Como imaginaréis, me refiero al lehendakari Juan José Ibarretxe. Hace tiempo que no hablo de conflicto vasco en este blog porque creo que crispa y divide más que otra cosa, pero estoy realmente harta e indignada así que me voy a expresar.
En realidad, os remito a un artículo que publica hoy Emilio Alfaro en El País. "Pasado el tiempo de los profetas, ya nadie recibe mandatos divinos para pastorear pueblos. Se crea o no Ibarretxe su papel, la pretensión de ser líder es el único resorte que le queda para seguir condicionando el rumbo de su partido e intentar mantenerse en el poder", sostiene. Creo que retrata muy bien la trayectoria y las aspiraciones de Ibarretxe. Y la gota que colma el vaso de quienes algún día confiamos en que representaba una opción menos mala que la alternativa PP-PSOE es lo siguiente:
"Lo evidente es que él no se concibe como el responsable de coordinar la acción del Gobierno para atender las necesidades de los ciudadanos en el marco de sus competencias. “Para eso”, ha dicho en más de una ocasión, “está Idoia [Zenarruzabeitia]”, la vicelehendakari. A él como lehendakari le corresponde ocuparse de lo esencial: resolver de una vez para siempre el llamado “conflicto vasco” y conseguir al mismo tiempo la paz y la autodeterminación de Euskadi, aunque la plantee inicialmente en un marco de “libre asociación” con España. Todo lo demás sería accesorio". Mis gafas feministas me obligan a reparar en las relaciones de género. Él está para lo serio. Lo cotidiano ya lo soluciona Idoia (¿hubiera dicho Joseba de referirse al consejero Azkarraga?)
Yo estoy a favor del derecho de autodeterminación y del fin dialogado de la violencia como dos principios políticos. La cosa cambia cuando se contextualiza.
- Tenemos a un presidente (de todos los vascos y vascas, dice) que presenta como prioridad máxima el derecho de autodeterminación, cuando es una cuestión que inquieta como mucho a la mitad de la población vasca. Le da igual que su propuesta anterior fuera rechazada por los partidos que representan a la otra mitad de la población. Le da igual que sus planes fracturen a la sociedad vasca, porque lo que a él le interesa es el pueblo vasco (cada cuál que interprete como quiera el matiz).
- Tenemos a una organización armada asesinando, amenazando y extorsionando a esa mitad de la población y parte de la otra. Aterrorizando a su conjunto, dañando la convivencia y eclipsando problemas que nos afectan gravemente.
- Tenemos una supuesta democracia en la que nuestro derecho a decidir se limita a votar a la opción menos mala cada cuatro años. No podemos decidir sobre nuestros cuerpos (aborto); sobre el modelo de desarrollo (tren de alta velocidad); no se nos pregunta sobre la reforma que permitirá dar el mismo dinero a las ikastolas privadas que a los colegios públicos; poco podemos hacer para que se respeten los derechos de todas las personas (ley de Extranjería, y no me sirve la excusa de que es una norma estatal, porque en lo que pueden intervenir, las instituciones vascas lo hacen de puta pena, como la tutela a menores). El acceso a la vivienda y al empleo digno, la siniestralidad laboral o la violencia machista parecen ser temas menos dignos de concitar la atención del lehendakari de todos los vascos y vascas.
- Ibarretxe y su equipo han hecho alarde constante de su insensibilidad. El Parlamento vasco debatió una propuesta contra la tortura a presos de ETA apenas unos días después de que ésta asesinara. Cada vez que ETA ha matado, Ibarretxe ha apelado a su plan y al derecho a decidir (¿y el derecho a que no nos maten?)
- Por cierto, me preocupa la tortura a presos de ETA. Organismos internacionales como la ONU o la organización Amnistía Internacional han mostrado también su preocupación y han hecho recomendaciones que creo que habría que cumplir (¿las cumpliría el PNV, que piensa que la Ertzaintza es la única fuerza policial que no tortura?) Pero me preocupa tanto como la situación de hacinamiento de menores extranjeros no acompañados en centros vascos. O, por hacer un paralelismo más claro, me preocupan bastante más los suicidios de presos y presas comunes en Nanclares de Oca y las denuncias de que los guardias acosan sexualmente a las presas. Todos estos temas son competencia de instituciones gobernadas por el PNV. Por cierto, la izquierda abertzale tampoco dice ni pío. Se ve que no son sus presos.
