Cada día soy más teleadicta. Como siempre sostengo, quien dice que la tele es una basura es porque no se ha molestado en descubrir las joyas que se esconden entre horas y horas de sensacionalismo.
Una de esas joyas es la serie Mujeres que emite La 2 los lunes a las 22.30. Como indica el título, narra la vida de las mujeres de una familia de barrio periférico de Madrid. Son personajes de una rareza realista. Me explico: pese a que las tramas puedan resultar poco convencionales poca gente no se identificará con alguno de ellos, porque la realidad supera a la ficción.
Algunos son los siguientes: una mujer cuyo marido la maltrataba y intenta tapar su dolor con una promiscuidad que la deja cada vez más vacía; una madre de familia viuda, cincuentona, que afronta con miedos y complejos un enamoramiento lleno de pasión y deseo; una adolescente gordita ansiosa por descubrir el amor y el sexo; un peruano que se casa con una trabajadora social por los papeles y acaban enamorándose; un yonqui tan entrañable que todo el barrio se esfuerza por impedir que vuelva a drogarse y un largo etcétera.
Los personajes son por tanto gente de barrio, normal, con sus complejos, inseguridades, miedos, equivocaciones y a la vez con sus ilusiones, sencillez, autenticidad, personalidad, fuerza... Los personajes más marginales, como el yonqui, ni siquiera dejan de tener una actitud positiva hacia la vida. Esta serie aporta (como Sexo en Nueva York, de la que hablaré otro día) una visión femenina de las relaciones amorosas, la familia, el sexo y la amistad que pocas veces, pero por fortuna cada vez más a menudo, podemos ver en la televisión. Como véis en la fotografía, el reparto está lleno de eternas actrices secundarias cuyo físico es mucho más cercano al de la vecina de al lado que a las chicas de moda que pasean por alfombras rojas.
La serie, producida por la factoría Almodóvar, y que comparte con el director manchego el sabor de barrio que caracteriza también a las chicas almodóvar no ha podido competir en cambio con la violencia yanqui de CSI. Una pena. En El Confidencial achacan el fracaso a su "perfil elitista". Supongo que se utilizan el término como antónimo de populista o sensacionalista. Como antónimo de lo que hacen los programas con los que compiten: utilizar el sexo y la violencia como único reclamo o sacar a nietísimas bailando hip-hop.
Aún así, no os la podéis perder. Y tened paciencia, que al no ser una serie comercial, no engancha desde el primer segundo sino que según pasan los segundos os iréis enamorando de sus personajes.
3 comentarios:
Lo malo de estas cosas es que teniendo que levantarme a las 6:30 ver una serie que empieza a las 22:30 es perjudicial para la salud :p
Ya se, siempre nos quedará Paris (o era el video?), lo que pasa es que nunca saco tiempo para ver lo que grabo. Aun asi, a lo mejor en vacaciones de navidad si no reponen alguna de Santa Claus :p
A mi me pasa que trabajando de noche he de grabar muchas de las cosas que me gustan y como Txus, nunca saco tiempo para verlas aunque con lo que has contado me ha picado la curiosidad. Me gusta mucho las películas, las series con contenido social. En esa linea aunque nada que ver te recomiendo varias películas. Hay un par de Cesc Gay, "En la ciudad" y la última "Ficción" que llegan al alma. Son personas normales que viven cosas que nos pueden pasar a cualquiera. Yo, que estoy cansada de cine intrascendente que no me dice nada, cuando veo películas como esas salgo del cine con la sensación de que la vida tiene algo más de sentido.
Me las apunto
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