lunes, abril 23, 2007

Cuéntame un cuento


Si ayer la Iglesia decidía eliminar el limbo y abrir así el paraíso a los niños que mueren sin haber sido bautizados, hoy Ratzinger rescata el infierno, cuya existencia cuestionó su antecesor, Juan Pablo II. Que alguien le explique a esta agnóstica cómo funciona todo ésto: ¿en el Vaticano en vez de votar leyes se votan doctrinas? ¿El Papa tiene comunicación directa con Dios y éste le transmite en cada momento cuál es la verdad? La tercera teoría, que los Papas se sacan de la manga las doctrinas que más convienen para atraer o mantener fieles, sería propia de malpensadas, ¿no?

11 comentarios:

Itsaso dijo...

La iglesia digamos que es otra secta con adictos de todos los paises y que además tiene ingresos por parte de los Gobiernos.

Antes el poder de la iglesia sobre sus fieles era aún mayor, el cura gobernaba la mente de los habitantes de los pueblos. Ahora siguen haciendo lo que les da la santa gana!

E.Fernández dijo...

Los católicos confesos, tienen que soportar, que cada vez que pasa algo de esto, que algún agnostico les diga "¿Ves? Yo ya te lo había dicho"

En otra de tus entradas comentabas, que algo similar le ocurre a la gente denominada o autodenominada de "izquierda".

Parece que hemos encontrado, sin quererlo, algo que une a la izquierda y a la iglesia.

Anónimo dijo...

No entiendo la relaccion ente izquierda e iglesia.

La izquierda no se plantea cosas tan poco tanglibes como esto del cielo y el infierno. Con mayor o menos éxito mantienen los pies en el suelo.
lo que da mucho que pensar es que estas fábulas religiosas tengan más exito hoy en dia que las lichas sociales (y eso a pesar de la estratificacion existente)

La tercera teoría es la mas realista. ahora digo que existe esto, ahora no. pero esto que es???

momodice dijo...

No sé.

Anónimo dijo...

Si hablas por mí, El último canalla, yo no restriego nada a los católicos confesos quienes, todo sea dicho de paso, son los primeros en reirse de estos inventos. Porque el quid de la cuestión es que la Iglesia está más alejada que nunca de la realidad social. Yo critico a instituciones; no critico los principios de las personas (católicas o no) ni les machaco para que renieguen de ellos.

E.Fernández dijo...

Hola, bueno, parece que alguien entendió mi comentario. Los que no somos creyentes, ¿qué no importa lo alejada o no que esté la iglesia de la sociedad?. Yo mismo, no creyente, soy muy crítico con la iglesia como institución. Pero criticar unos dogmas de fe por mucho que nos parezcan absurdos, no son más que una forma de autoafirmación sobre nosotros mismos. Si un católico cree que Jesús resucitó al tercer día, ¿es ilógico que crea en el cielo y en el infierno, en el limbo y el purgatorio?. Critiquemos actos de la iglesia, como su postura frente al uso del preservativo, frente al matrimonio homosexual, las incursiones en política de la iglesia... Critiquemos todo lo que no está dentro de su ámbito. Todo lo que está dentro del ámbito religioso, dejemoselo a los propios católicos, creyentes... porque nuestra opinión antes de hablar, ya es sabida. La iglesia como alguien decia, es una institución privada, y cuando opina sobre la vida pública es como si opinara sobre todos los que formamos parte esa vida pública. Cuando opina sobre religión va dirigido a los que estiman la religión en algún u otro modo. Que deciden vestir a los párrocos de verde pistacho pues maravillo, no seré yo quien lo critique, si telefónica decide vestir a sus operarios de folklorica, tampoco.
Con esto no digo que no se pueda hablar del tema, por supuesto que no, simplemente me intento poner en el lugar de un creyente, y supongo que pensará "porque alguien opina así, sobre algo que no va dirigido a él, sino a mí".

Álvaro dijo...

Hola a todos:

Totalmente de acuerdo con lo que ha dicho El último canalla. Nada que añadir.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Sí, tengo algo que añadir:

"No entiendo la relación entre izquierda e iglesia". ¿Acaso considerais que un cristiano no puede ser de izquierdas?

Saludos de nuevo

Anónimo dijo...

yo, autor de esa frase Matia, me refería concretamente a que no me parecia equiparable lo que decia "el ultimo canalla" de compara izquierda e iglesia puesto que la ilgesia habla de cuestiones de fé difícilmente comprobables y la izquierda de cuestiones materiales como el reparto de la riqueza.
no quería decir que un cristiano no pudiera ser de izquierdas. conozco los teólogos de la liberacion e independientemente de mi opinión la palabra izquierda es tan amplia que no se podría descartar a muchos critianos de ella.
Salud!

Juani R dijo...

hola a todos! leyendo y releyendo, si me permiten, expreso mi opinión. Ante todo, les digo a todos (inclusive al que dice “no creo en nada” que SI CREEN Y SON PERSONAS DE FE, DE MUCHA FE Y QUE VIVEN TODOS LOS DIAS CON FE)

¿Eh? Sí amigos, existe una cosa que se llama “fe natural” y es la que usan todos los días, para todo.
Van 2 ejemplos cortos para ver que son hombres de fe.

Primer ejemplo: la luna.

