viernes, septiembre 08, 2006

¿Gai?


Suena raro, ¿verdad? ¿No os sacaba de quicio que Javier Sardá pronunciara gai en vez de gei? Hace unos meses, Lucía Martínez nos dijo en clase que el término se ha castellanizado así que ya no hay que pronunciarlo en inglés. Me sonó rarísimo. Si os fijáis, en las series más actuales, por ejemplo en Queer as a Folk, ya lo pronuncian así. La Coordinadora Gai-Lesbiana lo escribe con i pero me queda la duda de que sea porque en catalán sí se haya adaptado. La RAE en cambio, por ahora lo escribe con y, no sé si lo cambiará en la siguiente edición. Es buena idea castellanizarlo porque es un término ya muy utilizado, pero va a costar asimilar el cambio, ¿verdad?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No tiene pinta de que la RAE vaya a cambiar la grafía del término: en su edición en línea ya recoge las enmiendas que introducirá en la próxima edición. Conviene tener en cuenta que el singular es gay pero al pluralizarlo se va a la i latina, gais. Esto se puede comprobar consultando el Panhispánico de Dudas, que también está en línea.
A mi más me llama la atención esa idea de los académicos de que gay es aplicable a los dos sexos como adjetivo. Vamos, que se puede decir una mujer gay.

June Fernández dijo...

En las series estadounidenses he escuchado más de una vez aplicar el término gay a lesbianas. A mí me sigue sonando fatal, y además la palabra "lesbiana" me parece mucho más bonita. En cuanto a lo de payasa, supongo que será porque es uno de esos términos que suena más despectivo en femenino que en masculino.

Anónimo dijo...

Aun hay mucho burro suelto que piensa que "esa enfermedad" no tiene nombre y que prefieren llamarlo maricón. A mi lo que a veces para mi me choca es que cuando las personas nos enfadamos e insultamos a otra el primer insulto que nos sale cuando nos referimos a un hombre es ese gai o maricon (comprobado científicamente en los patios de mi instituto) y a las mujeres putas o perras, ¿no es interesante esta "reflexión"? pienso que la forma de pensar actual aún tiene mucho que cambiar, a los hombres y mujeres con otras preferencias sexuales aún no siguen bien vistos, pese a los intentos de la sociedad, que se resiste con todas sus armas, y aún en los puestos más altos del gobierno y demás políticos se acumulan los homófogos. Habremos llegado a la luna, pero seguimos siendo animales.