«Nuestra lengua es nuestra vida», de Alba Eiragi
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3 Poemas y 1 historia sagrada de Alba Eiragi
viernes, marzo 02, 2007
Cantantes castrados
Literalmente. Hoy he oído hablar por primera vez de Farinelli (disculpad mi incultura), un cantante barroco cuya voz limpia y aguda como la de un niño se debía a que sus padres le castraron de pequeño para que no perdiera esas facultades. Al parecer, según contaba hoy el autor de una biografía sobre el cantante en La mirada crítica, esa costumbre fue frecuente durante siglos. Si un niño cantaba bien, los padres le llevaban al barbero para que le castrara. Podrían ocurrir dos cosas: o que muriera durante la pseudo-operación o que conservara esa voz que tal vez le permitiera labrarse un futuro ofreciendo sus servicios a la corte. Farinelli fue de los pocos que consiguió éxito. Por suerte, esa costumbre quedó en el pasado y ahora los llamados contratenores y algún que otro artista (han nombrado a uno brasileño) conservan su tesitura recurriendo sólo a la técnica vocal.
Siempre me ha parecido una obsesión extraña que los hombres admiren y aspiren a tener una voz aguda. Ahí están los cantantes de heavy metal, por ejemplo. A Bisbal y a Cristian Castro (el de Este amor es azul como el mar azuuullll....) se les ensalza por sus gorgoritos. En realidad, pocos cantantes se resisten a la tentación de abusar del falsete. Al otro lado, tenemos a Leonard Cohen, Barry White y otros tantos intérpretes de voz profunda, casi de ultratumba. A mí personalmente no me gusta que un hombre cante agudo, para eso soy conservadora. Es una tendencia que me recuerda un poco a las drag-queens, es una especie de travestismo vocal. Pero para gustos hay colores.
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