- Tenemos a un partido político ilegalizado (algo a lo que siempre me opondré) que representa al 10% del electorado vasco. El que era su líder, Arnaldo Otegi, está encarcelado. Otegi hizo una propuesta, conocida como la de Anoeta, en la que planteaba dos mesas para resolver el conflicto. En una se sentarían todos los partidos vascos para trabajar las cuestiones políticas. En la otra, el Estado español y ETA negociarían el abandono de la violencia. La pregunta que plantea Ibarretxe en su consulta supone un claro retroceso, puesto que convierte a ETA en interlocutora política válida. Ibarretxe otorga por tanto un papel más importante a ETA que la propia izquierda abertzale.
Por todo ello, tengo claro que me voy a abstener a una consulta que no he pedido. Renuncio a ejercer un derecho mucho menos urgente que otros tantos que son sistemáticamente vulnerados por las instituciones vascas sin que el PNV pestañée.
P.D. Aprovecho para criticar el lamentable espectáculo de que el coordinador general de un partido que ha perdido la mitad de sus votos en las últimas elecciones no sólo no dimita sino que refuerce su liderazgo en asamblea general. Hablo de Javier Madrazo, quien además ha osado salir en la foto con Ibarretxe y su plan sin consultárselo a las bases. Sería muy cómodo poner a parir a Ezker Batua, pero creo que entre sus bases todavía hay personas y propuestas críticas que hacen al partido necesario y digno de respeto.
P.D. II. En la imagen, algo que me preocupa más que el llamado derecho a decidir y sobre lo que tampoco he oído hablar a Ibarretxe. Además, pega bien con el título, porque también estoy harta de esos mesías que se creen con el derecho de decidir quién entra y quién no a un país, e incluso quién sale y quién no (externalización de las fronteras), vulnerando así el derecho universal a emigrar.
P.D.III. ¿Os gustan mis nuevos puntos (lunares suspensivos)?
"Lo evidente es que él no se concibe como el responsable de coordinar la acción del Gobierno para atender las necesidades de los ciudadanos en el marco de sus competencias. “Para eso”, ha dicho en más de una ocasión, “está Idoia [Zenarruzabeitia]”, la vicelehendakari. A él como lehendakari le corresponde ocuparse de lo esencial: resolver de una vez para siempre el llamado “conflicto vasco” y conseguir al mismo tiempo la paz y la autodeterminación de Euskadi, aunque la plantee inicialmente en un marco de “libre asociación” con España. Todo lo demás sería accesorio". Mis gafas feministas me obligan a reparar en las relaciones de género. Él está para lo serio. Lo cotidiano ya lo soluciona Idoia (¿hubiera dicho Joseba de referirse al consejero Azkarraga?)
Yo estoy a favor del derecho de autodeterminación y del fin dialogado de la violencia como dos principios políticos. La cosa cambia cuando se contextualiza.
- Tenemos a un presidente (de todos los vascos y vascas, dice) que presenta como prioridad máxima el derecho de autodeterminación, cuando es una cuestión que inquieta como mucho a la mitad de la población vasca. Le da igual que su propuesta anterior fuera rechazada por los partidos que representan a la otra mitad de la población. Le da igual que sus planes fracturen a la sociedad vasca, porque lo que a él le interesa es el pueblo vasco (cada cuál que interprete como quiera el matiz).
- Tenemos a una organización armada asesinando, amenazando y extorsionando a esa mitad de la población y parte de la otra. Aterrorizando a su conjunto, dañando la convivencia y eclipsando problemas que nos afectan gravemente.
- Tenemos una supuesta democracia en la que nuestro derecho a decidir se limita a votar a la opción menos mala cada cuatro años. No podemos decidir sobre nuestros cuerpos (aborto); sobre el modelo de desarrollo (tren de alta velocidad); no se nos pregunta sobre la reforma que permitirá dar el mismo dinero a las ikastolas privadas que a los colegios públicos; poco podemos hacer para que se respeten los derechos de todas las personas (ley de Extranjería, y no me sirve la excusa de que es una norma estatal, porque en lo que pueden intervenir, las instituciones vascas lo hacen de puta pena, como la tutela a menores). El acceso a la vivienda y al empleo digno, la siniestralidad laboral o la violencia machista parecen ser temas menos dignos de concitar la atención del lehendakari de todos los vascos y vascas.
- Ibarretxe y su equipo han hecho alarde constante de su insensibilidad. El Parlamento vasco debatió una propuesta contra la tortura a presos de ETA apenas unos días después de que ésta asesinara. Cada vez que ETA ha matado, Ibarretxe ha apelado a su plan y al derecho a decidir (¿y el derecho a que no nos maten?)
