Tercera edad, adolescencia e inmigración

Si las personas discriminadas viven situaciones de exclusión social, peores son las circunstancias de las personas doblemente discriminadas. El movimiento LGTB (lesbo-gay-trans-bi) está cada vez más centrado en sensibilizar sobre estas cuestiones.
Esta entrada la tenía pendiente desde hace tiempo, y una noticia publicada hoy me ha recordado la necesidad de hablar de los tres grandes grupos del colectivo que son doblemente discriminados: ancianos, adolescentes e inmigrantes.


Primero vi en Documentos TV un reportaje sobre la homosexualidad en la tercera edad. Los gays y lesbianas ancianos tienen que superar innumerables obstáculos, de los cuáles el principal es la soledad: a muchos el sida les ha dejado viudo; pocos tienen hijos o éstos les siguen admitiendo después de salir del armario; un gran número, sobre todo de lesbianas, no han conocido nunca el amor debido a la represión y a la negación de su condición...

Ante esa soledad sería razonable recurrir a las residencias de ancianos, pero temen hacerlo porque en éstas la homofobia está más presente debido a la mentalidad más conservadora de las personas mayores. Si son seropositivos, algo muy frecuente por la gran cantidad de infectados durante la década de los ochenta, el riesgo de sr discriminados aumenta; tienen que hacer frente solos a las constantes enfermedades, y a menudo afrontan con dificultades los gastos en medicamentos. Ni siquiera el propio colectivo LGTB ve con naturalidad la homosexualidad en la tercera edad, así que la discriminación se da incluso dentro del colectivo.

El de la imagen es un personaje de la serie Queer as Folk que ilustra bien esa realidad. Vic es un enfermo de sida al que le resulta difícil encontrar pareja debido a su enfermedad y su avanzada edad. En los primeros capítulos incluso le detienen acusado de ser un pervertido que mira a otros hombres en los servicios. Fallece al poco de encontrar por fin una pareja después de años de soledad.


Más tarde leí un excelente reportaje sobre la homosexualidad en la adolescencia. Aquí los motivos son más evidentes: el joven no tiene a menudo con quien compartir su confusión; sus padres le castigarán o le dirán que es todavía un niño como para tener sexualidad; el fantasma de la pederastia dificulta que tenga relaciones; el acoso escolar es insoportable... Hoy Internet es el mejor aliado para los adolescentes homosexuales. Por ello, el reportaje informa de que un grupo de jóvenes ha creado un blog centrado en ese colectivo.

En la foto Fidel, el niño amanerado de Aída. Se ha criticado este personaje pero a mí me parece perfecto y una muestra de transgresión por parte de los guionistas, que no niegan su homosexualidad aunque apenas tenga 13 años. Fidel nunca intenta ocultar su pluma (monta coreografías y se disfraza de flor para escándalo del barrio) y se decide a besar a su amigo Jonathan, el hijo gamberro de Aída.

Por último, la verdad es que no estoy muy informada sobre el caso de los inmigrantes. Puedo intuir que muchos, sobre todo latinoamericanos, vienen a España buscando un país abierto donde tienen derechos civiles y esperan ser respetados. Sin embargo, la homofobia persiste y se une a la xenofobia.