He disfrutado leyendo la crónica que firma Gregorio Belinchón hoy en EL PAÍS:
El triunfo de las fans en Málaga
Mario Casas, Amaia Salamanca y la gente de la tele arrasan en un festival en el que las adolescentes provocan miedo
Empieza así:Es el reino de las chonis, el triunfo de los alaridos, de los histerismos. La ciudad está tomada por ellas y el cine español ondea la bandera blanca de la derrota: ellas mandan y los actores de la tele triunfan. En fin de semana de locura, centenares de chonis (inconfundibles: raya de ojos, móviles superguays, gafas fashion de sol, aire a la Juani, capacidad increíble para gritar) han convertido Málaga en su imperio y han arrasado allá por donde han querido. Su culmen fue el estreno de Fuga de cerebros, comedia mamporrera y de brocha gorda donde compartían pantalla Amaia Salamanca (Sin tetas no hay paraíso) y Mario Casas (SMS, y ahora el sustituto de Hugo Silva en Los hombres de Paco).
Sus madres les acompañan; sus padres les pagan habitaciones en los hoteles donde se alojan las estrellas; ellas gritan "zorra" a la jefa de prensa que acompaña al tal Mario Casas; a Juan Diego lo dejan tranquilo, mientras que a Santiago Carrillo le piden autógrafos no por ser parte fundamental de la historia española sino por ser "famoso". Terrible.
Nunca he entendido el fenómeno de las fans. Me refiero a la parte de gritar como una loca, desmayarte bajo la esperanza de que el admirado vaya a salvarte... De adolescente fui como casi todo el mundo (seguro que había honrosas excepciones pero yo no me incluyo en ellas) fan de las Spice Girls, de los Backstreet Boys, empapelaba mi cuarto con posters de Brad Pitt y Leonardo Dicaprio... Pero siempre pensaba que si alguna vez estaba cerca de alguno de ellos lo más sensato para disfrutar del fugaz encuentro sería comportarme como una persona racional. En ningún caso perderme un concierto por estar siendo reanimada en una ambulancia.
La espléndida película Casi famosos (Almost Famous) me hizo conocer y hasta querer un poquito a las groupies de los años 70: chicas excéntricas y apasionadas por la música más incluso que por sus ídolos, que bebían, reían, cantaban, hacían el amor y hasta sufrían desengaños con ellos. Nada que ver con estas muchachas a las que no les mueve la inquietud cultural sino la atracción frívola de la fama. No sé si el fenómeno fan se ha ido degradando o si se ha idealizado al de antaño. En cualquier caso, hay una diferencia en admirar a un genio feo de gafas redondas que cantaba eso de "All we are saying is give peace a chance" que al latinlover que interpreta a un narcotraficante en una serie de título grotesco.
Y lo que me falta también es hacer un análisis de género acertado. ¿Qué lleva a las mujeres a caer tan bajo? Probablemente, en una sociedad machista no es posible ese grado de veneración de un adolescente por una mujer, hasta el punto de humillarse ante ella. Tendrá que ver también, supongo, con el mito del amor romántico, con ver en la estrella de turno un principe azul. Me cuentan que en el estreno del Circo del Sol en Bilbao, decenas de madres acompañaban a sus hijas adolescentes a saludar a un futbolista vasco famoso, guaperas y recién divorciado. Supongo también que la fama cautiva más a las chicas, quienes buscan el éxito y la felicidad fuera. En vez de pasarse día y noche aporreando la guitarra eléctrica, ven en el efímero mundillo de la fama sin talento una autopista al mundo de las princesas modernas.
9 comentarios:
Supongo que existe erótica del poder en la reacción de estas chicas, aunque es cierto que eso no explica por qué son siempre o casi siempre chicas las que viven gritando y vaciando sus pulmones con frases para la posteridad como: "Me ha mirado" o "me ha tocado".
¿Porque a ellas se las permite ser cursis?
Nunca he sido así y mira que tengo autográfos de más de un personaje conocido o futbolista. Pero mejor ser educados y tratarlos con respeto y no con locura.
Gracioso el comentario sobre Aitor Ocio (si no me equivoco), esas madres que utilizan a las hijas para acercarse...