- Por cierto, me preocupa la tortura a presos de ETA. Organismos internacionales como la ONU o la organización Amnistía Internacional han mostrado también su preocupación y han hecho recomendaciones que creo que habría que cumplir (¿las cumpliría el PNV, que piensa que la Ertzaintza es la única fuerza policial que no tortura?) Pero me preocupa tanto como la situación de hacinamiento de menores extranjeros no acompañados en centros vascos. O, por hacer un paralelismo más claro, me preocupan bastante más los suicidios de presos y presas comunes en Nanclares de Oca y las denuncias de que los guardias acosan sexualmente a las presas. Todos estos temas son competencia de instituciones gobernadas por el PNV. Por cierto, la izquierda abertzale tampoco dice ni pío. Se ve que no son sus presos.
- Tenemos a un partido político ilegalizado (algo a lo que siempre me opondré) que representa al 10% del electorado vasco. El que era su líder, Arnaldo Otegi, está encarcelado. Otegi hizo una propuesta, conocida como la de Anoeta, en la que planteaba dos mesas para resolver el conflicto. En una se sentarían todos los partidos vascos para trabajar las cuestiones políticas. En la otra, el Estado español y ETA negociarían el abandono de la violencia. La pregunta que plantea Ibarretxe en su consulta supone un claro retroceso, puesto que convierte a ETA en interlocutora política válida. Ibarretxe otorga por tanto un papel más importante a ETA que la propia izquierda abertzale.
Por todo ello, tengo claro que me voy a abstener a una consulta que no he pedido. Renuncio a ejercer un derecho mucho menos urgente que otros tantos que son sistemáticamente vulnerados por las instituciones vascas sin que el PNV pestañée.
P.D. Aprovecho para criticar el lamentable espectáculo de que el coordinador general de un partido que ha perdido la mitad de sus votos en las últimas elecciones no sólo no dimita sino que refuerce su liderazgo en asamblea general. Hablo de Javier Madrazo, quien además ha osado salir en la foto con Ibarretxe y su plan sin consultárselo a las bases. Sería muy cómodo poner a parir a Ezker Batua, pero creo que entre sus bases todavía hay personas y propuestas críticas que hacen al partido necesario y digno de respeto.
P.D. II. En la imagen, algo que me preocupa más que el llamado derecho a decidir y sobre lo que tampoco he oído hablar a Ibarretxe. Además, pega bien con el título, porque también estoy harta de esos mesías que se creen con el derecho de decidir quién entra y quién no a un país, e incluso quién sale y quién no (externalización de las fronteras), vulnerando así el derecho universal a emigrar.
P.D.III. ¿Os gustan mis nuevos puntos (lunares suspensivos)?
5 comentarios:
Joder June, qué bien que lo explicas todo desde allí. Al al pasar del zoom que ilumina un puntito al plano general, muestras la trama.
Si de ahí ampliáramos más, a todo el sistema global, nos quedaríamos realmente acojonados.
Y sin embargo, tú y ese otro, y aquella y... organizaciones, y gente válida en diversos grupos: el revés de la trama.
Un abrazo
PD: el diseño pone los puntos, tus textos ponen las íes.
Ya que estamos, hay una cosa, June, con la que no estoy de acuerdo (y sé que se me va a contestar duramente). Sería estupendo que ese 10% tuviera un partido al que votar. Pero están votando a partidos de los que se han comprobado la relación con la banda de asesinos. ¿No podría existir un partido con ese sentido político pero que no estuviera relacionado con el asesinato?
Pensemos, por ejemplo, que existiera una banda de asesinos fascistas, que matan a gente de la izquierda (o ponen bombas indiscriminadas). Y que esa banda tiene un partido con relaciones probadas que representa al 10% del electorado nacional, un partido que propone políticamente el fascismo, pero además apoya los asesinatos. ¿No pediríamos en las calles, a voz en grito, que ese partido fuera ilegalizado?
Ese partido existe y se llama Aralar. Es una escisión de Batasuna, de la que se salió por condenar la violencia de ETA. Tengo un concepto bastante bueno de ese partido. Está en el grupo mixto del Parlamento vasco. Por algún motivo que ahora estoy demasiado cansada como para analizar, no ha cosechado demasiados éxitos.
Claro que el hecho de que una causa sea apoyada por mucha gente no la hace legítima. Por ejemplo, la política migratoria. Pero yo soy más partidaria de detener a personas que de ilegalizar partidos. Y hay algo que está claro: o se ilegalizan todos los fascistas o ninguno. Porque te recuerdo que la violencia neonazi ha asesinado a más personas que ETA y hay una eclosión tremenda de esos partidos. Algunos incluso con representación en alcaldías.
Totalmente de acuerdo. Los vascos merecen un presidente mejor y que se ocupe de sus verdaderos problemas. un beso.
Bueno, no tenemos que estar de acuerdo en todo: tu post sigue siendop excelente y esclarecedor.
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