¿Creer, tener fe, es irracional o antinatural? Digamos que en una primer lectura parece que sí, que es anticientífico, que rechaza a la razón. Pero miren este razonamiento.

¿Alguno estuvo en la luna, me refiero parado en la luna? Pongamos que no (estoy casi seguro de que no).
¿Creen que existe la luna? Seguro que sí. No puede ser que toooodo el mundo haya mentido, los mapas, los noticieros, los libros, los maestros, los diarios, la NASA, los astrónomos, los geógrafos, etc.
Pero… ustedes no estuvieron en la luna. Si nos ponemos estrechamente lógicos, no pueden afirmar que existe la luna, porque no estuvieron ahí, ni la tocaron. No tuvieron una experiencia de luna, sólo indicios, ven algo redondo y blanco (que puede ser cualquier flotando en el cielo), escuchan comentarios de otros, etc. Pero no la tocaron, le tienen que creer forzosamente a alguien que dice que existe.

Lo mismo con la estrella Sagitario, Napoleón, los átomos, el Titanic. No pueden afirmar que todo eso existe o existió, porque no lo tocaron.
O bien nos dedicamos una vida entera a deducir causas-efectos e investigar para llegar a la luna y tocarla con nuestras manos, o… creer en otros que tengan autoridad.

Entonces: ¿Es irracional decir que la luna existe y es así o asá? Sí y no:

Sí, si siguiera el razonamiento de no creer, porque no puedo afirmar por mí mismo que existe la luna, ya que no caminé en la luna.
No, si asumo que los astrónomos midieron bien todo, saben más que yo y me dicen que la luna existe y es así y asá.

Creer en otros es una forma de fe, la más natural.
Es decir, tomar como verdad alguna cosa, porque te lo dice alguien en quien confiás o tiene autoridad… aunque nunca la hayas vivenciado o no pudieras tocarla o deducirla jamás.
De hecho, yo creo que Chicago existe, aunque no estuve ahí todavía.

Segundo ejemplo: la calculadora

Yo no necesito de la fe para afirmar que 2+2=4. Lo puedo calcular yo solito. Es un conocimiento científico. Humilde, pero científico al fin, demostrado.
Pero si me pusieras una operación matemática que tuviera –exagero- 30 millones de números que sumar, restar, multiplicar, etc y –exagero- no me alcanzara mi vida biológica para calcularla a mano… tendría que recurrir a la fe.
¿Eh? Sí, a la fe en una calculadora. Metería todos los números en la calculadora y si la calculadora me dijera que el resultado es 257… y yo afirmara ante vos que ese es el resultado, sería un acto de fe… en la calculadora.

Decir que el resultado es 257 ¡sería un conocimiento por la fe!
Sabría el resultado pero no por haberlo alcanzado por mis medios, sino por creerle a la calculadora.

¿Irracional? ¿Ilógico? ¿Infantil? No. Estoy asumiendo que mi intelecto es limitado y la operación matemática es tan gigante que, para mí, es un misterio (no en el sentido de que sea irresolvible, sino que a mí me supera) y tengo que depositar mi confianza –y creer y afirmar como si yo mismo hubiera hecho la suma- en la calculadora.

¿Contrapuesto? No. Si yo tuviera el tiempo físico de calcular todo a mano, llegaría al mismo resultado: 257. Hubiera llegado al mismo resultado mediante un método científico. Oh casualidad, la fe y la ciencia no se contrapusieron. Sólo que tuve que recurrir a la fe –en una calculadora- porque a mi, el problema me superaba.

Como verán, tener fe no es renunciar a conocer: es tratar de llegar al máximo con nuestra inteligencia y conocimiento, pero llegado el límite de ambos, de ahí en adelante, creerle a alguien (el astrónomo que dice que la luna existe) o a algo (la calculadora), aceptando lo que afirman.

Así, son la fe y los misterios de fe. Pero multiplicados al infinito.
Lo que pasa es que a veces las personas, si no podemos “meter” algo en nuestra mente pequeña, si no lo podemos entender, optamos por decir que no existe, que no es cierto, que no es lógico, o que es ridículo. Simplemente porque no somos capaces de entenderlos.

Tanto la fe natural como la sobrenatural, se basan en lo que se llama AUTORIDAD. En la fe natural, en la autoridad de la calculadora que te dice 257 o el astrónomo que dice que la luna existe. En la sobrenatural, en la autoridad de Dios que revela verdades de fe. De ahì los dogmas: son verdades reveladas por Dios que tenemos que creer, aunque no las podamos ni constatar, ni entender.

Un afirmación de fe no es irracional. Es supra-racional. Como el caso de la calculadora y la cuenta fenomenal.

Saludos, hombres de fe. ¿Vieron que sí creen? Le creen a una calculadora y a una profesora de Historia que dice que Napoleón existió, pero no creen lo que Dios revela, porque es “ilógico”.

Juani R dijo...

EL ULTIMO CANALLA, hola! Respecto a tu frase "Los católicos confesos, tienen que soportar, que cada vez que pasa algo de esto, que algún agnostico les diga "¿Ves? Yo ya te lo había dicho"

No sea cosa que cuando llegues a la otra vida, un católico confeso (o cualquiera que crea en el más allá) te diga "¿Ves? Yo ya te lo había dicho" y sea demasiado tarde.

JE JE!!!