Nunca he tenido ningún ídolo, ni posters en la cabecera (sólo un cuadro de Caravaggio) así que siempre me ha costado un poco entender estas cosas. Todo y que el artículo pienso que tiene un punto de agudeza hay varios puntos con los que no estoy en absoluto de acuerdo:
- En primer lugar, por ese tono de "qué buenos eran mis tiempos y que malos son los tiempos de ahora", no sólo me parece un argumento muy pobre sino que además no está bien planteado: ¿las grupies de John Lennon son iguales que las seguidoreas de Sin tetas...?
- Después está la falta de crítica hacia un festival que ha degradado enormemente el concepto del cine como arte hasta llegar a ser una mera plataforma televisiva.
- Y para terminar, lo que me parece más discutible, ese último párrafo que comienza con: "Y lo que me falta también es hacer un análisis de género acertado. ¿Qué lleva a las mujeres a caer tan bajo?..." Supongo que al autor le parecerán dignísimos los comportamientos masculinos ante los iconos femeninos, desde luego no tan efusivos pero sí bastante repugnantes, desde cualquier programa de la Sexta hasta los festivales de cine erótico que cada vez proliferan más... y lo de acabar con lo de las "princesas modernas". En fin.
Por cierto, dicho lo cual, a ver si el festival de Málaga me invita con mi próxima peli.
Love Sick: Creo que ha habido un pequeño malentendido pero me alegro. Me parece que has pensado que todo el texto era del periodista. Pero todo lo que no está en cursiva es de cosecha propia. Digo que me alegro porque está bien recibir críticas tan demoledoras. Así que me explico:
- Tal vez no esté bien planteado (me gustaría conocer tu opinión), pero difícilmente se me puede acusar de pensar qué buenos eran mis tiempos. Nací en 1984 así que mis tiempos no son los de Lennon. Yo misma decía que no sé si los tiempos de Lennon están ahora idealizados o si realmente el tema de las fans ha perdido clase por momentos.
- Bueno, lo de la falta de crítica eso sí que toca reprochárselo al periodista (pero creo que va implícita en su crónica, no creo que culpe sólo a las fans).
- Hombre, qué duda cabe que me parecen tan o más repugnantes (más, desde luego) los comportamientos babosos y humillantes de muchos hombres hacia sus objetos de deseo femeninos. Pero no me deja de resultar interesante porqué son las chicas y no los chicos las que se desgañitan ante concursantes tanto masculinos como femeninos de FAMA, por ejemplo.
Lo de las princesas modernas, puede que sea una cursilada. Me refería a la idea renovada de soñar con un príncipe que me cambie la vida, que me salve, en vez de buscar la felicidad y el éxito por mí misma.
Vaya, si mi entrada hubiera salido publicada en un periódico entendería tanta crítica, porque un periódico requiere rigor, buen estilo, tacto... Pero, querido Love Sick, esto lo escribí yo ayer en cinco minutos, sin apenas reflexionar. Leí la crónica y es lo que me salió.
Hola June:
Pensé que tal vez fuera cosecha propia pero me pudo el tener un día de los de LoveSick-contra-el-mundo y lo asocié también a la deriva unltraconservadora que está llevando El País los últimos años.
Sé que eres capaz de escribir cosas mucho mejores y hacer análisis más profundo, por eso te leo.
Cada día rezo 5 padres nuestros y dos ave marías para que "Sin tetas..." no llegue a adquirir la relevancia e influencia arstística que supuso y supone Lennon.
Dicho esto, yo hago una lectura más económica del fenomeno fan. Entiendo que el modelo actual en nuestro país es un calco del surgido en EEUU a principio de la década de los 80(http://www.youtube.com/watch?v=GQ5eZSa7URA), cuando EEUU estaba en el punto álgido de su mandato económico y cuando su clase media se creía (que se lo sigue creyendo aun hoy) por la cúspide de la pirámide de Maslow, sin darse cuenta de que se habían dejado algún paso intermedio.
Supongo que todos podréis intuir la diferencia entre las y los seguidores del primer enlace que os he pegado y este segundo que os dejo. Son del mismo momento: http://www.youtube.com/watch?v=dmfrPrN1L_s
Estoy con Magapola en que a las chicas se les permite ser cursis y a los chicos no, para bien o para mal. Pero la clave creo que está en lo que dice Chus, el tema económico. Las mujeres somos el target ideal para sacarnos pasta, por la necesidad que nos han metido de buscarlo todo fuera, de no sentirnos libres y autónomas y, por tanto, necesitar cremas para ser guapas, modelitos para que nos miren, adorar al actor de turno todavía no sé para qué...
Publicar un comentario