamiento y parodia de la medicina, de los cánones de belleza, todo ello aliñado con mucho humor... Me encanta. Algunas de mis obras preferidas son:
- "Mastúrbate para mis plantas": Sale desnuda en una revista con ese titular, convirtiendo así en objetos sexuales a los tíos que la usan como objeto sexual. ¡Subvierte todo! (Me temo que no os contagiaré mi entusiasmo, pero me encanta)
- "Visita el cuello de mi útero": La performance consistía en tumbarse desnuda en una camilla de ginecología y, valiéndose de instrumentos médicos, invitar a las personas a mirar qué hay en el interior de su vagina. (Aludía al mito de la vagina dentada, etc.)
- Se fotografió en los años setenta con una mujer que le penetraba con una pierna amputada (lo que le llevó a prisión) y también con un transexual masculino. Hace poco pasó un cáncer y se fotografió en el hospital posando a modo de pornostar con bata y las evidentes secuelas de la enfermedad. Se sitúa así en los márgenes, cuestiona los ideales de belleza, lo que es natural y normal...
Si os animáis a ver una de las primeras películas que dirigió, Deep Inside (1981), os encontraréis con lo más parecido que he visto a una película para todos los públicos (adultos): satisface tanto fantasías masculinas como femeninas; contiene escenas lésbicas de verdad, no para gustar al hombre de turno; hay sitio para la creatividad y el humor... Ya me contaréis, pero aviso de que es bastante bestia.
Algunas feministas clásicas quitan hierro a estas iniciativas. Las consideran menos serias que elaborar teoría política. Yo, en cambio, estoy cada vez más convencida y apasionada con la fuerza del arte y el lenguaje audiovisual para influir y transformar el imaginario social.
Si os ha interesado todo ésto, os animo a completarlo con el resumen de Medeak y a navegar por sus enlaces, porque muchos de ellos llevan a blogs sobre pornografía, como Girlswholikeporno, Mycookingfilms o Pornoterrorismo. La foto de arriba es una que quería enseñaros hace tiempo porque cuestiona las imposiciones estéticas y me parece bonita e impactante a partes iguales. Abajo, Annie Sprinkles en todas sus vertientes.
